Capítulo 32 Tessa

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-Comprendo sus razones, señorita Franklyn- Me dijo la directora Hood- ¿Regresará a la academia?- Me preguntó.

-Si me lo permiten si, será con todo gusto- Contesté, ella sonrió y asintió. 

-Esperaremos a que su hermana se recuperé y puede retomar sus actividades, debo irme, ojalá la centinela Franklyn se recuperé pronto- Asentí, ella se despidió y se fue tomando el ascensor.

Solté un suspiro profundo, estaba cansada, miré hacía la ventana el sol del medio día se colaba entre las ventanas. Habíamos pasado la noche en vela esperando la operación de mi hermana menor, la herida había sido de muerte y había perdido demasiada sangre, la atravesó de extremo a extremos con una espada y aún no salía del quirofano. Con Elif era un tema complejo, ella no me hablaba, no me miraba y cuando trataba de hablar con ella solamente me ignoraba. La escuche está mañana hablar con su madre y decirle lo que había sucedido y a Claudia había llegado a la hora del almuerzo, las dos se quedaron en la sala de espera de la enfermería. Era tan raro volver después de tanto tiempo, antes sentía este lugar como mi hogar pero... Simplemente ya no sentía que fuera así. Me encontraba en mi habitación, bueno en la que me habían asignado, compartía habitación con una chica que no conocía. La directora dijo que era sólo mientras arreglaba las cosas con mi familia porque por ahora no era bueno que me quedará con ellas, estaba empezando a tener una horrible jaqueca, me senté en la pequeña cama a asimilar todo lo que había ocurrido. Macristen definitivamente ya estaría aún más prevenida, había comprado que nunca morí y ahora quizá se viera obligada a adelantar sus planes, lo cual, no nos convenía a nadie. Tenía que empezar a buscar la manera de decirle a Aaron la verdad y el como le diría a mi familia que me casaría y con un vampiro, ¿qué se supone que pasaría si la hija de una cazadora de demonios se enamora de un vampiro? No me quería ni imaginar lo que sucedería. Megan estaba con mi padre la había envía allí anoche y sólo esperaba y solo le rogaba a Dios que estuviera bien, ella era una prodigio pero no le quitaba que siguiera siendo tan solo una niña y en lo que iba del mes había cambiado de casa tres veces en sólo tres semanas. Me puse de pie y camine fuera de la habitación, avancé por el pasillo hasta llegar al vestíbulo, fui al salón y abrí el ascensor, ya había pasado mucho tiempo, así que posiblemente Tessa ya habría salido de la cirugía. Confiaba en Garrye era un excelente doctor y él habría hecho su mejor esfuerzo. Al llegar a la sala de estar Elif estaba en el mismo lugar donde la había dejado, a su lado estaba Claudia ambas levantaron su vista y sus ojos se encontraron con los míos, pero de inmediato mi hermana aparto su mirada. Me dolía, en serio me dolía su indiferencia y su manera cortante de ignorarme como si yo no fuera absolutamente nadie. Puse los ojos en blanco y me senté en otro de los muebles, el silencio era totalmente de sepulcro y la incomodidad era más que clara. Elif se puso de pie y se fue corriendo, su madre fue tras ella llamándola. Escondí mi rostro entre las manos, el dolo de cabeza empezaba a desesperarme. Garrye salió de la habitación de cirugías con un tapabocas puesto, unos guantes quirúrgicos, me sonrió antes que nada y luego se acerco a darme un abrazo, un abrazo lleno de sinceridad, nos separamos.

-Me alegra mucho verte, Ana- Habló, le sonreí- Te la jugaste, en serio que no la creímos. 

-También me alegra verte Garrye. ¿Cómo sigue Tessa?- Pregunté. 

-Bueno... Ella estará bien, por poco no se salva- El alma me volvió al cuerpo, la angustia se fue disipando- Está dormida en este momento, le daré analgésicos para el dolor, quizá necesite morfina pero esperemos que no- Asentí- Aunque te tengo una mala noticia. La bruja la atravesó por la parte de atrás comprometiendo su columna vertebral y su médula ósea, posiblemente Tessandra quede parapléjica, si después de que despierte y la anestesia se le pase no siente las piernas es porque será para siempre Ana- Me lleve las manos al rostro cubriéndome la boca, unas increíbles ganas de llorar me inundaron.

Encuentros #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora