La luz de la luna que se cuela por mi ventana ilumina castamente la habitación, dejándome ver al chico que tengo en frente. El miel de sus ojos, el negro oscuro de su cabello que roza su cuello, lo más interesante, es en la manera en que me mira.—Tú eres la talentosa —hace una pausa. —. Ángeles Stuart Mill, la autora de Arráncame el alma, el sueño inalcanzable de mi medio hermano, libro dedicado al chico que nunca le hablé —mientras habla no detiene sus pasos hacia mí.
Parpadeo llena de miedo, miedo a hacerle frente nuevamente a la dura realidad de mi historia.
—La chica de la cual no paraba de hablar, de esa Ángel no merecido que le daba ganas de vivir; ¡estoy jodidamente enamorado de esa chica, la chica por la cual mi hermano hubiera dado su vida!
Mis mejillas empiezan a mojarse, lloro, porque recordar a Maite es dolor, no puedo pensar en las palabras de Jackson porque me he quedado en shock con la palabra medio hermano, tenía sospechas, ahora estaba más claro que el agua.
Repentinamente siento un agarre a mi cintura, y mis puños quedan contra su pecho mientras estoy perpleja, aún sigo en shock, nada de lo que dice me interesa, nada, mientras el recuerdo de Maite esté en mi mente, no podré pensar en nada.
—Maldita sea, sabía que mi conexión contigo no era casual —diciendo esto me sacude. Pero yo no reacciono.
Siento que muero, él no parece notar la herida tan profunda que me está abriendo.
—Vete —mi voz sale tal como lo esperaba, en un jadeo muy bajo. Él no se mueve, literalmente ambos estamos en shock, pero yo estoy peor. —. ¡Lárgate! —me desespero.
Necesito estar sola.
—¡Lárgate!—no lo soporto.
Ése inmenso dolor regresa, desgarrando mi alma, ése dolor por el cual estoy aquí, supuestamente para sanar, olvidar y dejar atrás todo, pero ahora le hago frente, no con él, si no con su hermano, de quién estoy perdidamente enamorada, y que para el colmo si Maite era insensible, y loco, él era más que el triple de todo eso.
Ya sola, otra vez, en la esquina de mi cama, como lo hacía en Los Ángeles, lloré viendo por mi ventana, viendo como una nube cubría la luna, pero que aún así alumbraba.
Al menos la luna regresaría, pero él no, no lo haría, ni ahora, ni nunca.
¿Y si la muerte fuera esa paz, ése descanso que tanto busco?
No pudiste salvarme, pero no puedes olvidarte de mí.
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Maite (Desgarrador#1 ✔)
Teen FictionÉl se dedicaba a estudiar, era lo único con que podía matar el aburrimiento y ella a acosarlo pero jamás le habló y ese fue su mayor error, si tan sólo lo hubiera hecho pudo haberlo sacado de aquel laberinto, de aquel hoyo en el cual se hundía poco...