Capítulo 28

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Te dediqué un libro, y me arrepentí.

Vestidos y más vestidos. Era lo que veía. Era sábado, y como de costumbre estaba con Blanca. Ella tenía una cita muy importante con Matt, tal parecía que lo de ellos iba hiendo para serio, me sentí mal, ver como ella aceptaba las cosas serias, y las vanas pasajeras simplemente las rechazaba, como alguien madura.

Yo ni siquiera puedo ser novia de Sline. La envidio tanto.

—Angi —dijo pasando su palma frente a mis ojos. —, hey, la tierra te llama.

Sacudí la cabeza varias veces.

—Ah, sí ¿qué me decías?—pregunté.

— ¿Qué te parece éste?—Me mostró un vestido color vino, largo, sin escotes pero ajustado. Ella era alta y le quedaría bien, además ese corte con ese vestido que dejaba ver sus hombros. Hermosa.

—Ésa es —afirmé sin dudar.

—Vamos, era lo único que faltaba —dijo tomando mi mano. —, estás pensando en Sline.

—Sí —confesé.

—Me alegra que él ocupe tu mente.

Eso estaba más que claro, no había ni siquiera que decirlo. Estábamos en su casa cuando recordó lo de su vestido, por ende fuimos como perro detrás de hueso por un vestido.

—Luego habrá boda ¿no?—Cambié de tema.

—Acaso la distancia te hizo olvidar quien soy, no me casaré con cualquiera, falta mucho. No me voy a casar para divorciarme al mes.

—Lo sé. —asentí. Cuando salimos ví a una mujer sentada al lado de la tienda, tenía varios collares, era una de esas viejas extrañas que leían el futuro con cartas o con verte la palma. Dizque. Yo no creía en esas cosas.

—Ven, nada pierdes con intentarlo —Me alentó con una gran sonrisa. Tenía varios anillos en los dedos, vestía un vestido largo, blanco con rojo.

Intenté acercarme pero Blanca me detuvo.

—¿Qué haces? Es uba bruja ¿no lo ves?—Me reprochó.

—Digamos que es una adivinadora, pero tampoco bruja, eso es exagerado —La miré a los ojos.

Estaba molesta, y era claro. Pero siempre terminaba Apoyándome.

—No estoy de acuerdo —aclaró.

—Soy yo la que quiero.

Me acerqué a la mujer de edad avanzada, le extendí mi mano. Sentía que tal vez con eso, algo cambiaría en mi historia, o estaría más o menos informada de lo que pasaría, aunque no creía en esas cosas pero si algo coincidía lo creería.

La mano de la señora estaba caliente, era algo dura, pesada y gruesa. Pensé que tal vez era por su edad.

Me Asusté al ver la mirada de la señora, sentí una sensación recorrer mi cuerpo entero.

—Imposible —Fue lo único que objetó la señora. En sus ojos había sorpresa, ese gris intenso se clavaban en los míos con una pequeña pizca de miedo, me era imposible descifrar su mirada.

—Nos vamos —Sentí un jalón de brazo, y seguido me ví en la calle.

—¡Blanca suéltame!—Retiré mi muñeca de su mano bruscamente. —, ¿qué te pasa? No dejaste que me dijera que vió o leyó.

Me miró fijamente a los ojos, apretando sus manos en puño.

—Te has pasado de límite, Ángeles, sabes que te quiero pero, cuando termine mal no me busques. Te lo he dicho desde la primera vez, y te lo vuelvo a repetir —. Levantó su mano, y me señaló. —. Vas a terminar desecha.

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora