Capítulo tres: Madi al rescate.

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Madison Toretto

Rápidamente Dominic y yo corrímos a su auto, Letty y mi hermana se subieron al suyo y salimos sin demora alguna.

Dom aceleró tanto como pudo, una patrulla venía tras nuestro pero cuando tomamos segundos de ventaja, dobló a la derecha y nos metimos en un estacionamiento.

—Saldré yo primero —dijo apagando el motor—. Te aviso cuando estoy a unas seis cuadras, cuídate.

Me dio un beso en la mejilla, tomó su campera y salió del auto. Ya habíamos pasado por situaciones iguales, cuando estuviera lejos de la zona y notara que no había patrullas me mandaba un mensaje y yo volvía a casa con el auto.

—Cuídate, te quiero –digo, mirando por donde se va.

Largo un suspiro y me acomodo en el asiento, lo único que tenia que hacer era esperar. A mi costado había filas completas de autos, camionetas y hasta motos, lo que menos pensarían es que estamos aquí.


***



Pasaron veinte minutos y no recibí ningún mensaje. Me moví inquieta en el asiento, Dominic nunca tardó tanto en avisarme.

Me paso al asiento del piloto y busco indecisa mi móvil. Nada. Ninguna llamada perdida ni mensajes. Trato de no hacerme la cabeza y pensar en que todo está bien, seguro se olvidó y ya está en casa.

Enciendo el motor y salgo del estacionamiento. Cuando estoy por tomar la avenida mi móvil suena.

Llamada de Dom.

—¿Te olvidaste imbécil?

—No, Madi, unos problemas…

—¿Estas bien? ¿Estas en casa? —Pregunto  preocupada. Freno el auto en un semáforo para tomarme el tiempo de hablar libremente por teléfono—. ¡Dominic!

—Si, si, tranquila. Estamos bien…

—¿Estamos? —Repito confundida.

—Ven al restaurante, ya sabes, Jhonny y su primo.

—Espérame ahí.

Sin pensarlo, doblo en u y acelero recordando el camino hacia el restaurante de Johnny Tran y el perro faldero de su primo, Lance. Dom tenia un acuerdo con ellos, ninguno se molestaba ni se metía en el territorio del otro. No entiendo como es que terminó allí.

Una sonrisa se forma en mi rostro cuando freno en la entrada del lugar.

Quien hubiera pensado que mi hermano estaría hablando tranquilamente con Brian Spilner.

Sus ojos se detienen en el auto y luego en mí,  Dominic se acerca y me abraza.

—Nos salvaste de caminar treinta kilómetros.

—¿Cómo terminaron… juntos? —pregunto señalándolos. Brian ríe por lo bajo y se decide a hablar.

—Lo salvé de la poli.

Alzo mis cejas mirando a Dom, él asiente con la cabeza y luego camina hacia el auto. Cuando se está por subir, se da la vuelta y miró fijamente al chico frente nuestro.

—No me gusta la idea… Pero andando —dice para Brian, éste lo mira sin entender y luego se da cuanta que le hace señas hacia el auto.

Dudoso, camina hacia mí lado y me mira.

—Sube. —Le digo abriendo la puerta del copiloto. Brian titubea pero sin embargo me hace caso, respiro hondo y luego de mirar a nuestro alrededor, me acomodo en sus piernas.

Rápidos y Furiosos: Amor Encubierto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora