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— Entonces... — soltó Yoongi aún impactado mirando a la híbrida sentada frente a él.

Después de su crisis, Sunnie y él, junto al humano patético que decía llamarse Jimin y su clon versión mujer, habían ido a su casa para hablar de un tema importante con Yoongi. Para explicarle la situación.

— ¿Me estas diciendo que somos de la misma camada? — preguntó Yoongi.— ¿De la misma mamá gatita? ¿Qué tomábamos de la misma leche? ¿Qué compartíamos el vientre de nuestra señora mamá? ¿Qué—

— Si, mierda, sí.— gruñó la híbrida.

— Ah. — Yoongi asintió.— ¿Y sabes cuantos somos en total?

— Cuatro. — contestó la chica luego de pensarlo un poco.— Tú, yo, un tal Agust y un tal Suga.

— Tienen nombre de fresitas, sobre él último.

— ¿Verdad que sí? — soltó la chica estando de acuerdo.— Suerte tenemos nosotros de tener estos nombres tan geniales.

Yoongi asintió. Su clon femenino le agradaba. No era tonta y tenía un humor, y personalidad parecido al suyo.

— ¿Y todos nos parecemos? — preguntó él pelinegro curioso.

— Eso dicen.

Yoongi frunció el seño. Así que tenía más clones...

— Pero tú eres él más pendejo. — se burló YoonJi.— Creo que es porque naciste al último y te tiraron por accidente.

Yoongi frunció el seño ante la ofensa e hizo lo más maduro que alguien de su edad haría.

— ¡Sunnie, YoonJi me esta molestando! — acusó a su clon femenino.

YoonJi lo miró con molestia.— Si me castigan te las veras conmigo, imbécil.

Yoongi la imitó, fingiendo una voz chillona. Él no se iba a dejar por nadie, ni siquiera por su clon que decía ser su hermana.

Porque nadie iba a doblegar a Yoongi, no, él era un macho alfa rudo...

— ¡Una maldita cucaracha! — Yoongi soltó un gritó para nada masculino mientras se trepaba por el sofá. Su clon, digo, su hermana hizo lo mismo igual de asustada.

Él no le temía a nada...

— ¡Puta madre, la bastarda vuela! — chilló.

Porque Yoongi, él era...

— ¡Ay, Diosito salvame! ¡Me voy a morir sin dejar descendencia!

Era un hombre. Un gato peligroso y salvaje...

— ¡Sunnie, hay una cucaracha aquí! ¡Ay, Dios!

Era alguien de temer... Porque él era...

¡Me va a comer! ¡Él mundo se privara de mí! ¡MIAAAAAUUUUU!

El era “Él jodido Min peligroso Yoongi.”

O eso decían los animales e híbridos de su barrio, quienes lo idolatraban y temian, y definitivamente no conocían como era Yoongi dentro de las paredes de su cómodo hogar.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora