Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]

Capítulo dos: Ganar es Ganar

Madison Toretto.

Muerdo el delicioso sándwich que había preparado Letty para todos. Estábamos en mi casa, en el patio específicamente.
Luego de la ridícula escena hecha por Vince decidimos cerrar el local, nos montamos en nuestros autos y aquí estamos: conversando y planeando todo para esta noche.

—¿Correras? —pregunta Jesse.

¿Iba a hacerlo? Tenía ganas, hace más de una semana que no competía y el dinero que tenia ahorrado se estaba gastando. Sin embargo, negué, todavía no era el momento.

—Estoy bien así  —digo y sigo devorando mi sándwich—. ¿Qué tienen en mente?

—Pensaba ir a comprar unas calcomanías...

—¿Vieron a Vince? —León interrumpe a Jesse, una sonrisa burlona decora su rostro.

—¿Qué tiene el idiota? —pregunto tratando de que no se note que, aún, estoy enojada.

—Mía lo está poniendo en su carril —dice León abriendo una Corona, la burla pintaba sus facciones.

Me dedico a negar con la cabeza, no sabia por qué aún seguía enojada, pero el solo hecho de pensar en la situación vivida horas atrás me provoca una especie de... ¿ira? No sabría como describirlo, miles de cosas invaden mis pensamientos. Algunos tenían nombre y apellido.

—Será mejor que duerma algo —digo levantándome de la mesa. Mis amigos me miran confundidos y solo asienten.

—Nos vemos luego.

Me adentro a la casa, el silencio reinaba y era bastante tranquilizador. Necesitaba un poco de paz.

Cuando estoy por subir las escaleras escucho el ruido que provocan Vince y Mía. Imaginé que iban a ser gritos y regaños, pero al contrario, fueron besos.

El irritante ruido de sus bocas moverse, fue imposible no reír por la bajo mientras subía la escalera.

Vaya lío se armaría si Dom se daba cuenta que pasaba algo entre ellos. Y claramente, no quería estar presente si eso sucedía. Estando frente mi cama, me quito mis botas y decido que es momento de descansar.

Bastante movidos fueron los últimos días en esta familia.

***

—¿Estas lista?

La puerta de mi habitación se abre y Dom me mira con una sonrisa. Asiento antes de darme una última mirada en el espejo.

Había elegido un cargo clarito tiro bajo y una musculosa roja corta que dejaba mi abdomen libre de tela. El maquillaje era muy liviano, un poco de rimel y brillo labial trasparente.

Las carreras eran un lugar donde se juntaba mucha gente y solía hacer calor.

Agarro mi móvil y un poco de dinero. Cuando bajó las escaleras, Mía y Letty están esperando.

—¿Listas? —pregunto, ellas asienten.

Letty sube al auto junto a mi hermana, sin esperar más camino hacia el auto rojo de Dominic y me subo.

—¿No correras? —pregunta confundido.

—Decidí que hoy no, estaré de espectadora —bromeo y miro hacia el frente. Dom ríe por lo bajo y hace rugir al motor.

Tardamos apenas unos diez minutos ir hasta los edificios, los chicos se nos habían unido en el camino y estábamos dando un espectáculo al entrar.

Las personas levantaron su vista y miraron los cinco autos hermosos que poseíamos, la música sonaba alto y las personas estaban haciendo apuestas.