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-Es el último café del día, ya te puedes retirar, esta es tu paga.-Extiende el sobre hacia Carter y ella lo sostiene, extendiendo una sonrisa tímida, abriendo de este contenta, ya tenía contado, muy contado su dinero del mes pasado y lo necesitaba con urgencia.

Sin embargo su sonrisa se borra de su rostro al hacer la cuentas y su sueldo, es mucho menos del mes pasado, girando su cuerpo hacia su jefa.

-Disculpe, pero mi sueldo no esta completo.

-¿Completo?-Pregunta, enarcando una ceja y fingiendo una risa, molesta, ¿Por qué esta enojada, no debería ser Carter quién este con esa actitud y no ella?-Deberías de estar despedida, pero agradece que soy compasiva contigo niña.

-Lamento si quizás mi comportamiento no ha sido el adecuado o de su agrado, pero mi trabajo lo he hecho con mi mayor esfuerzo, esto es la mitad de mi sueldo, no me alcanzará...-Su voz casi se rompe de la tristeza que la abruma, temblando sus palmas por soltar tantas palabras que seguro a su jefa no le gustarán, jamás atreviéndose antes a elevarle la voz por respeto, pero su desesperación se esta apoderando de ella.

Los pasos abruptos de la mujer con arrugas, se avientan a su persona, retrocediendo temerosa y apunta a su pecho, sin ánimos de discutir, pero si lo suficiente como para mandarle a callarse.

-Cuatro faltas, por llegar tarde y por lo que no te he despedido, es porque sé que a una estudiante no le ofrecen trabajo con facilidad y tu padre borracho te pega por dinero, ¿Crees que es buena idea llegar a tu casa y decirle que te han despedido?-Su cuerpo tiembla por completo por la mención y niega repetidas veces, con la cabeza gacha.-Entonces no seas estúpida y vete.

Toma con furor el sobre, sin poder refutar y se gira, aventando la puerta al salir, ganándose un grito de la dueña, importándole menos, cuando ella fue a pedir trabajo, a cualquier lado, por ser menor de edad, se requiere la firma de un adulto familiar, a cargo de ella, pero su único familiar vendría siendo su padre, quién por tener la fama de borracho, muchos le niegan el empleo para evitarse problemas.

Sollozo, rogó a la señora que le diera la oportunidad, sincerándose con ella a cambio de compasión, aprovechándose la señora de su debilidad y así beneficiarse. 

Ni siquiera pudo llegar a tiempo para tomar el bus, siendo el último, al tomar horas extras como le exigió su jefa, sintiendo sus huesos tensos, pesados y sus parpados no digamos, bostezando con supremo sueño y no quedarle otra opción que caminar, caminar y caminar hasta llegar a casa.

-Moriré a este paso.

La muerte no le pareció mala idea, la sola idea de llegar a casa, con la mitad de lo que debería ser su sueldo, su padre siempre le espera todos los días, con una botella en la mano listo para golpearla y dejarle lo más poco, aguantando hambre y burlas por su vestimenta deteriorada, no puede ni pagarse un cuarto, porque sigue siendo menor de edad.

 -Odio esto, odio a mi padre, odio a esa maldita bruja y a cada maldita persona.-Aprieta el sobre entre sus dedos y las lágrimas descienden sin controlarlas, parando en seco en un puente, en medio de toda esa oscuridad y frialdad, muerde su labio inferior con supremo furor.-Si muero, no le importará a mi padre, se morirá de hambre sin mí, nadie me extrañaría y no haría alguna diferencia.

De repente se recordó de Jaden, pero sus razones de matar a su padre eran completamente diferentes, él fue cruel y egoísta, en cambio Carter solo busca la libertad, la felicidad si es posible en la muerte, pero lejos de todo lo que le afecta.

No obstante, hacer ese gran paso, es tener valentía según ella, incapaz de aventarse del puente, apretando con furor el sobre y de pronto se abre por la fuerza, saliendo gracias al viento los billetes y caer directo al río, abriendo sus parpados con espanto, maldiciendo en sus adentros por su estupidez, ¡No, no, por favor, no!

Corre directo a la orilla del río y se adentra, sin percatar con el furor con el que se encuentra, mojando por completo su uniforme y temblar por el frío que se adentra en cada extremidad suya, tomando como puede el dinero, que por cierto la mayor parte de él se ha ido, con suma desesperación, dando un paso en falso y no encontrar fondo, siendo arrastrada por la corriente.

-¡Ah...no,-Se atraganta de agua y tose fuertemente, intentando salir de ello o respirar.-ayuda, ayuda, por favor, ayuda!

Sus gritos no son de mucha ayuda, ya que a esas horas nadie se encuentra despierto y su cuerpo sigue siendo arrasado, adentrando el agua a sus fosas y el ardor aproximarse por sus pulmones, siendo llenados de agua y no tener la suficiente fuerza de moverse por las convulsiones que le atacan, observando como desciende y la superficie se vuelve más lejana, incapaz de luchar ya que sus extremidades se duermen y entra en un trance, un sueño profundo que ataca sus ojos y el agua se encarga de su cuerpo.

En cuestión de segundos la muerte toca a su vida y con ello, su aliento, deteniéndose en cuestión minutos.

¿Será esta la felicidad que ella buscaba?

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