-No hace falta, yo soy.-Se abre paso un hombre entre todos que Hazel identifica sin duda, abriendo sus labios completamente impacta como destrozada. Con suficientes canas, sus ojos apagados por la edad y su físico con características idénticas a Cedric, su padre.
En cambio la emperatriz mira de pies a cabeza a ese hombre con repudio y aburrimiento, ¿cree que es estúpida? Según su información, joven, alto y fuerte, no un vejestorio, pero imitará la ignorancia para ver si sale de algún lado el verdadero culpable.
Los demás hombres tiemblan del temor y bajan la mirada hasta el suelo.
-Han de cansarme con su presencia,-Eleva una sonrisa macabra que termina por completo al pasar la daga por el cuello de la dama y esta no poder gritar al caer al suelo, admirando la sangre sobresalir de su cuello, respirando demasiado rápido para su salud, de pronto aparecen otros guardias a cada esquina de ese pequeño círculo, siendo aprisionados los campesinos, idos ante la muerte, ante su repentina desgracia.-si no llevan a este dama a curar en veinte minutos, morirá.-Tira la daga a otro punto ciego y saca su espada escondida en su vestido.-Si no me entregan al verdadero, todos morirán ahora.
Al ver que todos con los parpados bien abiertos ante la mención, unos sollozando, pidiendo perdón a sus dioses y como uno entre ellos orina sus pantalones, una comezón irresistible comienza a pasar por su garganta, soltando una gran carcajada ante la maravillosa vista.
Malditos perros muertos de hambre, son peor que los parásitos.
Quizás su ignorancia se colmo al imaginar que quieren jugar con ella.
No es definida por paciente, sino dejarse guiar por sus instintos.
Cualquiera que sea la decisión de ellos, la emperatriz de igual forma ganará, de eso no cabe duda, pero su orgullo, de no haber capturado al verdadero traidor de carcome el alma, porque no sólo le traiciono, sino que también busca formas que los demás países de aliaren en contra de Gran Bretaña con la información que ha obtenido.
Sospecha que puedan ser conocedores de gran manera los territorios, los pueblos y lugares menos poblados para darle paso al enemigo, si llegan a conocer que no es la emperatriz original y su hijo de igual modo, todo acabará por lo tanto que ha luchado, acabando con todo, sin embargo les falta recorrido para llegar a saber eso con exactitud.
Antes de ello, será mejor eliminarlos.
Apresuran sus planes, hace que su mente transcurra masacres e ideas para borrar todo rastro de ella tras su muerte, pero la paciencia no es su mejor aliada, queriendo en cualquier momento mandar todo al demonio. Mientras Jordan no llegue a ser el príncipe heredero, de nada servirá, pero gracias a esos parásitos, hace que su tiempo se límite aún más.
Su amado hijo...merece más el trono que el mal nacido de Jaden.
No obstante, de ver sus caras, la mayor de ellas la ignorancia del tema y el temor que hasta mojan sus ropas del miedo, ve que sólo necesitan una lección, tampoco quiere llamar mucho la atención de sus obras. Algo que les haga ver que lo que hicieron estuvo muy mal, aumentando más sus soldados para acabar con cualquier estúpida excusa la vida de cuántos fueran necesarios.
Culpables o inocentes, no le importa.
Eleva la espada a la altura del cuello del sujeto de avanzada edad y eleva una ceja, sin embargo Hazel grita en sollozo, completamente devastada, ahora entiende todo, comprende en absoluto la desgracia de su pueblo, pero no puede evitar sus muertes, la suya, mientras se desangra.
Estrujando su corazón de la tristeza que se avecina, cerrando sus ojos del temor de seguir viendo su sangre salir de su garganta, gimiendo de la tristeza que van a matar a sus vecinos, a personas que la vieron crecer desde pequeña y la más preciada de todas para Hazel, el padre de Cedric.