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-¿Disculpe, he oído mal?-Carter abre sus parpados en impacto y traga duro.

-Sé muy bien que seguramente esta sea la primera vez que alguien del castillo real le haya propuesto y nadie más lo haga por claras razones, yo tampoco me entiendo, pero una vez dado, no se repetirá jamás.-Se toma el tiempo de explicarle, ya que debe ser emocionante ser tomada por un príncipe o alguien de sangre real, a alguien tan inferior como las de su clase. Abrir la piernas ante él, es un regocijo, una maravilla, saltar de la emoción sería poco.

Asume que seguramente ni siquiera debe ser su primera vez, para bañarse en aquel río sin temor, desnuda, debe estar acostumbrada a los hombres, pero nadie como el príncipe.

-¿Qué ha dicho...?-Aprieta los puños Carter tras escuchar sus abruptas palabras sin cuidado.

-Será mejor que acepte antes que me arrepienta.-Gira su rostro de una sola cachetada que arde a lo largo de su rostro del príncipe, abriendo sus ojos de una furia que carcome sus dedos de sus manos hasta los pies y antes de siquiera tomarla de cuello, se detiene abruptamente al admirar su rostro sonrojado sin más poder y sus ojos cristalizados de la vergüenza.

Porque tiene razón, no ha salido con nadie, nadie se ha fijado en ella por ser fea y pobre, ni en su vida real, ni en este cuento, decirle su pueblo, la familia de Hazel que la consideran la más bella, fue lo mejor que le hayan dicho en su vida, pero que la quieran humillar de esta manera es denigrante, insoportable que tenga que elegir entre tener sexo o morir.

-Es preferible morir siendo pisoteada que dejarme tocar por un hombre tan asqueroso cómo usted.-Arremata Carter con rabia pura y traga duro, girando su cuerpo para huir, logrando correr entre los pasillos y Jaden perderla de vista tras quedarse atónito a sus palabras, simplemente por decir acostarse con él, todo su rostro se torno rojo.

Parecía que era la primera vez que se lo proponían.

De pronto regresa a la realidad, moviendo sus piernas en busca de ella, pero parece verla a lo lejos, corriendo detrás y Carter no tiene idea como huir sin ser vista, estando él detrás de ella, su muerte esta más que segura, atravesando unas columnas de libros y llegar al centro de la biblioteca, girando su vista al príncipe que se detiene a verla desde lo lejos.

Con la estatua de cabeza en sus manos, la gira a la derecha y luego a la izquierda.

-¡Detente ahí, es una orden!-Demanda Jaden abruptamente y Carter gira su cuerpo, corriendo directo en el lugar que la puerta secreta se mantiene abierta por segundos tras ser movida la cabeza, escuchando su respiración dificultosa y su corazón bombear con rapidez. 

Logrando entrar tras ver como se cierra el mueble de libro en frente suyo muy lentamente para su perspectiva, abriendo los parpados tan grandemente cuando el príncipe la mira detrás del escondite secreto, alzando sus pasos tanto como puede, pero para la suerte de Carter, el mueble ser cierra en el rostro del príncipe.

-¡Diablos!-Maldice Jaden al otro lado golpeando de puerta secreta y Carter deja soltar un jadeo involuntario de sus labios con temor abrupto, retrocediendo al darse cuenta demasiado tarde que su suerte corre para peor al tener al peor testigo que se pudo conseguir.

Él vio que movió la cabeza de la estatua, quizás hasta su tiempo este contado, moviendo las piernas temblando de la impotencia de detener lo imposible, tratando de recordar la contraseña, los datos que memorizo en la noche una y otra vez, jamás imagino que sus minutos estarían contados, corriendo por el único pasillo que esconde una puerta.

Su corazón latiendo con frenesí, el sudor recorrer todo su cuerpo y su garganta asfixiarse de la agonía, del miedo que recorre todas sus extremidades, que por suerte desconoce que es concubina, pero para su desgracia, esta escena la compromete demasiado, quizás su cabeza sea cortada antes que el destino le reparé su futuro. 

-No deseo morir aquí, no lo permitiré, ¡No!-Inclina sus piernas y quita la alfombra del suelo, justo un rompe cabezas en letras griegas, intenta recordar, solo puede mover dos veces las piezas pegadas en el suelo, moviendo una de otra al tener una imagen en su memoria, pero el orden es difícil de obtener.

Se escucha que al fondo contrario de su sitio, se abre la entrada secreta principal, soltando un jadeo de impacto tras saber que el príncipe ha logrado entrar y muchos pasos le avisan que no se encuentra solo.

-¡Arrestenla!

Su corazón se detiene por un segundo tras oír eso.

Pálida.

Mueve tan rápidos sus movimientos que no sabe si esta haciendo la forma correcta, pero la desesperación le carcome las manos para que abra la maldita puerta, temblando sus labios del temor que asciende desde sus pies, el peso del miedo cargar en sus extremidades y sollozos ahogados.

Haciendo un toqueteo la puerta secreta en frente de sus ojos.

Brillando su mirada ante la esperanza, posando el peso en sus pies y correr tras la pared que se abrió sola, no sin antes desordenar como puede las piezas y taparlo con la alfombra, corriendo tras la puerta y cerrar de ella, soltando todo el aire que tenía acumulado dentro de ella.

No pueden saber la contraseña, según la historia, los únicos conocedores podían ser la emperatriz y su hijo, así Carter se encontraba segura de ese lado, ya sin oír lo que pasa al otro lado, que por suerte tiene una salida secreta, que nadie sabrá por dónde saldrá.

Mirando frente suyo, el primer seguro de vida.

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