Narrador omnisciente:
El hecho de ya tener el modelo de la caja fuerte les quitaba un peso de encima, pero la cuestión empeoraba si se resaltaba que para poder abrirla necesitaban la huella de Reyes. Era como dar un paso y volver a retroceder.
Luego de estacionar la furgoneta que habían usado, los tres hombres entraron a la fábrica encontrándose al grupo reunido para escuchar las noticias.
Tej fue el que más habló, algo obvio si tenemos en cuenta que era el único en conocer el sistema que manejaba, como él decía: aquella belleza difícil.
—Entonces… es nuestro turno —dijo Rico palmeando el hombro de su amigo de crímenes.
El ex federal asintió, segundos después frunció el ceño.
—¿Y Madi?
—Salió con Marcos —respondió Mia sin importancia.
Brian, que sabía lo raro que estaban aquellos dos, en el momento que escuchó aquello supo que algo estaba mal. No podía sacarse de la mente la conversación con Madison, y como ésta nunca fue capaz de negarle que se traía algo entre manos.
Entonces no podía pensar en si algo malo sucedía, Mia parecía no tomarle importancia, pero Dom… ¿Dónde estaba Dominic? Él podría saber dónde estaba Madison y qué era lo que estaba haciendo.
Lo encontró sentado leyendo algunos papeles y conversando con Gisele y Han, los tres compartían unas cervezas.
—Dom… ¿Sabes…?
El ruido de un motor interrumpió su pregunta y lo hizo mirar a la entrada. Una moto negra, con algunos detalles en color, se estacionaba cerca de ellos seguida de un auto apenas tuneado de color negro. Por la contextura del cuerpo de la persona que manejaba la moto era Marcos, luego cuando se sacó el casco polarizado pudo confirmarlo.
Éste tenía una sonrisa de oreja a oreja, acomodó sus rulos y espero a su compañera para acercarse al grupo.
Brian suspiró al verla bajar del auto con normalidad, la superioridad que irradiaba sin darse cuenta con cada uno de sus movimientos era algo que lo hechizaba.
Madison cerró la puerta del auto, chocó los cinco con su cuñado y con una sonrisa caminaron hasta la ronda de personas que los miraban un poco confundidos: ¿de dónde había salido aquel coche?
El pico que le dio a su novio fue un saludo y un evidente “te lo dije”, y aunque sabía que luego debería hablar con él, Madi solo miró a su hermano.
—¿Desde cuándo estás corriendo otra vez? —preguntó el mayor de los Toretto. Y aunque su intención no era sonar como un regaño, a Madison no le hizo ninguna gracia el tono de su voz.
—Desde que necesitamos otro automóvil, ¿o que piensas que no es cuestión de tiempo para que la poli sepa en qué coche nos movemos? —respondió con obviedad. Agarró una de las cervezas que estaban sobre la mesa y agregó—: Además, necesitábamos dinero.
Cinco fajos de billetes salieron de campera de Marcos, quien no dejaba de sonreír mientras abrazaba a Mia.
—Las apuestas aquí son una locura. Hay suficiente para ir a comprar lo que nos falta.
Tej chocó puños con su colega, ambos eran como dioses para el negocio de las apuestas.
Todos asintieron sin darle demasiada importancia al asunto, Dominic no tuvo más que objetar desde el momento en que se dio cuenta de la reacción de Madison, no le veía un fin más que molesto si seguía cuestionando. Además, si algo era cierto, era que debían conseguir dinero para poder comprar comida y seguir cubriendo las necesidades básicas del grupo.
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Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]
ActionTodo lo que hoy nos duele, duele porque en algún momento fue amor. Novela basada en la primer película de la saga "Rápidos y Furiosos". #Fanfic