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— Sunnie.

Él híbrido llamó a su humana.

— Sunnie. — repitió moviéndola con suavidad.— Oye, Sunnie.— nada. Ella seguía dormída.

Las orejas de Yoongi se agacharon demostrando la emoción que sentía. Él estaba triste.

¿Por qué?

Había tenido nuevamente una pesadilla, una en donde él se quedaba solo y Sunnie lo abandonaba en casa de sus abuelos—los antiguos dueños de Yoongi—, porque él era muy problemático.

— Sunnie.— volvió a llamarla. Esta vez, pequeñas lágrimas caían de sus ojos.

La chica se removió en la cama y abrió los ojos confundida.

— ¿Yoongi? — murmuró con la voz ronca y adormilada, alertandose al ver al híbrido parado junto a su cama, llorando y abrazando con fuerza su peluche favorito.— Yoongi, ¿Qué ocurre, cariño? — preguntó preocupada, sentándose en la cama y encendiendo una lámpara.

— Sunnie, ¿Puedo dormir contigo? — preguntó Yoongi mirándola.

La chica asintió, haciendo un espacio para Yoongi quien rápidamente se metió a la cama, Sunnie se acomodó nuevamente y tan pronto como estuvo en una posición cómoda, sintió los delgados brazos de Yoongi apresarla con fuerza y el rostro de este mismo ocultarse en su pecho.

Sunnie llevó sus manos a la cabeza del híbrido, acariciándolo con suavidad, así como también a sus afelpadas orejas. Calmandolo, consolándolo y permitiéndole desahogarse.

— Sunnie, no me dejes solo. No me devuelvas con tus abuelos.— rogó el híbrido entre suaves sollozos.

— No lo haré nunca. Te lo prometo.— dijo la chica con suavidad mientras apresaba al híbrido entre sus brazos, dejando pequeños besos en sus cabellos de vez en cuando, susurrándole palabras cariñosas y promesas que se aseguraría de cumplir cada día de su vida.

Poco a poco ambos fueron durmiéndose, calmados, tranquilos y relajados junto a la presencia del otro.

En lo que quedaba de esa noche, Yoongi tuvo un sueño lindo. Uno en donde se mantenía para siempre con Sunnie y en donde ella había aceptado, por fin, su felino corazón. Esa noche, después de aquellas lágrimas y durante sus sueños, Yoongi fue un gatito feliz.

Yoongi, en sus sueños, fue un gatito feliz y amado, tal y como lo merecía. Tal y como lo era en la vida real sin ser consiente de aquello.

 Lil meow meow |myg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora