Madison Toretto
Normalmente suelo despertarme tarde. Cuando todos ya están trabajando y la cocina está libre para mí. Al contrario de ayer, hoy son las nueve y media y ya estoy tomando café en una cocina sumamente vacía.
El silencio en la casa era relajante, todos dormían. Aproveche el tiempo libre y limpie la habitación, saqué las botellas de cerveza, las bolsas de frituras y ordené alguna que otra cosa fuera de lugar. El resto de la casa le tocaba a los demás.
La música sonaba despacito, terminé mi café y lavé la taza colocándola en su lugar nuevamente.
—¿Te caíste de la cama? —pregunta una voz femenina.
—Así quisiera —digo dándome vuelta.
Letty estaba frente a la heladera buscando comida, estaba vestida con la camiseta de mi hermano y sus bragas, era común verla así por las mañanas.
—Dile a Mía que vuelvo para la comida. — Beso su mejilla y tomo mi bolso de la mesada.
—¿A dónde vas? —pregunta, llevándose un pedazo de pizza a la boca.
—¡Vuelvo para la comida! —Alzo la voz ignorando su pregunta.
Letty niega con la cabeza y la pierdo de vista cuando sube las escaleras. Al salir de casa, el sol golpea contra mi rostro y lastima mis ojos.
Coloco mis lentes de sol y me dirijo hacia mi auto: un hermoso Mazda naranja y negro, mis dos colores favoritos.
Apenas prendo el motor coloco un poco de música latina. Presentía que iba a ser un buen día y que mejor idea que empezarlo con música animada.
Tarareo al ritmo de Daddy Yankee y golpeo el volante con leves palmas. El viento movía mi pelo, el sol picaba en mi brazo y me sentía alegre.
—Empecemos por lo primero... —susurro para mí misma, cualquiera que me viera de otro ángulo pensaría que estoy loca.
Tenía que ir a darle unos papeles a Héctor y suponía que estaría en el taller del amigo. No estaba demasiado lejos, tal vez unos veinte o treinta minutos.
Aprieto el embrague y pongo tercera, esquivo los autos a mi alrededor y el recorrido parece volverse un circuito. No podía evitar cantar al ritmo de la música y sonreír por la sensación de libertad.
Sin equivocarme, Héctor se encuentra en el taller. Le doy la lista y conversamos de la carrera, mientras tanto, su amigo aprovecha a colocar un pequeño diseño a mi auto. Tenía pensado que le ponga un poco de color negro a las puertas, pero no pintarlas completamente.
Cuando el chico termina, me llama para que me acerque a ver.—Quedó muy bien, me gusta —digo
mirando orgullosa el diseño. Le pago le que debía y me despido de mi amigo.—Nos vemos pronto, Mad. Cuida a ese bebé. —Héctor acaricia el capó del auto causándome risa.
—Como si fuera mi vida, mándale saludos a Edwin.
Me despido tocando la bocina y nuevamente tomo rumbo hacia la avenida. Aún era temprano, once y media, suponía que en casa estarían los chicos arreglando algunos autos o simplemente preparando todo para el almuerzo.
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Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]
ActionTodo lo que hoy nos duele, duele porque en algún momento fue amor. Novela basada en la primer película de la saga "Rápidos y Furiosos". #Fanfic