Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]

Capítulo diez: Secretos ocultos

Madison Toretto

—La belleza de las oficinas públicas, este es el plano.

Mia extiende el papel sobre la mesa, lo observo atentamente.

—Aquí está la bóveda de evidencia, es donde tienen el dinero. —Señala Brian.

Tej empieza a balbucear y levanta su dedo índice para llamar la atención, me acomodo en el asiento y lo miro atentamente. Cada vez la loca idea de entrar al edificio de la policía tiene un bache en el camino.

—¿Estamos hablando de entrar a una jefatura de policía? Una... Jefatura de policía. ¿Reconocen esas palabras?

Mientras Tej sigue diciendo más nombres como: los azules, sheriff, y la justicia, Brian y Dom intercambian miradas.

Han se cruza de brazos y agrega—: Las jefaturas intentan evitar que gente salga, no que entren.

—Es una misión furtiva. Entramos y salimos antes de que se den cuenta —dice mi novio.

—Peero antes, alguien debe entrar para averiguar el modelo de la bóveda. —Me reclino en mi asiento y observo disimuladamente a Pearce.

Él apoya su barbilla en su mano y mira atento el plano.

—Que... locura. ¿Y quién se supone que deba entrar ahí?

Brian sonríe pero no dice nada, ninguno habla; sin embargo, todas las miradas recaen en él. Intento no reírme cuando nos mira confundido.

—¿Qué... por qué yo?

—Porque eres el que habla más —dicta Brian, Tej susurra un "definitivamente".

—Será rápido y lo harás bien. —Le doy ánimos.

Roman suspira rendido, él mismo sabía que no mentíamos y que era el indicado para adentrarse a la jefatura.

Marcos entra en la habitación llamando la atención de todos, se acerca y le da un beso en la boca a Mia, luego inclina su cabeza hacía mí indicando que nos alejemos del grupo.

Lentamente agarro mi campera de Jeans aprovechando que todos están concentrados en planear la hora que harán el siguiente paso. Una mano me toma del antebrazo, Brian me mira detenidamente.

—¿Todo bien?

Sonrío y asiento.

—Sí, iré por un poco de agua.

Él asiente lentamente y me suelta, me alejo de la mesa yendo hacia la esquina donde se encuentran las botellas de agua. Marcos camina hacia mí con seriedad.

—Está hecho —dice mientras se mueve disimuladamente—. ¿Estás segura de esto?

—Si no lo estuviera no te habría pedido que lo hagas.

Asiente, se cruza de brazos y me mira—: Sabes que si sale mal no podré hacer otra vez mi trabajo, ¿no?

—¿Desde cuándo desconfías de mí? —Pregunto haciéndome la ofendida.

Él rueda los ojos y está a punto de decir algo cuando Brian apoya su mano en su hombro, está serio y nos mira a ambos con intriga.

—¿Sucede algo? —Le pregunta al verlo serio, Marcos niega y sonríe, me quita el agua de las manos y se va—. ¿Qué le sucede? Nunca lo había visto tan... callado.

Sigo con los ojos a mi cuñado, me encojo de hombros y vuelvo a verlo a él.

—Debe ser por el embarazo, Mia estuvo toda la noche con acidez y no durmieron muy bien —respondo.