Capítulo nueve: Braga... ¿y Braga?

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Narrador Omnisciente:

Las personas se daban vuelta a verlo caminar, con el rostro serio Brian se abría paso entre sus compañeros de trabajo. Había estado toda la noche pensando lo que podría llegar a suceder con  su jefe, había desobedecido la orden de entregar a Dominic y la confianza con su superior podía estar en riesgo.

Da dos golpes en la puerta y luego de escuchar el permiso para ingresar se adentra a la oficina. Los dos hombres lo miran serios y le indican que se siente, Brian hace caso y en cierta forma se prepara mentalmente para la larga conversación.

—Más vale que tengas una buena explicación. Desobedeciste una orden directa... ¿Y la mercancía?

Brian mira fijamente al hombre de camisa y responde seguro—: Segura.

—Segura —repite con sarcasmo enderezándose.

—A ver, podemos usar la mercancía para llamar a la prensa y eliminar unos kilos de heroína de las calles, pero Braga sigue ahí. Y enviará más en una semana y la semana siguiente —dice el rubio sin sentirse intimidado—. Usemos la mercancía para atraer a Braga y cortar el problema de raíz.

—¿Y cómo quieres hacer eso? —pregunta su jefe, porque aunque quisiera negarlo, la idea del agente no era mala. Es más, le sonaba hasta tentadora.

—Con un intercambio directo con Braga.

El otro agente, al cual Brian había golpeado días atrás, decide meterse en la conversación.

—No se presentará.

—No puede darse el lujo de no ir. —Las palabras de O´Conner salen con tal fluidez de su boca que parece un buen plan, la ansiedad pica en el cuerpo de su jefe y poco a poco aquella tensión en los hombros por no obtener a Toretto empieza a disminuir.

¿Qué era más importante que los hermanos Toretto? Un narcotraficante imposible de atrapar, uno que era un fantasma, que no se sabía absolutamente nada de él. La prensa estallaría sin dudas.

—¿Tienes un plan?

Y ahí era a donde Brian quería llegar. Y su jefe estaba entrando lentamente en la trampa.

—Hay un precio... Si atrapamos a Braga, absuelven a los Toretto.

El silencio reinó en la habitación, los dos hombres se miraron entre sí y luego al rubio. Debían esperarse algo así.

Madison Toretto:

Subo mis piernas a la silla y abro el paquete de papas fritas, las deliciosas papas fritas con gusto a jamón. Observo como Dominic está reparando uno de los autos y tarareo por lo bajo al ritmo de la música, estábamos los dos  esperando a Brian.

—¿Puedo preguntarte algo? —digo mordiendo una papa. Dom me mira de reojo y me ignora, hoy definitivamente no era su día.

—No.

—¿Cómo te sientes respecto a lo de Letty? Ya sabes, enterarte que trabajaba para los polis.

Dominic vuelve a ignorarme y cuando intento volver a preguntarle hace ruido para callarme. Ruedo los ojos y decido mejor no seguir insistiendo, pero el aburrimiento me estaba empezando a afectar, y no es como que pudiera salir a manejar y distraerme, debíamos esperar al rubio y escuchar las noticias que trajera.

—Sabes, creo que cuando termine todo esto visitaré a Vince —comento imaginándome en las playas de Brasil, por un segundo me inunda felicidad—. El calor, la arena, el clima tropical... O tal vez, Europa, ¿qué opinas?

—Podrías encontrarte con Han.

—¡Tienes razón! —exclamo con la boca llena—  Me gustaría conocer España...

Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora