Capítulo diez: Tú decides.

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Madison  Toretto

Estaba sentada en el sofá de la sala, sola, todos se habían ido. Letty llegó horas antes diciendo sobre unas carreras en donde giraba mucho dinero y eso provocó  que,  en cuestión de minutos mis hermanos y amigos entraran en sus autos y se vayan.
Me dolía la cabeza y me negué a ir. Después de todo, el lado bueno era tener casa sola.

La película estaba empezando, Transformers. Había echo palomitas y tenia un gran vaso de coca cola a mi lado.

El reloj marcaba las once y media. A quince minutos de la película, la puerta suena.

No esperaba a nadie, pongo en pausa la película  y me dirijo a la entrada. Cuando abro la puerta, me llevo la sorpresa de ver a Brian mirándome sonriente.

—Hola  —dice metiendo sus manos en los bolsillos de sus jeans.

—Hola —digo apoyándome en el marco de la puerta y mirándolo, disimuladamente, de arriba hacia abajo.

—¿No irás a las carreras?

—Me siento un poco mal, ¿y tú? —pregunto.

—Si, iba para allá y Dom me mandó un mensaje para que venga a buscarte...

Niego divertida. Dominic siendo Dominic.

—Dile que no se preocupe, simplemente me duele la cabeza —digo divertida. Brian me mira por unos segundos y asiente.

—¿Estas sola?

—Si, Letty trajo el chisme y salieron todos hacia allá.

—Me imagino...

—Será mejor que vayas si no quieres quedarte fuera de estas —hablo una vez que él se quedó en silencio.

Brian asiente y se despide con la mano.

Niego divertida y cierro la puerta, apenas doy dos pasos hacia la sala, la puerta vuelve a sonar.

—¿Pasó algo? —pregunto dudosa al verlo otra vez parado en la entrada. Brian hace una mueca graciosa y sonríe.

—...Creo que ya voy tarde, ¿quieres compañía? – sonríe divertido.

Me muerdo el labio y asiento dejándolo pasar. Apenas estamos en la sala, él tira de mí brazo hacia su cuerpo y junta nuestros labios.

Es increíble lo que aquel mínimo acto, aquel mínimo toque entre nuestras bocas, hace que mi corazón lata frenéticamente.

Llevo mis manos a su nuca y camino a ciegas hasta el sofá. Caigo de espalda en esté y Brian se sube arriba mío, apoyándose en sus brazos para no aplastarme con su cuerpo.

Mis manos recorren su espalda y las suya mi cintura y cadera. Me impulsó hacia arriba, quedando sentada, y le quitó la remera. Brain mi mira deseoso y vuelve a juntar nuestras bocas, bajando por mi mandíbula hasta mi mi cuello. Sus manos buscan el borde de mi remera y tirando de ésta hasta sacarla.

—Eres hermosa... —jadea besando mi cuello. Cierro los ojos por el placer que me genera y me digno a tocar su abdomen.

—Vamos... A mi habitación —digo como puedo. Brian asiente y vuelve a besarme.

Entre besos y manoseo subimos hasta mi cuarto. Cuando estuvimos frente a la cama, lo empujó hacia esta y me subo arriba suyo.

Beso su boca y voy bajando por su cuello,  recorro con mis manos su pecho y abdomen, hasta llegar a la hebilla de su cinto. Lo desabrochó y él me ayuda sacándose los pantalones, da una vuelta en la cama dejándome ahora abajo a mí. 

Me mira por unos segundos y sonríe, besa mis labios de forma lenta, con ternura.

[...]

Brian cae a un lado de mi cuerpo suspirando, me siento en mi cama y tomo la sábana tapándonos.

En el silencio de mi habitación, se escuchaban nuestras respiraciones agitadas y la música baja que habíamos puesto.

Brian se da vuelta a verme, sus ojos claros me inspeccionan y acaricia con su mano mi mejilla.

—¿Sucede algo? —pregunto girándome a verlo. Él niega y se acerca a besarme.

—Simplemente estoy pensando —dice al separarse.

—¿En qué? Sí se puede saber.

—En lo hermosa que eres, y... en mi trabajo.

Le robó un beso por lo primero y digo—:¿Qué tiene de malo tú trabajo?

Brian lo pensó y negó con la cabeza.

Claramente había algo que lo inquietaba.

—No es importante —dice acercando nuestros cuerpos. Él se acuesta boca arriba y me indica que me acueste en su pecho, asiento y me acomodo, su mano rodea mi cintura y apoyo la mía en su estómago, dando leves caricias.

—¿Por qué no fuiste a las carreras? Ibas a ganar mucha pasta —digo riendo. El pecho de Brian vibra y cierro los ojos por la sensación.

—Gané más quedándome contigo.

—Eres todo un galán cuando te lo propones —digo bromeando y pellizcando, suavemente, su piel. Brian se queja y aprieta  bajo mis costillas provocándome carcajadas.

—Sabes... Hay algo que me pregunté desde que llegué —dice luego de silencio— ¿Por qué estabas peleando el otro día con Vince?

No sabia si decírselo, después de todo, se suponía que era un tema dado por cerrado.

—...Sigue pensando en que eres un policía. —digo riéndome un poco, producto de los nervios— Pero no te preocupes, seguramente Dominic ya habló con él. 

Brian no dice nada, simplemente acaricia mi piel desnuda, por un momento dudo en que hice bien al decírselo. Me levanto a verlo, su rostro estaba serio.

—¿Estas bien?

—Si, solo, pensaba en que... No te pelees con él, después de todo me odia desde que iba a comer los sándwiches de atún.

—Dios que asco —río acordándome de la vez que probé el atún—, empezaron con el pie izquierdo, Vince puede ser un idiota, hasta llegar a ser insoportable. Pero es bueno, siempre estuvo para nosotros y... Lo quiero como un hermano, solo hay que darle tiempo

—Me imagino, pero siendo un idiota — dice apretando mi mejilla. Río y cierro los ojos volviendo a apoyar mi mejilla en su pecho.

Poco a poco, sin darme cuenta, los párpados empiezan a pesarme y me voy quedando dormida. Las caricias de Brian en mi brazo no eran de ayuda y solamente provocaron que termine durmiendo en su pecho.

***

Narrador Omnisciente:

En la oscuridad de la habitación, las pocas luces de colores que hacía la radio al sonar, estaban los dos acostados.

Madison se había dormido, fue imposible no hacerlo luego de un día tan movido. En cambio, Brian aún seguirá despierto.

Pensaba en cómo todo se le había complicado, en como terminó enganchado con la hermana de Toretto, en cómo se habia convertido en amigo de la familia, había visto las cosas de forma diferente y eso le impedía creer que ellos eran los que asaltaban los camiones.

Por un lado pensaba, tal vez Madi no supiera, tal vez ella no estaba metido en todo eso. Por otro, había notado lo unida que era la familia, se cuidaban mutuamente y parecía que los tres hermanos estaban al tanto de las acciones del otro. Eso dificultaba todo, su vida amorosa estaba irrumpiendo con su juicio y su trabajo.

Brian no quería elegir, no quería llegar a aquel punto. Pero lamentablemente, sin darse cuenta, estaba más cerca de hacerlo de lo que él pensaba.






¡Espero que les guste! ¿Cual es su personaje favorito?

Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora