Capítulo 12 Uno Solo

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Desperté poco a poco, por una ráfaga de viento frío que entró por las grandes ventanas de cristal, me removí en mi cama, la cabeza empezaba a dolerme, los ojos me ardían y no podía mantenerlos abiertos por mucho tiempo, había llorando mucho, incluso creo que me deshidrate por completo. Miré el reloj digital en la mesa de noche, era la 1:51 de la madrugada, trate de volver a dormir y realmente se me dificultó mucho. Había dormido todo el día y gran parte de la noche, creo que era normal que se me quitará el sueño. Solté un suspiro, me levanté de la cama y fuí hacía las ventanas, afuera todo era calma, las olas del mar eran tranquilas y empezaba a caer algunas gotas, el viento soplaba y me hacía dar mucho más frío. Miré hacía el viñedo y de nuevo esa sensación de ser observaba me invadió, ahí justo arriba de la rama de un árbol estaba él. Daxon, me miraba sonriendo mientras se fumaba un cigarrillo, el humo desaparecía en la atmósfera. Me hizo un ademán con las manos en forma saludo. Él tenía razón, literalmente siempre me estaba observando. El día que estuve a punto de morir, recupere algunas de mis memorias bloqueadas. Una de ellas era de mi madre y de Daxon, el la amaba. Estaba dispuesto a todo por ella, tanto así que por años, busco una cura para sacar mi sangre de demonio. Poco después, de que cumplí los doce años ella me borró las memorias y obligo a Daxon a que nunca más volviera a casa, lo hizo por que sabía que en cualquier momento podrían encontrarnos. Sin embargo, el nunca dejo de mantenernos observadas, a pesar de que era una de las personas más buscadas por la corte imperial vampírica. El término su cigarro y aún en la rama, salto al suelo cayendo perfectamente de pie y sin doblar un poco sus rodillas. Se quitó un sombrero imaginario he hizo una reverencia cómo despedida, sin más desapareció de mí vista. A decir verdad, me sentía un poco segura, al saber que él siempre estaba por ahí vigilandome de vez en cuando. Cerré las ventanas y me di la vuelta, entonces solté un solloso y cubrí mi boca para no soltar un grito de sopresa. Abrí mis ojos de par en par, mientras recuperaba en aliento, él me había pegado el susto de mi vida. Derek estaba sentado en la esquina más oscura de la habitación, al frente de mi cama, sus ojos relucía con intensidad. Este hombre iba a matarme.

-Derek. Por el ángel, acabas de darme el susto de mi vida. ¿Hace cuánto llevas ahí?- pregunté, sorpredida. Él se encogió de hombros.

-Lo suficiente- contesto- Hola- lo miré, más que sorpredida. Me alegraba que al menos estuviera aquí, pero no deme olvidaba que estaba enojada con él, está vez no sería tan fácil. Me cruce de brazos.

-No deberías estar aquí- le dije, el se puso de pie, traía los mismo jeans de está mañana pero traía la camisa toda desabotonada, trague saliva al ver su perfecto torso.

-¿Por qué?- preguntó arqueando una ceja, y se veía tan jodidamente sexy.

-No es apropiado. Derek, vete- siguió acercándose a mí, di un paso hacia atrás- Además. Renata te está esperando- el se detuvo, eso... Quedaté ahí y no te acerques más- vete.

-Tú sabes perfectamente bien, que lo que dije sobre Renata es mentira- dió otro paso hacia delante- Jamás te dejaría por irme con ella. Anais, ni que no me conocieras al menos un poco- dió otro paso hacia adelante y yo otro atrás- Lo que pasó, anoche con Renata no significó nada. Anais, ella me besó y de inmediato me aparte. Yo te amo a ti, te lo he demostrado de muchas maneras. Yo te comprendo en todo, Ana, sé que todo esto es realmente difícil para ti, pero entiéndeme a mí, te veía tan preocupada, todas las noches con pesadillas, llorando. Anais, me partías el alma y lo único que podía hacer era no darte más carga de la que ya tienes. Te pido perdón Ana, por todo lo que dije hoy, soy un estúpido, egoísta, pero este egoísta te ama con todo su corazón. Me desesperé cuando me terminaste- yo, no había querido terminar, pero fue lo único que se me ocurrió en ese momento. Sus ojos me suplicaba, era tan sincero, dió otro paso a mí y yo me aleje- Me enoje, me desesperé, no supe más que hacer. Pero te juro que Renata no significa nada para mi- sus ojos se llenaron de lágrimas- Ana, yo te perdí una vez y hace poco, casi te pierdo para siempre. Yo sé que soy una mierda, un egoísta y mentiroso. Pero no me dejes, necesito más tiempo para demostrarte que puedo cambiar, que contigo soy mejor persona y eso cualquiera puede decírtelo- algunas lágrimas de deslizaron por sus mejillas, volvió a dar un paso hacia mí y yo quedé acorralada contra la pared. Pegó su cuerpo al mío, puse sentir su torso contra mí cuerpo y su respiración en mi rostro- Ana, yo te amo. Eres libre de irte si así lo deseas yo no te detendré y no quiero usar esto como un chantaje para que te quedes. Pero yo sé que tú me amas, no puedes negar los que sientes por mí. Te prometo que desde ahora no habrán más mentiras, te juro por mi difunta madre. Anais, pero por favor dime que no era en serio cuando me terminaste.

Encuentros #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora