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Min Yoongi sonrió, mirando el cuerpo de la chica desmayada sobre la cama.

Un pantalón cubría sus vergüenzas y una camisa tres tallas más grande que su talla habitual cubría el resto de su cuerpo, Sunnie lo había obligado a vestirse antes de que SeokJin llegase.

Sunnie que estaba conversando muy secretamente con Taehyung.

Con Taehyung que olía a limpio, a nervios y a seducción.

A seducción que a Yoongi ponía nervioso porque conocía al chico bobo y él bien podría tratar de seducir a Sunnie, incluso si eran primos.

O eso creía Yoongi. Porque para Yoongi, Taehyung era raro.

Taehyung, por otra parte, conversaba con Sunnie como seducir a SeokJin.

—Podría decirle: Mi amor, tengo la caja fuerte para guardar ese lingote de oro.

—No, eso no. —Sunnie dijo, negando.

—¿Y si nos comemos unos tacos y yo te a-taco a besos?

—No.

—Quiero olvidarte, pero sin el “olvi”.

—Ese...

—Ni bañándome se me quitó todo lo sucio que quiero hacerte. —Taehyug dijo, orgulloso. —Ese lo enamora, ¿no?

—Te demandara por acoso.

—Bah. Otra demanda no me hará nada. —dijo despreocupado, para después agregar:  —Si vas a estar en mi cabeza todo el día, al menos ponte algo de ropa... ¿Qué tal ese?

—SeokJin te pondrá una orden de alejamiento. —Sunnie aseguró.
 
—¡Yo tengo uno bueno! —Yoongi geiró desde algun lugar de la casa y luego dijo: —Entonces, ¿me sacas de la friendzone o me tengo que escapar de ella? ¡Es muy bueno!

—Ese da pena. —Taehyung se río. Sunnie suspiró. —Ahora, este también es bueno, escucha: ¿Qué hace un chico bueno como tú en una mente sucia como la mía?

—SeokJin definitivamente no va a querer tenerte cerca después.

Taehyung parecía orgulloso de sus piropos.

—No te preocupes: seguirás siendo guapo con cualquier cosa que te quites. —dijo él chico bobo. —Ese papá dijo que funcionaba bien cuando lo usaba con mamá.

—No quiero imaginar para que lo usan. —Sunnie dijo, asqueada.

—Y este me lo dijo YoonJi, segun ella, le funcionó con Jimin. —Taehyung leyó un papel en su mano, y luego dijo: —¿Te gustan los chicos malos? Porque yo soy malo en todo: en el amor, en el trabajo, en los estudios...

Sunnie se río. —¿Estas diciendo piropos o verdades?

—Que mala eres, primis. —Taehyung dijo, con un puchero.

Ella se río, pellizcando las mejillas de Taehyung.

Él chico la miró feo. Sunnie besó su mejilla.

Taehyung se río, sonrojándose adorablemente.

—Tengo otro piropo para SeokJin, escucha. —dijo, para después decir: —Ojalá fueses el dedo pequeño del pie para darte contra todos los muebles de la casa.

Sunnie miró a su primo, consternada. Incrédula.

—¿De donde sacas tantos piropos horribles...?

—Me los enseño él don. —Taehyung sonrió.

—¿Tu papá?

—Yep. —Taehyung asintió, mirando sus uñas.

Yoongi se acercó, abrazando a Sunnie por la espalda. Taehyung hizo una mueca.

—Mendigo gato aprovechado. —Taehyung se quejó. —Todo porque Sunnie no se niega a sus mimos y caprichos.

Yoongi hizo la mayor ofensa entre las ofensas: Le saco la lengua a Taehyung.

Taehyung lo miró ofendido.

—¿Quieres bailar? —le preguntó Yoongi a Sunnie, dejando un besito en su nuca.

Un escalofrío recorrió a Sunnie, pero no se alejó y en su lugar se quedó quieta con el rostro rojo.

—N-no quiero bailar, es más, ¿por qué demonios tendríamos que bailar?

—Para practicar. —le respondió Yoongi como si fuera obvio.

Taehyung corrió hacía la puerta que acaba de sonar.

—¿Practicar? —Sunnie preguntó.

Yoongi sonrió. —¿Qué? ¿En nuestra boda tampoco vas a bailar?

—¿Boda...? —Sunnie se alejó, nerviosa. —¡Yo no me voy a casar!

Yoongi la miró horrorizado. —¡No podemos vivir en pecado, Sunnie!

—¡A ti nunca te ha importado eso!

— ¡Crecí en un orfanato con monjitas! ¡No puedo faltar a los valores que me enseñaron! —Yoongi chilló.

—¡Da igual! ¡No me voy a casar!

Yoongi la miró frunciendo el ceño berrinchudo.

La voz de Taehyung resonó en el lugar.

—¡No tengas miedo de mí, Doctorcito! ¡Sí que muerdo, pero muy suave!

—¡Deja de acosarme, niño tonto! —SeokJin gritó, nervioso.

Un grito de guerra se escucho. Era Jungkook quien saltó sobre Taehyung y comenzó a tirarle del cabello mientras le daba patadas rápidas.

—¡Riñón! ¡Patada en corazón! ¡Ahora te rompí una costilla! ¡El otro riñón! —él niño gritaba, mientras Taehyung trataba de quitarselo de encima. —¡El corazón! ¡Patada en la otra costilla! ¡Golpe mortal en el páncreas!

A Taehyung los golpes no le dolían, pero si le eran molestos.

—¡Sal para allá, mocoso! —y dicho eso, lo lanzó sobre el sofá cuando SeokJin no miraba.

SeokJin ajeno a todo, revisó el pulso de la hermanastra de Sunnie.

—Sigue viva. —avisó.

Sunnie suspiró aliviada. Yoongi se quejó.

—Tengo hambre. —le avisó él doctor hermoso a Sunnie.

—Voy a preparar la cena. —la chica dijo, caminando hasta la cocina.

—¿no me quieres a mi? —Taehyung preguntó en modo coqueto.

—Te quiero. —dijo SeokJin. Taehyung se esperaba un rechazo, sin embargo, SeokJin dijo:—Pero luego te digo en qué posición.

Y dicho eso, le guiño un ojo a Taehyung.

—Oh.

Taehyung se sonrojó, con la boca en una perfecta: "o" y sin saber que hacer o decir.

SeokJin lo había dejado sin palabras. Y con algo mas que el corazón parado, probablemente.

Yoongi lo miró con burla.

—Apuesto a que te mueres antes de hacerlo tu marido.

—Cállate, puto.

—Puto te dicen.

—Cuando me junto contigo, puñeton.

Ambos chicos se miraron con odio. Ninguno era consiente de que un adorable híbrido de conejo lleno de deseos de venganza y guerra los miraba, asechando a la espera de un descuido. Esperando...

La venganza del conejo llegaría pronto, Jungkook y sus stikers adorables lo aseguraban.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora