-¡Agh!-No puede si quiera pisar el suelo tras ser elevada hasta la altura descomunal del sujeto en frente suyo, que por suerte no porta una espada consigo, sin embargo eso no quiere decir que su vida no corra peligro cerca suyo, ejerciendo más fuerza en su agarre en la ropa de la dama y esta sentir el aire faltarle.-¡Cof, cof, ahh...!
-¿Cómo entraste aquí, quién te permitió venir?-Eleva la mirada que por un momento perdió su fuerza y abrió de impacto al notar lo cerca que se encuentra de su rostro, topando su nariz con la suya y sus respiraciones unirse por unos segundos, infiltrándose el olor masculino del hombre a sus fosas, sonrojando sus mejillas del impulso y empujar con sus palmas el cuerpo del hombre fuera de su vista sin éxito.
-¡Suéltame, déjame ir!-Apenas logra articular, sintiéndose intimidada, pero aparte de ello, ofendida, jamás nadie la había tratado así. Golpeando contra su cuerpo como puede y Jaden suelta una pequeña risa tras su esfuerzo en vano, sus manos huesudas, jamás podrían vencerlo.
Carter con la vista abajo sin ser capaz de verle a los ojos, él tensa la mandíbula tras ser ignorado, tutearlo, mandarle, eso le saca de quicio, queriendo enseñarle que es mejor tenerle miedo que no, pero de primero es que recuerde a quién le habla, tomando con su otra mano el rostro de ella y elevarlo a la fuerza.
-¡Agh!
Abriendo Carter los ojos del impacto y este tras conectar su mirada con ella, aparte del furor, el enojo que corren por sus venas, los recuerdos de verle en aquel río desnuda, con pocas ropas llueven en su mente como torbellino sin detenerse, borrando aquella sonrisa siniestra por una seriedad indescifrable.
La curiosidad, de aquella dama repudiada seguramente por muchos tras ser asiática, se acabará si sacia su deseo, porque una parte de él se sentía indignado tras ser ofendido, tuteado, mandado por una mujer de la clase más baja, como príncipe, merece la muerte y una vez estuvo apunto de hacerlo.
No obstante, recordar con detalle aquella noche, jamás se ha desvanecido de su mente.
Desea ponerle fin a su capricho estúpido.
Como a muchas mujeres a las que ha tenido bajo sus mantas, esta será una más, que para su reputación, será mejor que nadie lo sepa más él.
-¿Deseas ser perdonada tras todas las faltas cometidas sin condenarte a muerte?-Las palabras del príncipe parecían la salvación más dulce de Carter, ¿qué sucedió para que reconsiderará su vida? Soltando a ella de golpe y ella tocando por fin el suelo en sus pies, abriendo sus parpados con tanta sorpresa, sin creerlo.
Siendo los únicos dos en la gran biblioteca.
-Yo, yo...-Murmura Carter bajando la mirada sin poder procesar las palabras, no entiende su abrupto cambio de humor, se siente sumamente incómoda.-lamento haberme bañado en aquel río y si desea que jamás nos volvamos a ver,-Eleva la mirada a sus atentos ojos inexpresivos.-me aseguraré de ello.
El príncipe inclina levemente su cabeza, preguntándose porque sus fetiches se tornan cada vez más extraños, solo falta que quiera dormir con una mujer de piel negra, aunque esta parece ser morena clara, ni siquiera tiene los ojos celestes o el cabello dorado, pero por alguna razón, verla disculparse, le trae una satisfacción y alegría desbordante.
Quizás verla jadear y repetir su nombre en suplica, sea el mejor deleite.
-Si el lamento fuera lo suficientemente fuerte, como para detener o olvidar una disputa, un odio, una desgracia, ni siquiera existirían las guerras o conflictos, siempre hay interés en especial por la justicia o su justicia.-Sisea Jaden y busca su mirada, la cual no parece entender lo que quiere, pero si que no acepta sus disculpas.
-El arrepentimiento sincero de una dama debe ser aceptado, apesar de las malas circunstancias, es más predecible cometer un error la primera vez, que la segunda, porque sería intencional.-Se defiende Carter con seguridad, elevando su mentón al caballero, al menos sabe que en la realeza, se práctica mucho el respeto hacia las damas.
Olvidando que ella es una inmigrante, pero sigue siendo una persona.
-¿Intenta reñirme?
-No le riño caballero, le recuerdo según las clases de ética y educación.-Jaden frunce el ceño hirviendo la furia desde su mentón hasta su cabeza.-Si me disculpa, me retiro, haré de caso que acepto mis disculpas.-Gira su cuerpo sobre su eje y decide irse, sin embargo una mano detiene su andar de pronto.
Girando su rostro hacia él.
-Se le olvida que usted es una simple sirvienta y a quién le debe respeto, es a mí.
Forcejea su agarre sin paciencia, mordiendo su labio inferior con desgana, cada vez que lo ve, que lo vuelve a ver, las ganas de volverle a tirar tierra en la cara regresan.
-Antes de ser sirvienta, soy una persona, no se le olvide eso.-¿Qué le pasa, ya por ser guardia cree que puede mandarle, sería ella quién le preguntará que hace en un lugar como este? Descarado.
Bufa el príncipe y la paciencia se le termina tras ver que no hay escapatoria, esta mujer jamás le respetará, pero más haya de eso, como sus ojos le contemplan sin temor y una chispa de valentía circula por sus ojos, hace que el príncipe se divierta aún más, olvidando porqué quería matarla en primer lugar.
-Así que no acepta la única condición, confirmo que desea la muerte.-Carter se sobresalta y detiene al hombre tras tomarle con la otra mano su agarre y abrir sus parpados en espanto, este girando levemente su mentón hacia ella.
-¿Quién desearía tal cosa tan terrorífica?
Bueno, hay algo que al parecer si le tiene temor.
-¿Accede?
-¿Cuál es la condición?-Eleva sus ojos alargados hacia él y este borra su sonrisa, admirando su cuerpo que por desgracia oculta su piel suave a la vista.
-Acostarse conmigo.