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Yoongi observó a la chica frente a él con el ceño fruncido. Sus cola herizada y todo su ser atento a cada movimiento de la mujer.

De un salto, subió a la casa pegada en la pared que Sunnie había hecho especialmente para él.

Si, Yoongi estaba en su forma de gatito. Pero que nadie lo moleste que anda en modo guardián.

La rubia de ojos negros miró a Yoongi con curiosidad. Min Sully. La hermana menor de Sunnie, la chica adoptada y extranjera a la que si querían sus padres, se encontraba de visita en la casa de Sunnie.

Ella, según palabras de Yoongi, era una perra con todo el sentido de la palabra, menos el literal. Porque ella no era híbrido, o bueno, eso parecía. Yoongi no estaba muy seguro, no desde que escuchó a SeokJin hablando con Sunnie y Taehyung sobre sus genes ascendentes de híbridos.

Uh, raro.

De todos modos, Yoongi estaba alerta ante cualquier cosa que hiciese la adolescente, dispuesto a echarla ante cualquier situación.

Una lágrima de Sunnie otra vez y correría sangre. Yoongi no iba a permitir que trataran mal a su humana.

Él no caería ante la mirada de borrego y esos pucheros tontos que hacía la mocosa de diecisiete años para conseguir cosas.

Él no era tonto, no se llamaba NamJoon.

Las orejas de Yoongi se movieron captando el sonido de los pasos de alguien, junto a un silbido alegre.

Taehyung había vuelto para invadir la casa de Sunnie nuevamente, probablemente ajeno a la situación.

Pero pensando en lo que ocurría en sus tierras. Las gallinas aún no lo dejaban entrar a su rancho, ellas estaban en medio de una guerra de gallinas con las gallinas del vecino. Era toda una revolución de gallinas.

Él chico bobo pero atractivo entró a la casa, su bonita sonrisa cuadrada en sus labios mientras revisaba algo en su celular y sostenía una bolsa en su mano libre. Una mochila colgaba de sus hombros.

— Taehyunggie oppa, ¡Hola! — Sully saludó alegremente. Sus ojos brillando con adoración.

Él chico se detuvo en seco, levantando la mirada. Su sonrisa borrandose al tiempo en que una ceño fruncido aparecía en su rostro y apretaba sus labios en una fina linea recta.

— Soy señor Kim para ti, quien quiera que seas. — respondió con seriedad.

Yoongi miró ese cambio de actitud con interés. Era la primera vez que veía al chico bobo tan serio.

Taehyung escaneó el lugar con la mirada, sus ojos deteniéndose en Yoongi, mismo que sintió un escalofrío y deseos de perdir perdón de rodillas por algo que ni siquiera sabía que había hecho, y todo por la mirada seria del hombre.

Recorcholis, casi me mié, pensó Yoongi asustado.

Sus garritas aferrándose firmemente a su casita y todos los pelos de su gatuno cuerpo herizado ante el peligro que sintió con esa corta mirada.

Sully hizo un puchero, en tanto miraba con ojos de borrego al chico y se acercaba a él.— Mouh, oppa, ¿Ya te olvidaste de mí? ¡Soy Sully, tu prima favorita!

Sully estaba eenamorada de Taehyung desde que lo conoció cuando él era un adolescente rebelde de dieciséis años y ella una niña de diez años que se comía  el brillo labial porque sabía a fresas.

Se habían conocido porque los papás de Sunnie fueron a casa de Taehyung a cenar y para presentarla a ella, la nueva hija de la familia Min. En ese tiempo, Sunnie estaba en casa de Taehyung porque era verano y ella pasaba todos los veranos allí.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora