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El silencio se encontraba en el lugar, todos observando al gran escenario donde en unos minutos más entrarían los niños.

Agust observaba también todo en silencio, sentado detrás de Sunnie y SeokJin para ver que hacían. Él estaba escuchando todo lo que ellos hablaban. Estaba bueno el chisme, había que admitirlo.

YoonJi, por su parte, aún no entendia lo que pasaba.

— ¿Me trajiste a ver una obra para niños? — preguntó en un susurro, curiosa.

Agust asintió.— Si, si, es para que tengas practica en estas cosas.

Agust creía que su hermana era una inútil que no sabía tratar con niños. Así que tenía que entrenarla para cuando él convenciera a Hoseok de adoptar híbridos gatitos bebés. Así podría dejarlos con ella e irse con su Hoseok a algún lugar.

— Oh, gracias.— susurró la híbrida.— No sabía que sabías que estaba embarazada.

— De nada, ¿Qué no soy un buen hermano? — dijo Agust sonriendo.

Su sonrisa se desvaneció cuando se dio cuenta de lo que dijo su hermana.

— Espera, ¿Qué? — gruñó entrecerrando los ojos en su dirección.

— ¿Qué? — YoonJi río nerviosa.

Agust de pronto sintió deseos de cometer un crimen. Uno contra un chico rubio, bajito y que se llamaba Park Jimin.

SeokJin se giró para mirar a los híbridos.— ¿Podrían callarse ustedes dos? Mi hijo se va a presentar ahora, gracias. — él doctor volvió la vista al frente.

Agust recordó su misión allí. Y recordó también que tenía que ser más silencioso para que Sunnie no lo descubriera.

— Hablamos después de que mate a Jimin. — susurró Agust.

YoonJi miró a su hermano con el ceño fruncido. Se guardo la amenaza que quería soltar para no molestar al hombre guapo que estaba adelante —si, hablamos de SeokJin.

Sunnie, por su parte, miró al escenario con emoción. Él pequeño Jungkook estaba allí, disfrazado de árbol. Sus grandes orejas de conejo resaltaban, viendose un poco graciosas al tener hojas reales pegadas. Se veía adorable.

— Espero que ese niño tonto no se haya pegado esas cosas con pegamento en las orejas. — escuchó decir a SeokJin.

Sunnie no quiso preguntar. Había aprendido, que aveces era mejor no preguntar cuando SeokJin hacía esos comentarios. Sobre todo porque después él mayor comenzaba a quejarse y quejarse sin descanso alguno.

Sunnie comenzó a tomar fotos como una madre orgullosa.— ¡Es tan adorable...! — chilló en un susurro.

Él pequeño Jungkook-árbol pateó con fuerza a un niño que simulaba ser una roca. En su defensa, él niño lo estaba tapando y él quería lucirse frente a Sunnie y SeokJin. 

SeokJin río entre dientes.— Si, tan adorable... — murmuró como si le fuese difícil creer eso. Él sabía que Jungkook era un pequeño bravucón peligroso.

YoonJi miró la obra en silencio, hasta que ya no pudo aguantar más.

— ¡ESE NIÑO NO SABE ACTUAR! — acusó con burla.

Jungkook la miró indignado creyendo que se referían a él. ¡Él estaba haciendo muy bien su papel de árbol!

— ¡Callate, bruja fea! — le gritó de vuelta.

— ¡¿A quien llamas bruja fea, rata inmunda?! — YoonJi miró al niño enojada. ¡Ella no era fea!

— ¡No soy una rata! ¡Soy un conejo! ¡Co-ne-jo! ¡Tonta! — chilló Jungkook, su pie izquierdo golpeando el piso rápidamente producto del enojo.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora