Lil meow meow |myg|

42: Especial Agust×Hoseok.

N.a:

Volví, esto salió raro y no como era esperado, pero disfruten.

Y recuerden:

Siempre esperen lo inesperado.

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Agust era un híbrido duro. Un hueso duro de roer desde que era un cachorro. Era alguien peligroso y violento, acostumbrado a vivir en las calles libremente y sin nadie que lo dominase.

Él era el terror de los barrios bajos, a pesar de su estatura y de lo adorable que resultaba ser en su forma animal.

Él híbrido de cabellos rubios platinados y vestido como vagabundo, se recostó sobre su acera favorita, dejando que los cálidos rayos del sol dieran contra su rostro y cuerpo.

O así era hasta alguien le piso la cola. Agust siseó con dolor, levantándose y mirando al hombre que lo miraba nervioso.

— ¡¿Quién mierda te crees que eres?! — le gritó.— ¡Me pisaste la cola, inconsciente de mierda!

Él hombre lo miró nervioso.— Lo siento, chico. No te vi.

Agust lo miro con rabia.— Sangre por sangre, guatón Bairon.

— ¿Qué? — dijo él hombre, confundido.

Y Agust se lanzó sobre él, golpeándolo, arañandolo y mordiéndolo.

— ¡Ayuda! — gritó él hombre con traje.

Otros hombres llegaron, tratando de golpear a Agust, pero el híbrido los atacó también como todo el salvaje que era. Los hombres lloraban, no queriendo levantarse después de ver que él híbrido atacaba a quien se paraba.

Agust, por su parte, los miraba satisfecho, antes de sacar una cajetilla de cigarros de su bolsillo y tomar uno, para comenzar a fumarlo recostado en su acera favorita, usando a los imbéciles que había golpeado como almohadas.

Unos pasos se oyeron, y un caliente hombre pelirrojo apareció, acompañado de muchos hombres con traje. Ese hombre era Jung Hoseok, quien había ido a enfrentar a aquel hombre peligroso que estaba atacando a sus lacayos.

Los ojos sorprendidos de Hoseok, miraron a Agust, ¿Como era posible que esa cosita linda fuese tan peligrosa? De seguro se habían equivocado.

Mierda, son los hombres de negro, pensó Agust, mirando a Hoseok y a sus lacayos.

Él hombre pelirrojo lo miró con seriedad. Agust lo analizó con al mirada, relamiéndo sus labios.

— ¿Qué me vez, puto? ¿Te gusto o qué? — preguntó, con su habitual tono borde de siempre.

Hoseok lo miró con los ojos llenos de un brillo desconocido, su corazón bombeando con rapidez.— ¿Te quieres casar conmigo? — él no pensó su pregunta.

Agust apagó el cigarro contra la frente de uno de los hombres que golpeó, haciéndolo gritar. Miró al pelirrojo como si fuese la peor basura entre las basuras y dijo:

— Vete a la mierda. — antes de huir asustado. 

Hoseok lo miró irse, con una expresión embobada. Si, él era perfecto.

[...]

Agust chilló mirando al hombre frente a él, era el pelirrojo.— ¿Tú no aprendes, verdad? — cuestionó.