Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]

Capítulo dieciseis: ¿De qué eres capaz?

Narrador  omnisciente:

¿Qué más se puede pedir cuando tienes familia, amor y protección? Los Toretto's tenían eso y más.

Solo contaban minutos para poder cometer uno de los mayores robos a un mafioso de Brasil e irse con millones en sus bolsillos.

Todo estaba planeado perfectamente; cada uno sabía su puesto, su tarea. Ya no había tiempo para arrepentirse, era el momento que tanto habían esperado, anhelado, con todas sus fuerzas.

El grupo se movía de un lado a otro, más que nada los que tenían que jugar con diferentes roles, como por ejemplo: Han, Pearce y Marcos; los tres tenían uniformes de la policía y estaban preparando todo para usar una vez por todas las patrullas.

—Estoy listo —informó el moreno, cerrando el capó de su respetivo coche.

Marcos asintió dando a entender que él también, Han guardó su bolso en el lado del copiloto y miró atento a Santos.

—¿Listo? —Le preguntó al latino.

—Siempre estamos listos, hermano —respondió limpiándose las palmas de las manos y compartiendo miradas con Tego.

Gisele guardaba en su cintura su IWI Jericho 941 completamente cargada, Madison al contrario tenía una Glock 19 en su espalda, mientras que en su bota descansaban dos cargadores de repuesto.

Mia era la encargada de estar atento a cuando Hobbs se alejara de la ciudad, no despegaba sus ojos de las pequeñas luces verdes y rojas que titilaban en las computadoras.

O'Conner estaba sentado mirando a su novia y esperando el momento en que debieran salir hacia la jefatura; Dom se hallaba atento y conversando con Vince. Pues éste último había empezado a ser parte del robo el día en que había salvado a Madison de la gente de Reyes.

Apenas bastó que Mia dijera unas palabras para que todos aceleraran sus acciones y empezara el plan:

—¡Hobbs está fuera de la ciudad! No habrá mejor oportunidad... —Opinó dándole una mirada a su hermano mayor.

Era el momento. Por fin, después de tanto tiempo de preparación, había llegado la hora.

—¡Todos listos, llegó la hora! —Gritó Toretto, sus manos enrollaban con prisa unos planos—. ¡Primer grupo en posición! ¡Corran!

—Ten cuidado —murmuró Mia dándole un dulce beso a su novio antes de verlo alejarse en la patrulla.

Los rugidos de los carros hicieron eco en la fábrica, Gisele aceleró la moto y siguió a sus amigos a la salida, la furgoneta que manejaban Tego y Rico fue lo último que la familia Toretto vio antes de centrarse en sus cosas.

—Madison, ven —llamó Dominic a su hermana menor.

La morena terminó de colocar su arma en su cintura y trotó hasta su hermano.

—¿Qué sucede? ¿Nervioso? —Preguntó burlona.

—Quiero que me prometas algo...

Madison negó con la cabeza y rodó los ojos, sabía las intenciones de su hermano; no estaba dispuesta a escuchar un discurso de despedida por parte suyo.

—No prometo una mierda, todo saldrá bien ¿sí?

Dominic quiso retrucar pero el rostro serio de la morena le advirtió que de nada serviría llevarle la contra, algo tan típico de sus hermanas, ambas eran capaces de hacerlo dudar de sus decisiones.

—Dom, Madi... Yo cuidaré de Mia —habló Vince acercándose a ellos.

La morena sonrió agradecida y palmeo su hombro amistosamente.