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Tras las horas largas de tanto correr, su corazón no puede más, sus latidos son un martirio y hasta las ganas de vivir, es que la sola acción de huir por su vida le peso tanto, esa cruel emperatriz le arrebato lo más preciado, jamás imagino que Cedric haría algo tan noble, tan justo que le destrozo la ambición de Lucrecia, la falsedad de palabra.

Que la peor decisión fue enfrentarla, tener cara como para ver a su propio amor morir frente a sus ojos, que la desgracia la socorre, el remordimiento y el tormento de no poder hacer absolutamente nada para salvarlo y siquiera ella salir viva.

Jamás opto por darle la oportunidad de pisar el castillo.

Matarla, opto por matarla, pero gracias tras conocer las rutas y caminos más rápidos, no pudieron alcanzarla, jamás harían un escándalo aquí, así que se relajo tras pisar su pueblo, pero no tanto tras cumplir su objetivo de ir al castillo como concubina, ¿Y si la mata ahí mismo?

Esta en una encrucijada que ninguna opción parece ser mejor.

Sino todas terribles.

-Cedric...-Murmura con el corazón aplastado, tocando de su venda manchada de su misma sangre, los movimientos bruscos al correr hicieron que empeorará su herida. De pronto recuerda, que ninguna concubina puede tener una cicatriz en su cuerpo para presentarse.

Cayendo de pronto en el suelo de rodillas estupefacta.

Todo fue planeado por ella, su fin no era que ella asistiera al evento para su majestad tras saber toda la verdad, porque iba a ser una amenaza de una manera u otra, porque apesar de matar al líder y un grupo de ellos, es poner en mente que alguien iba a ayudarlos desde el castillo al resto que se desconoce quiénes son.

Si no, no hubiera cortado de la garganta de Hazel tras dejar un lugar muy difícil de tapar.

Dio en público la opción más cruel y falsa de esperanza hacia un pueblo acusado en la sombras de traición, queriendo acabar lo más pronto de ellos de una manera más limpia y que jamás se sospeche de la emperatriz, asumiendo que no tenía idea de nada.

Por eso mismo a ella le conviene tras dar la única opción de compasión tras ofrecer Cedric ofrecer su vida en vano, ignorando el hecho que ninguna mujer con cicatriz podría presentarse a  su majestad, si ella hubiera ignorado eso e ir, se le acusaría por hacer esa acción en su cuello apropósito, en rebeldía y ganar de una manera más efectiva la emperatriz.

Ser escogida por la emperatriz es un privilegio, al igual que una desgracia.

Llevando a cabo que en esa misma tarde llegará el concejal por Hazel.

-¿Qué haré, qué haré?-Jala de sus cabellos tras fijar su mirada en todos lados vaciando su mente en locura total.-Ella, esa mujer jugo con todos nosotros,-Su pecho de pronto se siente sumamente pesado.-hasta con Cedric,-Las punzadas incontrolables de sus parpados aumentan sin control.-estamos acabados, moriremos...

La sangre escurre a lo largo de su cuello a su pecho, manchando todo el vestido en el cual las damas del pueblo se esmeraron en hacer, con su cara de felicidad tras ver que ella fue escogida por la nadie más que la gran emperatriz, todo el pueblo emocionado que tuvieran tantas atenciones con ella y fuese una elección entre tantas concubinas para su majestad.

Ignorando la muerte de sus compañeros, la traición que se hizo para detener a la cruel mujer que gobierna todo el país y que no le es suficiente ese poder, sino más, acabando todo a su paso, que su palabra o voz, no tiene voto, porque no cumple sino la consume la soberbia y la impaciencia. 

Todo un pueblo hundido en la ignorancia.

-Moriremos, todos moriremos....-Toma de sus cabellos y jala de estos en medio del pueblo, llamando la atención de algunas personas y otros murmurar, mientras las lágrimas recorren a lo largo de su cara, perdiendose entre sus recuerdos, entre sus sentimientos que no puede evitar perder el control de ellos.-¡Agh, Cedric, por dios vuelve!-Exclama al viento, sacando todo su dolor que carcome hasta sus huesos.

Sollozando con gran dolor, mirando al cielo en busca de esperanza que no existe, que todo es cuestión de tiempo para que su pueblo muera, en cuestión de horas.

Su amor, su único amor e impulso para seguir viviendo, la maldita emperatriz acabo con todo...

-No...-Se murmura para sí misma.-No todo esta acabado.-Se pone sobre sus pies y corre a lo largo del pueblo, pasando piedras y árboles a lo largo, buscando la lejanía de su hogar, de toda persona, temblando sus extremidades de tanto correr y no detenerse apesar de estar herida.

Voltea a ver su pueblo desde la lejanía y el viento sopla con gran rabia, observando sus pequeñas casas viejas, su familia que no pudo decirles un adiós o un gracias, pero si tan solo alguien la ve ensangrentada, será su fin, porque ese es el objetivo de la emperatriz, que se haga un escándalo con su herida, porque nadie le creería y su palabra jamás valdría nada.

No, si ella torna su muerte cómo un accidente tras intentar tomar un baño en el río, nadie asumiría que se suicido y no habría represarías en contra de ella, sólo tomarían a otra concubina según la ley, que tras de tomar un baño se ahoga trágicamente. Pero...pero la idea de hacerlo a su voluntad le hace dudar, todo su cuerpo tiembla en negación, jamás se mentalizo hacer algo como eso.

-No deseo morir...-Su mirada se nubla de lágrimas.-pero todos morirán si no lo hago, desde que fui escrita en ese papel, mi vida fue condenada, Cedric, nos condenaste.-Cierra sus parpados fuertemente y gime a lo bajo, derramando las lágrimas contenidas.

Se desata su primer vestido y lo tira a un lado, quedando en ropa interior, caminando a lo largo del río y poner su primer paso bajo el agua, tras sentir la frialdad todo su cuerpo tiembla, hundiendo el otro pie, notando como corre con brusquedad en su contra, hundiendo todo hasta la cintura.

-Cedric, tú objetivo fue salvar nuestro pueblo y yo me reuniré contigo, deseo que nuestro pueblo salga de su burbuja y corra lo más lejos del verdadero enemigo.-La fría agua llega a su garganta y siente las corrientes pasar a lo largo de sus extremidades. Dejando relajar todo su cuerpo y soltar el primer pie para ser empujada por la corriente.-Cedric...-Un golpe en seco hace que Hazel abra los ojos de sorpresa tras su cráneo golpear contra una gran roca, cerrando sus ojos levemente ante el cansancio. 

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