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— Yoongi, ¿Y el atún?

El felino miró a la mujer frente a él con una expresión cansina en su pálido rostro.

— Me lo comí.

— Eran cinco latas, Min Yoongi.— carraspeo Sunnie intentando no molestarse.

Le había dicho al híbrido que no tocara esas latas porque haría un pastel de atún para la cena con sus vecinos de ese mismo día.

— Tenía hambre. — contestó con simpleza él híbrido felino, mientras se estiraba con pereza en el sofá.

— Salí dejándote el almuerzo preparado. Era un olla llena de comida. Y te la comiste toda.

— Bueno, pues no fue suficiente. — se excusó el chico.— Tú no sabes alimentarme como se debe.

— ¡Y una mierda, Min Yoongi! — bramó exasperada y estresada Sunnie.— ¡Eres un goloso, glotón de porquería! ¡Estas castigado!

— Tú no puedes castigarme, humana patéti—

— Saldré a comprar más atún. Cuando vuelva, te quiero ver bañado y bien vestido.— ordenó Sunnie interrumpiendo a Yoongi.— Y más te vale obedecer, maldito vagabundo tragón. — amenazó la chica antes de tomar su bolso, chaqueta y salir dando un portazo, completamente furiosa con él híbrido.

Mientras que Yoongi solo miraba el piso con el seño fruncido y un pequeño pucherito en sus labios, mientras comenzaba a caminar a paso lento al baño.

Sí, Yoongi era un gatito asustado y ofendido en esos momentos.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora