Capítulo 52

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Jamás creí que compartiría tales cosas con mi padre, como decirles todas las locuras que hice por Maite.

Sus brazos me rodeaban con fuerza, mientras lloraba.

—Si sientes que le debes eso, está bien, usaré mis influencias, pero prométeme que vas a aceptar ir a estudiar a Alemania, y que te concentrarás en la universidad, sin importar la carrera que tomes, te amo, Ángeles. Perdón si te he fallado —besó mi cabeza.

—Yo también te amo, papá. Y te prometo que superaré esto, estudiaré, y seré feliz —Sonreí. Seré todo lo que él no pudo ser, por él, y por mí.

[...]

Entendí que en la vida, hay que guardar los lindos recuerdos, porque es mejor tenerlos que desear, y no tenerlos. Puede que viva sin ti, pero tu amor sigue aquí.

Imaginé que me graduaba junto a ti, te imaginé con un traje elegante recibiendo tu diploma, pero jamás te imaginé en traje para enterrarte.

Maite. Yo te amé, pero no te salvé.

Entre abrazos, y besos, fui felicitada, por esas personas que me acompañaron a pesar de todo, a pesar de mis locuras, mis estupideces, mis miedos, y la niña ingenua que había dentro de mí.

—Estamos muy orgullosos de ti, cariño —mis padres me abrazaron.

Fui graduada con honores, como mejor estudiante a pesar de tantas veces que falté, eso me hizo recordar lo inteligente que era Maite, era el mejor estudiante de la escuela, se hubiera graduado con muchos honores, pero el hubiera no existe.

Mientras observaba alrededor recordaba todas las veces que lo seguía, que lo veía jugar, que lo veía en el salón de música. Las pocas veces que reía, lo bueno que era en el Basquet.

Con una copa de vino en las manos, empecé a pasear por el salón mientras los demás bailaban, miré por la ventana, desde ahí podía ver la cancha, regresé mi mirada hacia el camino que tenía en frente, y se me cayó la copa de las manos.

Sacudí la cabeza, y desapareció, ¿había alucinado? Estaba segura de que lo vi, pero, pudo haber sido mi imaginación, pues estaba pensando en él.

Abriendo paso entre la multitud, hice lo posible para llegar hacia la puerta, y salir de allí, pero alguien me tendió una mano. Levanté la mirada, y miré a mi lado, ojos verdes.

Puse mi mano sobre la suya, y de golpe nos introducimos con los demás a bailar.

—¿Crees en los fantasmas?—le pregunté.

—No sé, pero dicen que existen —comentó dándole poca importancia a mis palabras.

—Sé que creerás que estoy loca pero... Lo ví, ví a Maite —dije mirándolo fijamente a los ojos mientras nos movíamos al ritmo de la canción.

—Eso es imposible —me contradijo muy seriamente.

—Te digo que lo vi Sline, ¿por qué te mentiría?—insistí, necesitaba que alguien me creyera, o me pintarían de loca.

—Eso es posible, sólo si no lo has soltado, si no está descansando aún.

—¿Qué? ¿Esa cosa de que si no lo suelto no descansará es real?—pregunté confundida.

—Sí, es muy probable, puede que sigas viéndolo hasta que lo sueltes —Sline parecía saber de eso.

—¿Y si no quiero soltarlo?

—Tendrás que vivir viéndolo hasta que su tiempo expire —eso debía ser una broma.

¿En serio debía creer eso?

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora