Capítulo 24 Luz del Alba

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Narra Elif:

-Elif- Escuché mi nombre en un eco lejano- Hermana despierta- La voz de Tess llego a mis oídos mientras recobraba la conciencia, parpadee varias veces tratando aclarar mi vista, todo me daba vueltas- Elif despierta.

-¿Qué ocurrió?- Pregunté en un gemido-¿Dónde estamos?.

-Yo... No lo sé- Empecé a fijarme más a mí alrededor, estábamos en una habitación, encima de una pila de cojines de terciopelo- ¿Estás bien?- Me preguntó.

-La cabeza me va a estallar, lo juro- El dolor de cabeza cada vez era más fuerte, sentía que me martillaban el cerebro. Era como si tuviera una horrible resaca- Dónde carajos estaremos. 

-Lo siento mucho, señorita Franklyn los dardos tranquilizantes tienen secuelas y una de ellas es el dolor de cabeza- La voz de una persona que había acabado de entrar a la habitación nos tomó por sorpresa, nos pusimos alerta al instante, pero al momento de ponerme de pie me mareé y tuve que sostenerme de mi hermana para no caer- No se preocupe, no las secuestramos y mucho les vamos hacer daño. Mi nombre es Jarin, soy uno de los tantos lideres de la liga de asesinos los Assassin's.

-Eso es mentira, son sólo cuento urbano de los persas- Comento Tessa.

-Como los Cazadores de Demonios, ¿no?- Contestó él, fruncí el ceño.

-¿Cómo sabes de nuestra existencia?- Pregunté. 

-Nuestra hermandad es igual de antigua a la suya, desde el principio de los tiempos hemos estado entrelazados. La única diferencia es que ustedes decidieron mantenerse en la sombras y nosotros no. Lo que me sorprende es ver a dos niñas completamente humanas pertenecer a ellos, debieron hacer algo realmente bueno como para que las dejaran entrar a su mundo, eso o son muy puras de corazón- Mi hermana y yo intercambiamos miradas y decidimos guardar silencio.

-¿Dónde están nuestros compañeros?.

-Están dormidos, quizá ya hayas despertado.Venga, les serviremos algo de comer- Dude un segundo, pero luego decidimos seguirlo.

Salimos de la habitación a un pasillo, él giró a la izquierda y siguió derecho. Mi hermana tomo mi mano y la apretó suavemente, le sonreí, aún estaba algo mareada pero me estaba pasando poco a poco. Llegamos a un vestíbulo en forma de círculo donde habían varías puertas, nosotros entramos en una de ellas. Por más que me esforzaba por memorizar el camino y cada detalle esto parecía un laberinto, sólo salíamos y entrábamos a un pasillo y a otro. Todo estaba hecho de piedra caliza, y no había una sola mesa o una sola decoración. Al llegar al salón vinos una gran mesa de unos 12 puestos, era pequeña y los asientos eran cojines en el suelo. El hombre de sentó al frente de nosotras y nos invitó a sentarnos. Había pan, vino, pavo, ensalada. Toda la mesa tenía mucha variedad de comidas y más que nada vegetales y frutas. Vi pasar algunas personas mientras salían y entraban por una puerta. Ellos vestían algo raro, túnicas y capuchas como ninjas. Comimos lento y con mucha desconfianza, no queríamos ser envenenadas. Solo comí un trozo de pan y bebí al de vino, realmente no tenía hambre. Habían algunas ventanas pero no podía ver hacia afuera, miré a mi hermana de reojo ella parecía igual de incómoda que yo. Realmente no sabíamos donde estábamos, quiénes era ellos o cómo sabían de nuestra hermandad, humanos no eran, pero tampoco demonios. Según la leyenda de los Asassin's o la liga de asesinos fue una hermandad creada por el hermano de Dios, Júpiter, bajo la filosofía "Nada es verdad y todo está permitido" ellos fueron creados para trabajar bajo el libre albedrío, mientras que... Los Cazadores de Demonios fueron creados para proteger la raza humana y con ella la verdad del todo. Según la historia ellos era solamente asesinos rebeldes. Antes, trabajaban en Persia, se habían convertido es toda una leyenda. Asesinos con capacidades más haya de lo entendido, con la habilidad de camuflarse en la oscuridad, silencioso y letales, atacaba con un arma oculta. Realmente yo no tenía ni idea de que existieran. Deneb había dicho que estaban extintos, quizá una leyenda más de todas las que rodean la existencia de la humanidad. Lo único que sabía era que... A pesar de que somos los encargados de proteger el mundo no sabíamos absolutamente nada de ellos o de su historia. El cónclave guardaba los libros más antiguos jamás vistos, de hecho, tenía bajo su poder artefactos poderosos y originales de las verdaderas creaciones de Dios. Una de ellas eran las verdaderas piedras donde se escribieron los mandamientos, otro de ellos es el famosísimo grimorío de la primera bruja de la humanidad, el pactum de Aradia, el evangelio de las brujas.

Encuentros #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora