Capítulo 37

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Maite.

El sonido de una silla rompiéndose, me trajo de vuelta a la realidad. Dejé de sentir su peso seguido de ese sonido, y a dolorido busqué la manera de poder verla.

Su frágil cuerpo estaba tirado a mi lado, su cabellera estaba regada por el suelo, su rostro estaba pálido, con mi codo apoyado al suelo me acerqué a ella, con mi mano sucia de sangre toqué su rostro.

—Angi...—Susurré. —. Ángeles, por favor, contesta...

Yo no sé que piensan muchos de mí, o de los hombres, pero puedo asegurar que hay de nosotros que cuando amamos, amamos con todo, hasta la muerte. Vivo en paz conmigo mismo, porque por más que me parezca a mi padre, no soy como él.

Sus manos estaban frías, sentía que me arrancaban una parte de mí, ni estando lejos de ella, puede vivir en paz.

—¿Ella acaba de...?

Levanté la cabeza para mirar a Yunior, quería matarlo, hacerlo pedazos.

—¡Voy a matarte maldito infeliz!

—Creo que será al revés —Volvió a apuntarme.

—Baja tu arma —ordenó una voz familiar.

Miré por donde provenía la voz y vi a Sline acercarse con una pistola. Otra vez me salvaba el pellejo, como en los viejos tiempos.

—No dudaré en dispararte —Advirtió, avanzando más de prisa. —. ¿Qué hacemos con él?—Me preguntó.

—Atalo —Ordené. —. Yo me encargo luego.

Me paré del suelo, y salí por unas cosas en mi auto, tomé lo que quería y unas inyecciones, cuando regresé Yunior estaba atado a una silla. El lugar era espacioso, había muchas cajas alrededor, y no tenía que abrirlas para saber que contenían.

—Sólo se desmayó —Le dije a Sline quien se encontraba hincado junto a Ángeles. La tomé del suelo y la dejé sobre una mesa de madera, rompí una parte de mi camisa y amarré fuertemente su muñeca.

Era lo mejor. Y ya estaba decidido.

Saqué la jeringa y tomé su muñeca, golpeé su muñeca y procedí por inyectarla.

—¿Qué es eso?—preguntó Sline, mirándome atónito.

—La derogaré, no puede recordar nada, ya sabes que pasará.

—Sería justo —comentó.

—Sí —dije con ironía. —. Y que el culpable sea Maite ¿no? Que pase como Klara, era mi mejor amiga, intenté tener algo con ella para no lastimarla y mi padre terminó arruinándola.

—¡No fue tu culpa! —Siempre me decía lo mismo. —. No sabías que tu padre era una persona tan ruin que se fijaría en ella que aún siendo adinerado quisiera venderla por ser tan hermosa y virgen.

—Te equívocas Sline, eso lo descubrí desde la primera vez que lo vi golpear a mi madre —Entré la jeringa en su piel, por más que deseara tomar aquello como una gran oportunidad, no podía, debía mantenerla alejada. —. La amo demasiado —dije, casi sin voz.

Sline tapó su rostro con ambas manos, sabía que no le agrada la idea pero así debía ser, ése día nunca existió.

—Su madre es enfermera, y si se entera —comentó.

—Puede ser, pero estoy seguro de que no lo notará —dije, desamarrando su muñeca.

—Si harías tanto por ella ¿por qué todo esto?—preguntó. Giré para mirarlo de frente.

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora