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Taehyung se removió en la cama, sintiéndose nervioso.

— Pssst, pssst. — susurró moviendo ligeramente a Sunnie.

La chica lo miró adormilada.— ¿Qué?

— ¿Por qué Yoongi esta aquí si tiene su habitación? — preguntó.

— Porque no quiere irse no importa cuanto lo eche. — respondió Sunnie comenzando a dormirse de nuevo.

— Ah. — Taehyung asintió.— ¿Y no puedo tirarlo por la ventana? — preguntó.

Una maullido bajo, lleno de advertencia ae escuchó.

— La sangre de cristo tiene poder. — murmuró Taehyung asustado. El no sabía de donde provino ese maullido.

La verdad, el desgraciado de Yoongi daba miedo cuando quería.

Taehyung no sabía donde estaba el gato, pero sabía que estaba allí. Observando, escuchando, esperando... Listo para saltar sobre él y absorber su alma.

O bueno, quizás no su alma, pero probablemente listo para atacarlo y ahogarlo con sus pequeñas patitas de gato mientras dormía.

Min Yoongi era un gato diabólico.

Todos lo sabían. No por nada la mayoría de los animales de vecindario le temían. 

— Sunnie... — Taehyung se apegó más a su prima, acurrucandose.— Tengo miedo... — dijo en un hilo de voz.

La chica lo miró con molestia.— Duerme, Taehyung. Yoongi no te hará nada, él ni siquiera esta aquí.

Taehyung miró a su alrededor. Unos ojos felinos lo miraban desde la oscuridad, fijamente, sin pestañear. Él chico se pegó más a Sunnie.

— ¡Me estas aplastando, tonto! — Sunnie chilló, golpeando con una almohada a Taehyung.

Sunnie casi se sentía un colchón y se quedaba sin aire al tener al Taehyung encima.

— ¡No me llames tonto! — Taehyung le chilló de vuelta, golpeando a Sunnie con la misma almohada.

— ¡No me pegues!

— ¡Tú empezaste!

Ambos primos se miraron con el ceño fruncido, enojados.

Sunnie le dio un almohadazo a Taehyung de nuevo. Taehyung gruñó.

Ambos se fijamente a los ojos, una almohada en la mano de cada uno.

Yoongi, quien habia estado durmiendo relajado y soñando que se casaba con Sunnie, despertó confundido desde su lugar en la hamaca para gatos colgada en la habitación de Sunnie. Y sin entender que pasaba, ni porque Sunnie y él bobo de su primo peleaban con almohadas en la oscuridad.

Fue brutal.

Gritos de dolor de Taehyung y quejas mezcladas con llanto de Sunnie. Incluso se mencionó algo sobre el poder de los tomates y una venganza por todas esas veces que Taehyung hizo que las gallinas persiguieran a Sunnie.

Y Yoongi era el único espectador.

Un golpe se escuchó. Seguido de gemidos de dolor y el murmuro de Taehyung diciendo que se quedaría ciego porque Sunnie le pegó en la nariz con su cabeza.

La puerta se abrió de golpe y la luz de la habitación de Sunnie se encendió. Sully, la hermana de Sunnie, miró a ambos primos con sorpresa.

¿Qué estaba pasando?

La cama estaba desordenada, las almohadas estaban rotas con plumas por todas partes, Sunnie estaba recostada en la cama. Una mano sobre el hombro de Taehyung, en tanto su mano tenía otra almohada. Taehyung por su parte, estaba sobre Sunnie, un pequeño hilo de sangre salía de su nariz, su mano izquierda sostenía la mano de Sunnie que tenía una almohada y su otra mano tenía lo que quedaba de una almohada destruida. Ambos estaban agitados y sudorosos.

Y en la esquina de la habitación, sentado en la silla de escritorio, se encontraba un chico pálido con orejas y cola, completamente desnudo y apenas cubierto con una manta comiendo cheetos, como si estuviese presenciando un espectáculo interesante.

Yoongi se echó un cheeto a la boca y la miró como si se tratara de un ser inferior.

— ¿Qué tanto me ves? ¿Nunca viste a un híbrido comiendo o qué?

Y Sully se desmayó.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora