Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]

Extra #10

[Sucesos antes de que nazca la segunda hija de Madison y Brian]

  

El rugido del motor llena mis venas de adrenalina, es como una inyección directa en mi sistema. Mis sentidos responden ante los estímulos con rapidez, no dejando pasar ni un segundo para una respuesta.

Pero aunque mi concentración y sentidos están depositados por completo en la ruta frente mío, su risa llega como una caricia del viento.

«Solo un segundo…»

Lo miro y mi corazón parece descubrir una nueva forma de latir, guiado simplemente por aquel sonido capaz de hacerme sentir una adolescente.  

Soy fiel amante de los atardeceres, de los colores fundiéndose en el cielo bajo el último retazo de sol, de la presencia casi invisible de algunas estrellas despertando… Pero toda esa belleza natural queda de fondo cuando veo sus ojos azules brillar, cuando aquellos últimos rayos de sol chocan contra sus mejillas y parecen ser solo un foco para resaltar aquel rostro que me enamora día a día.

Y no sé si nuestros corazones van al compás, pero  sé que nuestras carcajadas suenan perfectas juntas.
 

—¿Por qué te detienes? —Interroga—. ¿Sucede algo, amor?

Inhalo profundo para controlar la emoción que florece y me domina al escucharlo.

¿Cómo una palabra provoca… tanto? 

—No, solo… Te amo, Brian.  

La sonrisa gana terreno en ambos, siento mi corazón latir más fuerte cuando él se quita el cinturón de seguridad y se inclina hacia mí. Aquella mirada picara y sonrisa coqueta me cautivan como el primer día.

—Todos los días descubro que te amo un poquito más, Madison Toretto —susurra antes de atrapar mi mentón entre sus dedos y juntar nuestros labios.

La ruta casi vacía hacia nuestro destino, la música suave en la radio y el atardecer de colores naranja y rosa quedan de fondo en un beso que me hace sentir más que viva.

 
Lo tomo de la nuca intentando acercarlo más, profundizar un beso que parece no ser suficiente para saciar la sed de amor.

Brian nos separa lentamente y reparte besos en todo mi rostro, yo simplemente sonrío gustosa porque no hay nada que pueda hacer para demostrar lo feliz que me siento.

—Estoy perdidamente enamorado de ti —dice, mirándome fijamente—. Y no sé a qué se debe este arrebato de amor pero me encanta, me encanta mucho y quiero que se repita todo el tiempo.

—A mí me encantas tú.

Se muerde el labio y sus ojos parecen volverse más intensos.

—Una palabra más y volveremos a casa para encerrarnos en la habitación  —muerde con atrevimiento mi cuello provocándome una risita nerviosa.

Me da un pico y vuelve a acomodarse en su asiento, con la misma sonrisa imposible de borrar que hay en mi cara y que se mantiene allí los siguientes veinte minutos hasta llegar a nuestro destino.