Capítulo catorce: ¡No te vayas! (capítulo final)

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Madison Toretto

Una vez en un libro, leí una frase que me resultó llamativa. Tal vez porque entendí cuanta verdad tenían esas palabras, o porque simplemente estaba entre comillas, aún no lo sé, pero cada vez que algo me duele, esa frase que remarque con marcador de color, viene a mi mente.

"Todo lo que hoy nos duele, duele porque en algún momento fue amor..."

Con el libro en mis manos, y sentada en la soledad de mi habitación, leo una y otra vez aquella frase. Algunas lagrimas se escapan de mis ojos sin poder evitarlo y las limpio rápidamente.

No me gustaba llorar, lo odiaba. Odiaba sentirme tan débil, tan indefensa y sin control de mis sentimientos.

Odiaba el hecho de estar pensando en los últimos días, en todo lo que habíamos pasado junto a Brian, a partir de su llegado al local hasta minutos atrás. Me acuerdo de sus ojos y de su sonrisa y me duele, porque en verdad sentía cosas por él.  En verdad creía que por una vez, iba a poder llegar a tener una buena relación amorosa, con alguien que compartiera la misma pasión por los autos, por las carreras, por todo.

Pero al parecer no, al parecer el destino no se cansa de jugarme en contra.

La puerta de mi habitación se abre y Mía entra. Limpio rápidamente mis mejillas y la miro, ella lo hace por segundos, podía notar en sus ojos lo triste que la ponía verme así, y en segundos la tengo abrazándome.

—Lo siento... —susurra en mi oído y acaricia mi espalda. Muerdo mi labio para no largar un suspiro pero a raíz de eso, las lágrimas vuelven a invadir mi vista— Desahógate. Yo no te voy a juzgar Mad...

—Lo sé —digo, y en las caricias de sus brazos, lloro.

El nudo en la garganta cede y lágrimas bajan por mis mejillas. Me aferro a Mía y sollozó en su cuello.

—...Tienes que hablar con él —dice luego de segundos.

—No quiero hablarle.

—No puedes ocultarte e ignorarlo, habla con él, tienes que escucharlo —pide separándose de mí. 

—Cambiemos de tema, —pido limpiando nuevamente mis mejillas— ¿Letty y León ya se fueron?

—Si, Dom dijo que los vería después, me preocupa Jess. Aún no sabemos nada de él. 

Iba a contestarle, pero gritos viniendo de afuera llaman nuestra atención. Mía y yo nos miramos y rápidamente nos levantamos para ir a ver qué sucedía.

Al salir vemos el auto anaranjado de Brian, a él apuntando con un arma a Dom y, como no, a Dominic con un rifle en su mano. Ambos se miraban y gritaban desafiándose.

—¡No estoy huyendo! —grita nuestro hermano— ¡Quita tu auto!

—¡Se acabó! No avisé a la policía, ¡pero no me obligues a hacerlo!

Mía y yo miramos atenta la situación.

—¡Suelta el rifle!

—¡Tú eres el policía! ¡Eres un policía! — Dominic se acerca amenazadoramente. Niego con la cabeza rogando que no cometa ninguna estupidez, no era momento para eso ahora— ¡Tengo que encontrar a Jess antes que ellos! Así que saca tu maldito auto de mi entrada.

Cansada de escucharlos gritar me asomó para que puedan verme.

—¡Son unos idiotas, ambos! —grito señalándolos. Brian me mira y baja el arma al igual que Dom— Jess no tiene a nadie más, así que haznos el maldito favor de irte así podemos ir a buscarlo.

Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora