Capítulo siete: Mi nombre en tus labios.

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Madison Toretto

Me muevo soñolienta, algo no paraba de vibrar y me estaba poniendo de mal humor. Busco con mi brazo mi celular e intento abrir los ojos para parar la alarma, pero no hay ninguna, ¿qué demonios es lo que vibra?

—¿Estás lista? —Entra Dominic a mi habitación mostrándome que lo que no paraba de vibrar era el maldito aparato que nos dio Campos.

Maldigo por lo bajo y le digo que me espere cinco minutos, de forma apurada me pongo un pantalón cargo verde oscuro, un top blanco y mis zapatillas de igual color. Trato de peinarme pero por la rapidez solo me termino haciendo una cola de caballo, hago mis necesidades y cuando ya estoy lista me dirijo hacia mi hermano.

Dom está tecleando cosas en su celular y cuando me ve salir del baño me lanza un paquete de galletitas de chocolate, le agradezco y ambos caminamos  hasta nuestros vehículos.

Manejo tratando de esquivar los semáforos en rojo y comiendo algunas galletas, moría de hambre, no tardamos más de diez minutos en llegar: era un galpón, apenas ingreso con el auto noto  que hay un hombre parado a la derecha y esconde un arma detrás de su pierna.

Estaban todos los corredores, y apoyado en una camioneta se encontraba Campos y su grupito, apago el motor porque al parecer faltaban algunos y debíamos esperarlos.

Dominic desde su auto me mira seriamente y le sonrío levemente mientras llevo otra galleta a mi boca, me recuesto en el asiento y segundos después entra un auto azul, trago grueso y decido no comer más después de haber visto quien era el que faltaba.

Campos nos mira serios y sus hombres empiezan a acercarse a nuestros autos, pasan unos aparatos por estos y noto como Dom lo mira de reojo a Brian.

—Todo en orden —dice uno de sus hombres. Campos hace una seña con sus dedos y abren la puerta de un camión, el primer auto se posiciona en el lugar y poco a poco es mi turno para ingresar.

Genial, encerrada en mi auto vaya a saber uno cuanto tiempo.

Apoyo mi cabeza en el volante y aburrida trato de mandarle un mensaje a Dom pero para mi mala suerte no tenía señal.
Escucho como personas hablan pero no podía verlas pero aún así, distingo la voz de mi hermano diciendo que disfruten el viaje.

Río secamente y no tengo más opción que cerrar los ojos y aguantar el viaje que quién sabe donde.

Esperaba con ansias que todo saliera como lo teníamos planeado, y nuestro mayor objetivo era conocer al tal Fénix que tanto habíamos buscado.


***


—Bienvenidos a México, muchachos —dice la morocha de siempre, me cruzo de brazos y me apoyo en el capó de mi auto—. En la frontera hay helicópteros y cámaras que detectan calor.

Miro atentamente como cargan grandes maletas y las empiezan a poner en nuestros autos—: Puedo guiarlos a través de puntos ciegos vía satélite. No hay margen de error, así que deben seguir todas mis instrucciones... ¿Alguna pregunta?

Nos miramos entre todos y me detengo en mi hermano, él no duda en abrir su boca preguntando lo que ambos pensábamos.

—Creí que Fénix estaría aquí.

Miro a la morocha rápidamente esperando su respuesta, al final, Dom pudo averiguar en la fiesta que el dueño del auto que buscábamos se llamaba Fénix, y él era el asesino de Letty.

—Los verá allá. —Es lo único que responde para darnos el pie a entrar a los autos antes de sincronizar los GPS con el suyo.

—Suerte caballeros —dice mirándolos y luego se detiene en mí—, suerte Madison.

Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora