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-Soy una idiota.-Dice Carter, arrancando de un pétalo de una rosa roja, vuelve a tirar de otra.-estúpida, es obvio que no te ama,-arrugando su frente con rabia, tirando de la flor contra la tierra, encontrándose con el montón de pétalos de varias rosas dispersas en el suelo, frustrada.-agh.

El silencio del gran jardín la asfixia, antes parecía ser una bendición por las burlas continuas, ni siquiera a podido regresar a su cuerpo tras dormir, preocupándola de gran manera, ¿murió? ¿Qué habrán hecho con su cuerpo? Borrando la felicidad en su mirada, eso no es vida, su familia esta protegida esta vez si, se ve como si un gran peso de encima se haya quitado, pero aparentemente no es suficiente.

Esta codiciando más de lo que puede tener.

-Ahora debe estar pensando en ella...

Es notoria la preocupación de Jaden hacia Heather, ¿será culpa, remordimiento, algún sentimiento que no pudo enterrar por completo? Quizás quiere confirmar si sigue con vida, de todos modos debe concentrarse derrocar a la emperatriz, no hay tiempo que perder, pero él parece evitarla en todo momento, sin darse la oportunidad de hablar adecuadamente.

Cuál sea la razón, Heather ya no se encuentra más en este lugar, no tendría de qué preocuparse, quiere decir, Jaden siempre fue un hombre promiscuo, sin aparente corazón, sino una frialdad impenetrable, que no se inmuta ante nada, pero no se puede evitar que esa mujer haya sido parte de su pasado, ese pasado que Hazel jamás podrá conocer.

Mordiendo su mejilla interna de sólo imaginar eso.

Tirando de las flores a un lado con repudio y dolor, cuál fuese las palabras de su corazón, eso no debe interesarle, sino que su familia esta segura, pero no por suficiente tiempo, no es tan estúpida como para no saber que la emperatriz no se quedará de brazos cruzados, el tiempo es oro a partir de ahora.  Se pone sobre sus pies alejando todo pensamiento ajeno a lo que verdaderamente importa, caminando de vuelta al castillo, llevándose siempre miradas encima suya, porque Hazel Foster vestida de tal manera, es un insulto a sus raíces como gente blanca, ojos celestes y cabello dorado.

Algo que después de tantos siglos, jamás se había visto, pero optan esta vez por callar para murmurar en la privacidad su desprecio ante tal modalidad. Que tras la costumbre de ver los inmigrantes en la miseria, sin tener valor alguno, menor que la de un perro muerto, caminar por los pasillos del castillo real les parece chiste, poco seriedad hacia su moral.

Las miradas tan afiladas, más el mismo cuchillo, atraviesan el alma.

Doliendo el pecho de Hazel hacia su rotundo rechazo, como ver un animal con dos cabezas, ese sentimiento la agobia de gran manera, ¿Qué pensará Jaden de eso, qué le dirá al llegar, le celará, le preguntará el porqué no le ha dicho nada de su unión? Si la respuesta es obvia, si su furor por su indiferencia es clara, es porque es una inmigrante sucia con la que se ha unido con tal de derrocar a la emperatriz.

Su decisión más forzosa, contra su voluntad, seguramente en otras circunstancias jamás la voltearía a ver...

Parando su andar abruptamente ante esas palabras, apretando aún más su corazón ante la agonía de verle los ojos y que este mismo la mire con desprecio, como todas esas personas, que sin necesidad de palabras, sus afiladas miradas puedan destrozar más el alma.

-No, yo, yo hablaré de los que nos interesa a ambos, no meteré...-Se murmura a sí misma, con el rostro claramente triste, con poca valentía.-temas sin importancia.-Suspira, tragando amargamente.

Gira la perilla de la puerta, la recamara de ambos donde seguramente se esta cambiando luego de ducharse para algún trabajo, encontrándolo con suerte poniéndose la camiseta...¿por suerte he dicho? Abriendo ella sus ojos ampliamente ante la vista de una espalda desnuda, bien trabajada, marcando sus músculos cuando sus brazos se elevan y se coloca la camiseta por los hombros sin bajar de esta a todo su cuerpo, girando su cuerpo tras el sonido de la puerta, admirando Hazel sus abdominales y sus músculos marcados, su pequeña cintura y sus amplios hombros.

-¿Gustas lo que ves?

Sonrojándose de pronto Hazel por el atrevimiento, pasando por alto las cicatrices de su cuerpo, dando una vuelta completa para no seguir viendo mientras toca sus mejillas calientes.

-Idiota...-Murmura ella en rabia.

-¿Qué?-Cuestiona de pronto ante el insulto que al parecer logro escuchar, saltando ella de pronto en susto.

-Que no he venido a verle sin ropas su majestad...-Casi se traba al decir tales palabras, girando los ojos en rabia por su rostro que no baja su temperatura, sino subiendo con insistencia, mientras su corazón le advierte que quiere detenerse de tanto correr.

-¿Entonces a qué? Tengo trabajo que hacer.-Tragando duro Hazel, otra vez evitándola, siempre surge el tema del trabajo, no comprende que lo mantiene tan ocupado como para hablar, moviendo sus pies Hazel para enfrentarle de cara antes que vuelva a huir. 

-No puede evitarme así su majestad.-Logra sacar de sus labios de una vez, elevando Jaden una ceja tras su comentario abrupto, mientras se acomoda su saco, la última prenda elegante. Toma de sus cosas sin responder, dando pasos largos para salir de la habitación, en cambio Hazel se pone en frente de él, obstaculizando su andar.-No diré lo que seguramente ya sabe,-Traga duro Hazel, buscando las palabras.-lo cuál yo también lamento, lamento cada instante que haya que recurrido a elegirme sobre la señorita Dixon que es mil veces mejor que yo y que tenía más que merecido ganarme, que se encuentre lejos en una isla y eso a usted le preocupe, porque a mí también desde que desperté, me siento terriblemente culpable.-Abriendo Jaden los ojos en sorpresa por sus palabras, pero Hazel no le permite hablar.-Nosotras fuimos amigas, lo cuál le falle de la peor manera al...-Muerde su labio inferior con suma pena.-besarle, fui una estúpida al no considerar sus sentimientos y comprendo si usted, si usted...-Se traba en sus palabras viendo hacia abajo por las emociones que la agobian.

Dijo que no iba a hablar sobre ese tema, que no lo iba a tocar, pero al verle huir de ella de esa manera nuevamente no pudo quedarse callada.

-¿Si yo qué?

Elevando Hazel la mirada con valentía.

-La ama.


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