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La carroza llega justo a tiempo que Stella termina de hablar y corren a la salida, viendo como desciende el caballero que se avecinaba desde adentro, sacudiendo sus ropas finas de traje, como los que van a trabajar en su tiempo,-el futuro-pero más refinado, mientras las personas le rodean emocionados.

-Busco a la señorita Hazel Foster.-Informa a la primera persona con la se topa y se adentra Carter entre la multitud, haciendo una pequeña reverencia, elevando su vestido de esquina a esquina, sonriendo, mientras él se quita su gorro, sonriendo igual cuando la identifica. Se agradece internamente ella al recordar que así se saluda, porque hubiera pasado un momento bien incómodo de no haberlo hecho.-Por favor, acompáñeme.

-Con gusto, oh,-Recuerda de pronto.-espere un momento.

Asusta a la madre de Hazel, pero seguramente Hazel quisiera que hiciera eso por ella, no dejarle ninguna preocupación, que se mantendría a salvo, sin embargo la idea de sacrificar su vida por todas esas personas, le parece muy descabellado, no puede huir de todas formas.

Justo sospechó que Hazel quería suicidarse tras la insólita propuesta, debió ser demasiado para ella esta misión, pero la vida le dio otra oportunidad a Carter de ser feliz, entonces ella aprovecharía a hacerlo y así demostrarle que estaría en la historia, justo en el rostro de su padre.

-No se preocupe por mí madre, regresaré con bien, ¡Verá!-Sonríe, jalando de pronto de su cuerpo y lo rodea con sus brazos, tensando ella sus músculos sorprendida y ríe, separando su cuerpo de ella, mostrándole su mejor aspecto para que no se olvide que se fue feliz.-Lo prometo.

-De eso estoy segura amor, siempre oraré por tu bien, no hagas nada de travesuras, por dios, no preocupes a esta pobre vieja.-Suelta una pequeña risa y se regresa, ya cumpliendo su última despedida y tomando de la mano del caballero que la ayuda a subir, posando su peso en la carroza y cuando se adentra, toma en marcha el camino, girando su cabeza al ver como se alejan del pueblo.

Tenía una vida en este pueblo y de pronto, debo traicionar a Jaden para mantenerlo con vida, no los conozco pero me surge una tristeza horrible de tan sólo imaginar que por mi culpa, puedan morir, extrañada a estos ajenos sentimientos.

Las horas trascienden y el camino se vuelve pesado, quién diría que las ropas que lleva puesta sería un grave error tras el pesado sol, sudando a cantaros y observar cuánta más hermosas mujeres de otros pueblos se adentran a la carroza, cabellos dorados, rojizos, anaranjados, castaños claros y no digamos sus ojos.

En cambio Carter parecía simple al lado suyo, nada especial que su cabello castaño oscuro y sus iris cafés, ¿Su tez blanca? No, eso lo tiene todas. Jamás se había sentido tan juzgada en su vida, las burlas e insultos de la escuela no son nada comparado con esto, es una competencia ha dicho Stella, si que por belleza ha dado la primer falta.

De pronto la carroza se detiene y todas se bajan, por último Carter desciende y abre sus parpados impactada al admirar la hermosura, como anchura y alto del reino, con grandes picos de altura, muchas ventanas y puertas, de un blanco y pareciera como si pintarán esas paredes todos lo días, con la entrada principal de un inmenso jardín. 

-Es precioso...-Murmura Carter, embobada de tal obra, jamás ha sido espectadora de una mansión o una mega piscina, esto es...demasiado para ella. En cambio las otras mujeres la voltean a ver con diversión y se murmuran cosas entre ellas al bajar sus miradas en sus ropas.

Carter baja su mirada con extrañeza, sus ropas son hermosas, pero entiende al instante al ver que las otras mujeres llevan consigo unos vestidos más finos, más preciosos que el suyo, como si al pueblo le costará reunir dinero para comprar este vestido, ¿Qué sabía ella de costo de vestido, si nunca usa?

-Si desean algo, no teman en elevar la voz, que los susurros son fastidiosos.-Eleva la voz para que la escuchen y ellas abren sus bocas con desagrados, girando irritadas y caminan a la entrada, mientras Carter eleva la ceja confusa, que ha pasado muchas veces por eso, la diferencia a esta respuesta, es que se arma una pelea, pero ellas la han ignorado, ¿Es bueno?

-Es una maleducada, viste sus ropas.

-Se nota que todo el pueblo tuvo que reunir dinero para pagarle ese vestido.

Carter se olvida que por más que responda, las bocas flojas nunca pararán y prefiere callar antes de meterse en algún problema, pero nota que ni en el castillo se escapa de ese tipo de gente, que a veces la mejor opción es callar, a veces ellas mismas se muerden la lengua de tanto hablar.

Llegan a la sala principal, alrededor de veinte mujeres de diferentes pueblos, mientras el concejal pasa su pañuelo por su frente acalorado, sacando de su saco algo que parece un pergamino enrollado y lo abre, leyendo lo que trae adentro.

-Se dará inició a la evaluación de damas, para el puesto de concubina para el príncipe Jaden Beckam. Mañana con la primera fase, dada las circunstancias por el viaje y las horas,-Cierra el pergamino, elevando la mirada.-por favor, siganme. 

Todas asienten, cansadas y con gran pesar con los ojos, exclamando el sueño con demanda, mientras siguen al concejal, justo a los dormitorios que están establecidos para cada próxima concubina. Los minutos transcurren para cuando Carter ya descansa sobre su cama, aturdida por tantas cosas que son inexplicables de traducir, pero si lo suficiente para reconocer el aprieto en el cual se ha cruzado, tornando la noche larga e imposible de reconciliar.

Hasta que por fin, pega los ojos del sumo cansancio después de las largas horas.

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