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Sunnie sabía que no era correcto dejar que siguiese pasando el tiempo, pero no podía evitarlo. Él estar lejos de Yoongi le permitió arreglar cosas de su trabajo —porque si, ella trabajaba—, y tener un poco más de tiempo para si misma en compañía de sus mejor amiga y su primo hermano Taehyung. Cosa que ella disfrutaba bastante, puesto que, por increíble (o no) que sonara, Yoongi usaba mucho de su tiempo.

Ahora, la bonita mujer se veía más radiante, más descansada y viva, y menos estresada. Quien diría que alejarse de todo y todos unos días serviría tanto.

— Mendigas gallinas que no ponen huevos. — escuchó quejarse a Taehyung.— Son unas flojas aprovechadas en serio.

Sunnie miró a su primo, una sonrisa divertida dibujandose en sus labios.— ¿Ya viste si no son gallos? — preguntó.

Taehyung frunció el ceño, antes de encogerse de hombros y dejarse caer en el asiento junto a su prima. Él estaba seguro de que no era gallos... Tal vez.

— ¿Como está tu mamá? — preguntó Sunnie, bebiendo jugo de naranjas natural.

— Viva y respirando. — respondió Taehyung sonriendo.— Y regañando a mi papá porque se sube al sofá transformado en gatito de selva y deja todo lleno de pelos el desgraciado.

Él padre de Taehyung era un híbrido de tigre. Y Sunnie no podía entender como es que Taehyung no tenía orejas, ni cola, ni podía transformarse en un tigre aún. Según él medico, era porque al ser la mamá de Taehyung una humana, él chico no podría transformarse, sin embargo, si tendría habilidades parecidas a las de un tigre. Una completa estafa, según Sunnie y Taehyung.

— Genial. — respondió Sunnie.— ¿Tú papá aún está enojado conmigo por qué adopte a Yoongi? — preguntó.

Se preguntaran, ¿Por qué el don se enojó por eso? Muy simple. Para Kim TaeGguk, Sunnie era como una hija. La muchacha se había criado con la familia de Taehyung desde que tenía un año de vida al sus padres estar ocupados trabajando, por ende, los Kim veían a Sunnie como una hija. Y Taehyung la veía como su hermana melliza (si hasta estaban de cumpleaños el mismo día los bebés). O así fue hasta que los padres de Sunnie fueron a recuperar a su hija a los trece años de edad y la mandaron luego a estudiar lejos.

En fin, a lo que iba, él don se había enojado con Sunnie porque ella adoptó a Yoongi, alegando que ese macho inferior podría aprovecharse de ella y muchas cosas más que diría un padre resentido, antes de ir a esconderse al baño porque lo ignoraron.

Si, él padre de Taehyung se iba a esconder al baño cuando lo ignoraban.

Nadie sabía que hacía él hombre adentro, solo que se pasaba cerca de media hora metido allí mientras se escuchaban sollozos desde el interior y pequeños murmuros alegando que nadie lo quería, y que se iba a la selva para morirse de pena como todo el gatito salvaje que era. Todo un dramático es él hombre.

Y su hijo es igual, asíes.

— Nah, ya no. Pero quiere que vayas a visitarlo porque dice que se va a morir pronto. — solto Taehyung relajado.— Aunque todos sabemos que es mentira, porque papá tiene todas sus vacunas al día y se ve mejor que yo para ser todo un vejete.

Sunnie río.— Tiene solo cuarenta y cinco años.

— Todo un aciano. — suspiró Taehyung.

El silencio se formó entre los primos de nuevo. Hasta que una cacareos se escucharon y Taehyung, con sus sentimientos súper desarrollados obtenidos por su parte híbrida, miró en dirección al gallinero.

— ¿Eso es un gallo? — preguntó Sunnie confundida.

Taehyung agarró su escopeta, mirando al gallo del vecino que había ido a molestar a sus gallinitas. 

— A mis clotildes no las tocas, gallo depravado y libidinoso.

— Oye, no creo que—

Sunnie frunció el ceño confundida. ¿Por qué todas las gallinas se llamaban Clotilde?

— No podemos esperar a que Dios haga todo el trabajo.— dijo, él chico bobo cargando el arma.

— Baja el arma, Tae. — ordenó SeokJin, quien acababa de llegar de la tienda. En sus manos traía una sandía.

BiNa, quien venia con él en cambio, dijo: — Disparale en la cola, siempre funciona.

— Gracias, crack. — agradeció Taehyung el consejo.

— De nada, crack. — respondió la chica.

SeokJin negó, dejando la sandía sobre la mesita de picnic puesta en el patio, antes de acercarse a Taehyung y acariciarle cerca del cuello.

Fue instantáneo. Él atractivo chico de piel canela, soltó el arma y comenzó a emitir un ronroneo mientras SeokJin le acariciaba la zona, dejándose acariciar tal cual gato mimado.

— Eres bien fácil, amix. — negó BiNa mirándolo.—  A este paso vas a terminar en una cama con el doc.

Taehyung suspiró, acercándose cada vez a SeokJin, la mano del doctor ahora puesta en sus cabellos mientras lo acariciaba.

— No me importa mientras me mime así. — respondió Taehyung.

Fue el momento de SeokJin de alejarse del chico.— Lo siento, pero a mi solo me gusta tú madre. — dijo con una sonrisa.

Taehyung frunció el ceño.

— Deja a mi mami en paz. Papá ya esta harto de destruir las flores que le mandas en su cumpleaños.

SeokJin sonrió.— Pero son su regalos de cumpleaños.

— ¡Pero siempre se las envías durante el cumpleaños de mi papá! — él niño se altero.

— Detalles, son solo detalles. — sonrió SeokJin, pasando a mirar a Sunnie partir la sandía.

Taehyung frunció el ceño.— ¿No habían cuadradas? — preguntó.

— No existen las sandías cuadradas, idiota. — rodó los ojos BiNa.

— Largate de mi casa. — dijo Taehyung. La chica le sacó la lengua.

SeokJin los ignoró, tomando el primer pedazo de sandía y comenzando a comerlo. SeokJin amaba la sandía. Las sandías eran deliciosas.

— Ahora que recuerdo... — BiNa miró a Sunnie pensativa.— El otro día quería llevar a mi chico grandote a un concurso de talentos perrunos, pero él no se dejó, lo que me llevo a pensar si tenía talentos siquiera, y después, me hizo pensar, ¿Yoongi tiene talentos? — preguntó.

— Es multitareas. — respondió Sunnie, recordando como Yoongi podía hacer un desastre mientras comía y se quejaba de todo, sentado en el sofá, mismo que rasgaba con sus uñas creyendo que no se daba cuenta. 

— Quiere decir que puede decepcionar a veinte personas al mismo tiempo. — intervino SeokJin, con burla.

Sunnie le lanzo un trozo de sandía, que SeokJin esquivo riendo.

— Deja de desprestigiar a mi chico. — se quejó Sunnie.

— Él se desprestigia solo. — comentó BiNa.— Como él otro día, que salió en calzones de tu casa porque no se quería bañar.

Sí, Yoongi había hecho eso. Sunnie suspiró recordando con pesar como después de eso las ancianitas del barrio acosaban a Yoongi.

Taehyung luego de haberse acabado dos pedazos grandes de sandía y tomar el tercero preguntó:

— Oye, primita, ¿Como conociste a Yoongi?

— Bueno... — Sunnie sonrió, recordando el momento.

Ella había conocido a Yoongi cuando...

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora