l͓̽a͓̽ v͓̽i͓̽d͓̽a͓̽ s͓̽i͓̽n͓̽ t͓̽i͓̽, p͓̽a͓̽r͓̽a͓̽ m͓̽i͓̽ n͓̽o͓̽ e͓̽s͓̽ v͓̽i͓̽v͓̽i͓̽r͓̽, q͓̽u͓̽i͓̽s͓̽i͓̽e͓̽r͓̽a͓̽ m͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓͓̽̽i͓͓̽̽r͓͓̽̽, a͓̽ t͓̽u͓̽ l͓̽a͓̽d͓̽o͓̽ s͓̽o͓̽y͓̽ f͓̽e͓̽l͓̽i͓̽z͓̽
Maite.
¿Cómo es que, ni siquiera el alcohol podía calmarme? No podía más, me sentía morir no verla cada mañana o al menos verla por equivocación.
Golpeaba ligeramente, vez tras vez, la botella contra mi rodilla, tenía puesto mis audífonos mientras, estaba sentado sobre mi cama. Me paré de golpe y seguido lancé la botella contra la pared, justo donde tenía dibujada la flor marchita y al costado su pintura.
Con manos temblorosas, toqué la pintura ¿por qué a mí?¿por qué tuve que amarla tanto?¿por qué nos hemos encontrado otra vez?¿por qué fuimos destinados a ser el desgarro del otro? Son tantas preguntas y pocas respuestas, Dios ¿qué he hecho que estoy pagando? Si existea ¿por qué me dejas sufrir así? Si alguna vez fui feliz, no lo recordaba porque debió ser cuando estuve bebé.
Toqué mis labios y dí media vuelta para observar su casa desde mi ventana. Te fuiste, con ello te llevaste mis pocas sonrisas, mis pocas ilusiones, mis pocas ganas de vivir, podía decir que estaba a un ochenta por ciento apunto de hundirme, ¡quería que te fueras y que jamás regresarás! Para acabar de una vez por todas, poder ponerle fin a todo y no alargar la historia, quería pero, también anhelaba que nunca te fueras. Era tan egoísta.
Entré al baño, me miré en el espejo y nunca antes, sentí tanto asco de mi mismo. Era un cobarde, un estúpido cobarde.
—¡¡AHHHHHH!!
Desahogo, era simplemente eso, desahogo. Golpeé el espejo con mis puños hasta más no poder, un charco de sangre se hizo visible tanto en el espejo como en el lava manos, sin cuidado alguno fui retirando los trozos de vidrio que se habían clavado en mis manos.
La puerta del baño se abrió de golpe y con ella mi corazón, no podía ser, era la última persona que quería ver en ese momento, sabía que mientras, más daño me hacía, más la dañaba a ella.
Llevó ambas manos a sus labios sorprendida, estuvo casi cinco minutos en shock, sus ojos viajaban de un lado a otro dentro del baño. Seguí quitando trozos de mis nudillos, esperaba que saliera de shock pronto, para así escuchar sus gritos y que me dijera que debía ver a Dulce.
—Deja eso —pidió pero, la ignoré. —, ¡ya basta!
Seguido de sus gritos me apartó del espejo hecho trozos, bruscamente del hombro. Me quedé quieto, no quería empeorar su salud, no soportaría perderla, quería morir primero, por aquella razón, no sentir el dolor de perderla, de verla dejándome solo en la porquería llamado mundo, a mi suerte, mi mundo sin ella, era un mundo sin sueño.
Me enseñó a soñar, me dió alas y esperanza, esperanza de construir un nuevo mundo para ambos. Terminó de vendar todas mis heridas y me arrastró hacia abajo.
—Ahora mismo iremos con Dulce —dijo apresurada. —, no vas a continuar así, puede que hagas esos negocios sucios de tu padre pero, que te hagas esto es otro nivel.
—Mamá, detente —pedí.
—¡Tu cierra la boca!—giró bruscamente y me señaló. —, ¡quiero que me entierres, no yo a ti!
Y yo quería que tu me enterraras a mí.
—Toma tus gafas, usaremos tu nombre falso. Tu padre no puede enterarse de que seguimos asistiendo, Dulce nos ayudará —farfulló mientras, sollozaba. Detuve sus movimientos y la abracé con todas mis fuerzas.
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Maite (Desgarrador#1 ✔)
Novela JuvenilÉl se dedicaba a estudiar, era lo único con que podía matar el aburrimiento y ella a acosarlo pero jamás le habló y ese fue su mayor error, si tan sólo lo hubiera hecho pudo haberlo sacado de aquel laberinto, de aquel hoyo en el cual se hundía poco...