Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]

Capítulo diecinueve: Su perdón

Recomendación: Canción en multimedia y "You're somebody else" de Flora Cash.
Prometo que disfrutarán más la lectura.

"Madison:

Escribo esto porque dudo poder decirte lo que siento en persona, lo intentaré, pero si lees esta carta es porque no tuve el suficiente valor para pedirte perdón frente a frente y huí como un cobarde.

Lo siento mucho.

Siento haberte puesto en peligro, nunca fue mi intención. Nunca haría algo así. Eres como mi hermana pequeña; te vi crecer, te cuidé, y siempre anhele que tuvieras una vida buena y que te haga feliz.

Sé que a veces no era la mejor persona, sé que a veces me iba con las palabras y no me daba cuenta el dolor que podría generarte. Te pido perdón por cada vez que fui muy duro... Nunca te lastimaría con intención.

Nos alejamos tanto luego de lo sucedido en Los Ángeles; me dolió perderlos... A Dom, a Mia, a ti... Me dolió perder a Jessie. Me dolió darme cuenta que la familia que tanto nos habíamos esforzado en hacer se había disuelto sin darnos tiempo siquiera a despedirnos.

Sin siquiera poder decir adiós.

Y a pesar de no poder haber vuelto a mi hogar, fui muy feliz cuando volvimos a tener contacto.

Tal vez todo hubiera salido bien si no la hubiera cagado con la venta de autos. Tal vez hasta hubieran podido conocer más a mi hijo, el pequeño Nico.

Espero poder contarles alguna vez que lo bauticé en su honor. Por ustedes. Por todo lo que aprendí siendo parte de su familia.

Y me gustaría poder decirte frente a frente que, si tú aceptas, fueras su madrina.

Nada me haría más feliz que saber que tendrá a alguien como tú: valiente, leal, que lo protegerá sin importar qué, que velera por su bienestar.

Nunca dejes de ser aquella niña que decía lo que pensaba y sentía. Te convertiste en una excelente mujer; en una excelente persona.

Espero algún día podamos volver a ser aquellos jóvenes en Los Ángeles que competían, que se divertían, y que luego, volvían a su hogar a hacer parrilladas los domingos al medio día.

Me despido con esta carta, esperando que no sea lo suficiente extensa, con todo lo que tenía reprimido y que no había podido decirte.

Sé feliz Madi, es lo que siempre quise y querré.

Sé libre.

Con amor, V."

Las lágrimas caen desenfrenadamente por mi rostro; un sollozo escapa de mi boca y no aguanto el dolor que oprime mi pecho. No aguanto ver la escena de otro amigo muerto frente mío.

Me alejo entre lágrimas que bajan sin cesar, ocultándome detrás de una columna.

Sufro espasmos que me quitan el aire, que me obligan a morder mis labios para no gritar de odio. De tristeza.

«Sé feliz, Madi. Es lo que siempre quise y querré».

Golpeo con mis puños la columna. Una y otra vez. No me importa el dolor de mi pierna, ni siquiera el de mis nudillos al rajarse la piel.

No puede importarme porque el dolor que siento en el pecho es más fuerte; porque la imagen de Vince se mezcla con la de Jessie y hacen que todo duela más.