Ignorar era mejor que discutir al fin y al cabo creo que nadie me entiende ni me entenderá.
Bajamos del taxi y empezamos a caminar para llegar al súper, pero a medio camino a Blanca se le antojó helados y fue por dos mientras yo la esperaba parada en la acera. No dejaba de pensar en tantas advertencias pero como dije: es difícil decidir, cuando tu mente dice no y tu corazón te grita intentarlo.
—Ahhh. — escuché un suspiro y giré inmediatamente a ver de quién trataba. —, creí que jamás volvería a verte.
—Yo también y esperaba que no. — comenté volviendo a como estaba.
—Me debes una lo ¿sabes?— preguntó acercándose más.
—¿Es un reproche?— pregunté con ironía y lo miré nuevamente. —,¿cuánto le debo?— alcé mi mentón haciendo una mueca.
—Un trago. — propuso.
—Sabe que puede ir preso. — amenacé. —, ¿acaso nada es gratis en éste mundo?¿ya no hay favores?—pregunté de forma muy cortante.
—Nada. — inclinó su rostro hacía mí mientras lo decía.
—Haga él favor de mantenerse más lejos de mí. — advertí levantando mi palma.
—No soy seguridad del bar sino él hijo del dueño, simplemente quise improvisar. — rió con picardía. -, espero que tu novio esté bien - dijo burlón.
—Admito que te debo una, simplemente tienes que tener un problema para echarte la mano, ahora alejate de mí, no estoy de humor y ya no quiero que nadie entre a mi vida. — le escupí cada palabra rabiosa e intenté irme pero me tomó bruscamente del brazo por lo cual lo miré sorprendida y confundida.
¿Qué rayos le pasa?
—Angi. — oí la voz de mi amiga y él aflojó él agarre para luego marcharse. Esto no me gusta, ése imbécil me da mala espina y para el colmo su mirada es aterradora, debe de drogarse a menudo para tratarme así, aunque no sé quien me creo para hablar así, como si tuviera un ejército a mi favor.
—No preguntaré. — me extendió un vaso de helado de crema la cual tomé.
Luego de ver una y que otros vestidos, me aburrí e hice lo posible para convencer a Blanca de ir a casa. Tenía tanto estrés pero más mental que físico, pensé demasiado pero no lo puedo evitar todo parece derrumbarse, las cosas están cambiando, no es simplemente acosarlo y ser normal ya no, todo se vuelve más interesante, más difícil y creo que más doloroso.
No hablé nada con mi madre, a la mañana siguiente simplemente fui a la escuela, sé que estoy actuando inmadura al querer ignorar él hecho de que muchos me adviertan y que debería estar alerta pero simplemente no puedo, no es tan fácil, es como Raquel que no puede detenerse frente a Ares y siempre termina enredada en sus brazos, al menos ella si llegó a más en cuanto yo sigo aquí.
Sentada en él salón empecé a dibujar algo, lo hacía pero no sabía que quería dibujar en realidad, simplemente lo hacía. Una y que otras personas entraron pero fue como entrar fantasmas.
—Con que la tal elegida de todas está aquí. — escuché una voz, no la reconocí, casi no conozco a nadie, sólo a quien debo conocer, es que ¿que me importa la vida de los demás? bueno sólo la de Mite.
—Que tanto lees, me imagino que debes de leer en wattpad ya que no tienes para físico. — dijo sarcástica y sus acompañantes rieron escandalosamente.
No moví ni un dedo, tampoco pensaba hacerlo hasta que dijo algo.
—¿Qué?¿acaso tu madre no te educó bien?¿o también te abandonó?ahh no. — paseó a mi alrededor. —, de seguro las perras no pueden educar o bueno sí pero a perras.
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Maite (Desgarrador#1 ✔)
Teen FictionÉl se dedicaba a estudiar, era lo único con que podía matar el aburrimiento y ella a acosarlo pero jamás le habló y ese fue su mayor error, si tan sólo lo hubiera hecho pudo haberlo sacado de aquel laberinto, de aquel hoyo en el cual se hundía poco...