Capítulo 13

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Lamento alejarme, no me dí cuenta de que cada mal era un grito de dolor, un grito de auxilio, para darte un oxígeno. Att:Él Ángel que no te pudo salvar.

Ángeles.

Paré en seco ¿qué cuesta ir?
¿porqué creerle?¿será verdad que sea mi única oportunidad de poder hablarle?¿la perderé?¿lo dejaré pasar?¿qué tiene él para decirme?¿qué me importa a mí lo que ellos dos hagan o dejen de hacer?

Mordí mi labio mientras apretaba mi mochila con fuerza, fijé mi mirada dentro del instituto y recordé todo en cámara lenta. Desvíe la mirada para posar la sobre ella. —Disfrutalo, amiga — hice una seña militar y me dí la vuelta sintiendo un pequeño dolor en él pecho que mientras me iba aumentaba.

Abrí la puerta de casa y él primer saludo fue loa ladrillos de Boby, sonreí era lindo que alguien te recibiera al llegar a casa, no me quejo de la ausencia de mi madre, es su trabajo y al igual que ella amo la independencia.

—Que cosita más bella — acaricié su cabeza. —, te portaste bien ¿verdad?

Luego de darle leche, subí a darme una ducha para luego ir a comprarle comida cosa que olvidé, no he abierto él regalo de Yulia pero tampoco me he atrevido a tirarla y bueno simplemente decidí dejarla ahí. Me vestí simple, un pantalón jeans negro, unas pantuflas azules y una camisa negra con un nudo en medio del ombligo y mi cabello, bueno una simple coleta.

Bajé con una pequeña cartera que cruzaba en medio de mis pechos, tomé la bicicleta que me regaló mi madre y me fui, fue algo difícil ya que Boby trataba de evitar que me fuera. Mientras manejaba hacia él centro comercial pensaba en mí, mi vida y todo, yo era la autoridad sobre mí y si sigo detrás de él es porque quiero pero eso cambiará, me empeñare en dejarlo atrás, él que quiere puede ¿no?

Me detuve de golpe al oír como un auto frenaba de golpe, parpadee varias veces, creí que iba a chocar pero alguien simplemente quiso hacerme pasar un mal rato.

—Hola preciosa, cuanto tiempo ¿EH?— se acercó jugando con unas llaves en sus dedos. Él mismo imbécil de la discoteca, entiendo porque no debemos confiar en las personas.

—¿Qué quieres?¿no te dije que me dejarás en paz?

Negó con su dedo índice. — Bajale él tono, ¿quieres que tu madre se enteré de que estuviste en una discoteca?

Reí meneando la cabeza. — ¿Y tú crees que me puedes intimidar?, ese jueguito no va conmigo — aclaré.

Me tomó bruscamente del brazo haciéndome soltar un leve jadeo. — Si sigues hecha y derecha es gracias a él, no sabes quien soy, he sido amable pero tú me estás sacando de mis casillas — me susurró al oído.

—Uyyy que miedo — dije sarcástica. —,mira como tiemblo papasito.

Apretó él agarre a mi brazo y gemí. — Me sueltas o te arrepentirás — amenacé.

—¿Que harás?

—¡Auxilio!¡éste lunático me quiere raptar!— empecé a gritar llamado la atención de las personas de alrededor. Él se alejó disimuladamente y lo miré pícaramente, me va y me viene que su padre sea él dueño y que sean unos psicópatas que venden drogas, yo no le temo a nadie y si está pensando en compararme éste no será él caso.

—Nos volveremos a ver — advirtió.

—Lo estaré esperando — reí. —, idiota — agregué y seguí mi camino.

Al regresar a casa mi madre estaba, había venido temprano cosa que me sorprendió. — Hola, mamá — saludé.

—Oh, hola cielo — respondió lavándose las manos en él lava platos. Se encontraba de espaldas, vestía un sexy vestido azul, veo que llegó hace tiempo ya que está cambiada.

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora