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Yoongi se río.

Se río de una manera diabólica.

A su lado, él pequeño niño conejo también se reía. Sus ojos brillaban con una demencia que para nada concordaba con su cara inocente.

Sunnie los miró, frunciendo el ceño ligeramente.

—¿Debería preocuparme? —cuestionó.

SeokJin los miró por unos segundos, antes de negar.

—Nah.

Jungkook siempre era así. Desde que SeokJin lo adoptó, cuando él niño era un bebé de dos años, era raro. Siempre mirándolo fijamente y arrancándole las cabezas a sus ositos de peluche frente a otros ositos solamente para castigarlos por ser feos y para que los otros ositos comprendieran lo que les pasaría si se ponían feos.

Incluso más de una vez SeokJin descubrió a Jungkook riendo durante las películas de terror, ¡Y en varias de esas escenas las cosas eran aterradoras! Y cuando SeokJin lo llevo a la.iglesia para hacerle un exorcismo el agua bendita había hervido, el sacerdote se había desmayado —más tarde se descubrió que fue por su diabetes —, ¡Y la iglesia se había quemado ese mismo día!

Aunque SeokJin recordaba haber visto una silueta parecida a la de Yoongi en el lugar, pero no estaba seguro.

De todos modos, SeokJin se había cansado y había dejado al niño expresarse. Porque, ¿Quién era él para cortar la libre expresión de su único hijo? ¡Él tenía que fomentar la creatividad de su hijo! ¡Incluso si era tan rara como planear la forma de deshacerse de sus pretendientes!

Y, por lo demás, Jungkook era un niño conejo inocente. No haría daño a nadie, ¿Cuando se había visto a un conejo matar a alguien? Exacto, nunca. Así que SeokJin no iba a preocuparse.

—Son así de raros siempre. —Taehyung dijo, mientras miraba al doc. con una sonrisa boba. Su mano derecha en su mejilla, sosteniendo su cabeza.

SeokJin lo miró y le sonrió.

Taehyung se puso rojo y se le olvidó como respirar, así que terminó poniéndose morado hasta que SeokJin dejó de mirarlo como si Taehyung fuera una especie de ser vivo extraño y entonces él chico bobo pudo respirar de nuevo.

Sunnie se cayó al piso presionando su estómago mientras se reía a carcajadas después de ver a Taehyung. ¡Su primo era tan bobo!

SeokJin, en cambio, todavía trataba de descubrir si Taehyung era humano, híbrido o una especie de ser humano extraño que estaba existiendo en el mismo lugar que él en ese momento.

Él chico era raro... Pero le agradaba mucho más de esa manera. Era adorable ante sus ojos, pero claro, SeokJin nunca lo iba a admitir en voz alta.

Y él pequeño Jungkook miró a Taehyung con odio en sus ojos.

—Nadie me va a quitar a mi papá. —susurró y desapareció entre las sombras como él niño-conejo oscuro que pensaba que era.

Yoongi lo miró aburrido, ¿Por qué Jungkook estaba escondido detrás de una planta? ¿A caso de verdad creía que nadie notaba que estaba allí?

Él gato bostezó. Tenía sueño.

Se iba a dar una siesta reponedora de doce horas y luego regresaba. Él tenía que dormir sus catorce horas necesarias para seguir siendo tan hermoso como siempre.

—Sunnie no me despiertes a menos que te estes muriendo. —dijo caminando hasta su habitación.

—¿Te vas a dormir? —la chica preguntó.

Yoongi asintió con pereza y dijo;

—Nos vemos en unas veinte horas.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora