Capítulo 43

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Capítulo dedicado a @Rocioeliz.

Maite.

Abrí la puerta y luego de hacerlo me arrepentí.

—¿Qué haces aquí?—pregunté secamente.

—He venido a la casa de mi esposa —Me empujó y entró a la fuerza. —. ¡¿Dónde está tu madre?!

Respiré hondo.

—Está cansada, recién llegó déjala en paz —Pedí con algo de calma, con ese hombre, en segundos se me iba la calma.

—Mmm, espero que con quien haya salido no la haya dejado muy cansada —dijo mientras se dirigía hacia las escaleras.

Me apresuré a detenerlo.

—Déjala —Pedí. —. No estás cansado de hacerle daño, dices que es tu esposa y lo que haces es dañarla, los esposos se aman.

Rió sarcásticamente.

—Mira que cursilerías te ha metido en la cabeza, no debí dejar que te criara.

Empecé a toser intensamente, sentía mi pecho doler cada vez que tosía.

—¿Estás bien?—preguntó.

«Wow»

Él preguntando si me encontraba bien, eso fue un milagro.

—Si quieres que esté bien, no la toques.

Mi madre bajó corriendo de las escaleras y suspiró al ver a mi padre ahí. Sabía que por dentro moría de rabia y miedo, pues odiaba más que yo su presencia.

—¿Qué quieres?—preguntó mi madre con firmeza.

De un jalón la tiró del brazo hacia él.

—Vine a la casa de mi esposa, ¡dejen de hacerme esa estúpida pregunta!

—Primero que nada no soy tu esposa —Aclaró mi madre.

—Lo eres, no he firmado ni firmaré ningún divorcio, bueno, podría hacerlo y así me llevo a tu hijo —Volteó a verme.

Apreté mis manos con fuerza, quería molerlo a golpes pero debía de contenerme, lo mínimo lo pagaba mi madre, y ahora podía llegar a ser Ángeles también, pues el imbécil anda buscándola.

—Pronto será mayor de edad.

Él rió burlonamente.

—Sí, claro. Tú hijo no nació aquí, será mayor de edad entre los veinte y veintiuno.

En eso sí tenía razón, no entendía porque mi madre no aceptaba irse y dejarme con él, ya era grande, sabía lo malo y lo bueno, no saldría un mafioso igual que él si no quisiera.

—Está bien, hablemos arriba —Propuso mi madre mirándome.

—Bien.

—Madre.

Me sonrió para tranquilizarme, como odiaba que hiciera eso, ¿cuándo dejaría de dejarse dañar sólo para mantenerme a su lado? Sólo hay una manera en que mi padre nos deje en paz, que uno de los dos se sacrifique.

Subió con la cabeza gacha junto a él, cuando la perdí de vista, pateé la mesita que se encontraba en la sala. Salí al patio a drogarme, sabía que eso sería mi muerte interna y lenta, pero eso quería, morirme, tal vez así mi padre dejaría a mi madre en paz.

Corazón.

Caí sobre la cama de golpe.

—Espero que no te haya dejado cansada quien sea al que fuiste a ver —Hablaba mientras se quitaba la camisa.

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora