Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]

Capítulo trece: Larga marcha

Madison Toretto

 
El plan estaba listo.

Dominic y Brian irían por Braga, yo mantendría el auto preparado y al momento en que ambos llegaran, el rubio  sería el primero en irse.

Iba a ser rápido, tal vez solo unos minutos; pero Dominic y Brian no me dejaron ir con ellos, porque tal vez, si los hubiera acompañado, no estaríamos en esta posición.

Miles de autos nos perseguían; miles de hombres armados hasta los dientes nos disparaban sin importarles que su jefe estaba con nosotros.

—¡¿Qué te hizo cambiar de parecer?! —Grito eufórica, el vidrio trasero es impactado por  disparo y, por instinto, me encojo en mi asiento.

Dominic iba con la clara idea de terminar con Braga y su negocio, iba decidido a meterle una bala entre ceja y ceja;  sin embargo, terminó saliendo de la capilla con el arma entre las manos y Braga esposado. Y aunque no me gustara la idea de que él lo asesinara, menos me gustaba estar sentada de copiloto sin hacer nada.

Maldigo internamente el momento en que no agarre mi automóvil, porque en esta situación nos hubiera servido tener otro vehículo a nuestro favor. 

—Pásame la escopeta.

—¡No puedes conducir y disparar, vas a matarnos! —Digo y arrancó de sus manos el arma, el vidrio de mi ventanilla ya estaba roto así que no hubo necesidad de bajarlo. Apunto mi objetivo, estoy preparada para disparar pero Dominic mueve bruscamente el auto, cierro los ojos y vuelvo a concentrarme.

La bala se incrusta en la rueda del automóvil y éste choca contra otro, lindo y preciado efecto dominó.

Otro más; otro disparo efectivo que vuelca a otro automóvil.

Vuelvo a mi lugar cuando la tierra se levanta y mis ojos pican, el auto de Brian iba demasiado lejos, pero ahora, tenía vía  libre para llegar a los túneles que utilizamos aquella vez cuando hicimos el trabajo para Braga.

—Sal de aquí, Brian. —Dice Dom a través de un comunicador. Más hombres de Braga aparecen y es cuestión de segundos en los que entramos a los túneles.
 
Mis manos sudaban de los nervios y sentía mi corazón bombear frenéticamente, la adrenalina corría por mi cuerpo y tenía ganas de sacar la escopeta por la ventanilla y acabar por los hombres que nos disparan sin parar.

—Mierda —gruñó Dominic cuando el vidrio trasero explota por un disparo.

—Son muchos —un jadeo se me escapa cuando me asomó por el asiento, más de dos autos vienen tras nosotros—. Debemos hacer algo.

Dominic piensa y segundos después asiente—: Aléjate de la puerta.

Hago caso a su pedido y me preparo mentalmente para su inesperada idea; clavó mis uñas en el asiento y trató de mantener mi cuerpo firme cuando el choque contra la pared de madera del túnel golpea nuestro auto.

—¡Si! —grito al ver como el vehículo que nos seguía se choca con los destrozos que provocamos y  dos más se destruyen.

Vuelvo a tomar la escopeta y me asomo por entremedio de los asientos, veo las dos luces brillante demasiado cerca y disparo; el retroceso es bastante brusco y, de forma torpe, vuelvo a mi lugar.

Sonrió satisfecha; uno menos.

—¡Mierda! —Maldigo cuando mis manos se apoyan ágilmente sobre la guantera, evitando que mi cabeza choque contra el vidrio.

—¡Ponte el cinturón! —Ordena mi hermano.

Con mis manos temblorosas hago lo que pide, mi cuerpo se mueve bruscamente cuando uno de los pocos  hombre que quedaban, choca nuestro auto desde atrás.