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Lo primero que Anastacio el secuestrador vio, fue a dos ángeles sexys aparecer.

Una hermosa chica, con un bonito cuerpo y que parecía tan ruda a pesar de su cara bonita y ojos que gritaban inocencia, y dueña de una voz dulce y seductora que provocaría que cualquiera dijese que si a lo que sea que ella pidiera.

Y también un hermoso hombre que parecía modelo, un dios griego sexy y encantador, dueño de una voz que hasta le daban ganas de ponerse de rodillas y no precisamente para rezar. 

Ambos seres hermosos, con cara de ángeles y amados por todos los dioses existentes, incluso hasta por el diablo o por quien sea que los haya creado, sacaron unas cosas de un bolso.

La chica sacó un bate de béisbol con clavos, con la palabra dialogo escrita en el y él chico sacó unas armas. Una jodida pistola y una especie spray, ¿Gas pimienta tal vez?

Bueno, en fin, en ese momento Anastacio supo dos cosas.

La primera) Aparentemente era bisexual y no hetero como había creído toda su vida miserable, porque estaba seguro de que si le daban la oportunidad, le daba tanto a Sunnie como a Taehyung.

La segunda cosa que supo fue, él estaba en problemas. O tal vez no. El no estaba muy seguro, porque ambos chicos se le acercaron con una sonrisa seductora y una mirada coqueta.

— Hola, soy Sunnie y él es mi primo Taehyung. — se presentó la educada chica, acercándose al hombre y colocando una mano sobre su hombro.— ¿Tú secuestraste a mi híbrido?

Anastacio asintió distraídamente, él no sabía de cual híbrido hablaba y estaba demasiado distraído con la cercanía de ambos seres hermosos como para ser consciente de lo que ocurría.

¿A caso dios por fin lo estaba mirando a los ojos y había escuchado sus plegarias? ¿La suerte por fin le sonreía?

Anastacio inhaló, el suave aroma a mandarinas de Sunnie lo hizo suspirar enamorado.

— ¿Donde los tienes? — Taehyung preguntó, su voz ronca resonando contra el oído de Anastacio.

Un escalofrío recorrió al secuestrador.

— Están... Uhm... P-por allá... — murmuró distraído, mirándolo.

— ¿Puedes llevarnos? — preguntó Sunnie esta vez. Anastacio la miró asintiendo atontado.

— Gracias. — las comisuras de los labios de Taehyung se alzaron en una sonrisa ladeada, al tiempo en que relamía sus labios.

— Oh, cielos. Unos angeles del pecado me están seduciendo y voy a caer. — Anastacio murmuró con las mejillas rojas. Él no sabía quien era mejor, si Sunnie o Taehyung.

No lo dudo demasiado, ambos eran igual de hermosos. Eran primos, así que  probablemente su hermosura era de familia.

Taehyung se giró y miró a los demás,  les sonrió enseñándoles el pulgar en señal de que todo estaba bien.

Hoseok y Agust, quienes los habían seguido, los miraban con cara de: "wtf? ¿No venían a matar gente?"

BiNa, quien ya los conocía de hace tiempo, se encogió de hombros.— Bieeeeen, ahora, ¿Donde dijeron que estaba mi Nammie? — preguntó recorriendo el lugar con la mirada.

Agust se encogió de hombros, comenzando a mirar a su alrededor también. Hoseok, por su parte, comenzó a caminar siguiendo a los primos.

— ¡NamJoon! — BiNa llamó a su chico.

Gritos como si hubiese una matanza se oyeron. Seguido de golpes, mas gritos, un par de balazos y luego, una puerta se abrió de golpe, cayendo al suelo.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora