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N.a:
Aveces me pregunto que me fumo antes de escribir estas cosas. 😳✌


— ¿Hueles eso NamJoon? — Yoongi inhaló con fuerza y exhaló con una sonrisa.

— Eh, sí... Lo siento, es que comí espárragos y me hacen mal a la pansita.— se disculpó NamJoon avergonzado, sus mejillas rojas y orejas agachadas.

— Huele a independencia.— pero Yoongi lo había ignorado.

NamJoon olfateó el lugar.— No, estoy seguro que huele a mis gases y a húmedad. — aseguró, mirando la vieja madera de la casa del árbol.

Los pondré en contexto, Sunnie y BiNa habían llevado a Yoongi, y a NamJoon, a un viaje hasta la casa de Taehyung, en el campo para quitarles el estrés de la ciudad.

Él doctor atractivo se los había recomendando. Sunnie y BiNa nunca lo desobedecían, y siempre se reían como tontas cuando él estaba cerca. Ni NamJoon, ni Yoongi entendían porque ellas actuaban como si fuesen retrasadas mentales.

NamJoon solía decir que quizás, a ellas también le afectaban esos olores a medicamentos y cloro que tenía el Hospital Central para Híbridos de la ciudad. Yoongi estaba seguro de que había algo más allí, pero era demasiado lento y estúpido como para notarlo.

Como decía, Taehyung vivía en un campo, cerca de un bosque y en ese bosque estaba oculta una vieja casa del árbol. Era grande y espaciosa, y estaba ubicada en un buen lugar.

Taehyung había pagado mucho para que la construyeran cuando tenía once años, le había costado un mes de limpiar los establos de los caballos del vecino, cortar leña para la vecina ancianita, horas de espera cada día afuera del gallinero mientras esperaba a que las tontas gallinas pusieran huevos (después se enteró que eran gallos y que las gallinas estaban en otro lado), le había costado un par de golpes por tratar de limpiarle el culo a las vacas después de que estad hicieran popó—él padre de Taehyung había bromeado con eso, pero él nene se lo había tomado en serio.

Él señor Kim a veces pensaba que su hijo era un poco tonto, por supuesto, nada que una sopa de tomate no solucionara.

Porque los tomates son mágicos, son sagrados y al que me lo niegue le parto su madre. Amén.

En fin, había costado caro y después de tres meses, Taehyung tuvo su casa de árbol perfecta. Incluso la había acomodado para dormir allí algunas noches, claro que nunca lo hizo porque le tenía miedo a los osos que pudiesen andar por ese bosque. Aunque allí no habían osos.

Yoongi y NamJoon habían encontrado esa casa cuando fueron a explorar en busca de osos— Sunnie les dijo que no habían, Taehyung seguía convencido de que sí. Según él, los bastardos se ocultaban y esperaban para atacar.

El par de híbridos se habían emocionado cuando vieron la casita, tanto que no esperaron para subir y después ir por sus cosas, alegando que ya eran adultos independientes y que se irían a vivir solos porque Yoongi ya no soportaba tanto maltrato por parte de Sunnie (¿Cual maltrato si lo trataban como un rey? Hasta lo mantenían al desgraciado), y porque NamJoon no podía dejar a su mejor amigo, a su soulmate, solo.

— NamJoon, aquí va a estar mi cama.— Yoongi apuntó un lugar. NamJoon asintió contento.— Y aquí mis juguetes... Y aquí tú cama. Y la cocina que usaremos para cocinar las gallinas que les robaremos al tonto de Taehyung aquí. Y por aquí estará el baño. Y aquí...— Yoongi siguió hablando.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora