Capítulo 46

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Alma.

No hay nada comparado al sentimiento de una madre de ver a su hijo sufrir. Siempre supe que aquel momento llegaría pero no me había preparado para aquello, no estaba lista para verla tan destruida.

-Tiene que vivir.

-Estamos haciendo lo posible Alma, pero tú misma sabes la situación.

-Si ese chico muere, perderé a mi hija -Removí mi cabellera. -. Ésta situación es muy difícil -Salí de su oficina para ir al cuarto de Maite pero desde lejos empecé a escuchar llantos en la habitación, me apresuré en llegar y vi a la señora Corazón en un mal estado, y mi hija Ángeles hipando sobre el sofá.

Traté de calmar a la señora Corazón, tan mal estaba mi hija que dejaba a alguien en ése estado para llorar, por más mal que se encontraba siempre trataba de ayudar a los demás, en serio que eso era demasiado.

-Mi hijo no, Alma salvalo...

Miré a Ángeles para asegurarme de que siguiera fundida en su mundo. Me agaché un poco para estar cara a cara con Corazón.

-Señora corazón, cálmese, hablemos afuera que Ángeles está aquí, recuerde que ella no sabe nada, ya está muy afectada con todo esto -Toqué su cabello con suavidad. -. Sé como se siente, lo lamento, pero ya Ángeles tiene suficiente trauma, se disparó frente a ella -Ella ahogó un grito. Miré a Ángeles y sentí mi pecho estrujarse.

-Él no quería eso -Sollozó. -. Sabes que la ama...

Suspire cansada.

-Sí, pero no es momento para que ella sepa de esto, menos de esa manera, vamos -La ayudé a pararse, y salí de la habitación con ella. En la puerta estaba mi compañera de turno, le dediqué una sonrisa forzada. -. Déjala.

Ella asintió.

Era mi hija, por más que respetara las políticas de mi trabajo ella siempre estaba primero.

Llevé a la señora corazón a una habitación solitaria y tranquila para que se relajara.

-Cálmate Corazón, por favor, recuerda que sufres del corazón, enviaré una enfermera a atenderte -Miré sus ojos y supe lo que me pedía. -. Podrás verlo, lo prometo.

Ella asintió.

Salí de la habitación y le encargué a una enfermera. Will no paraba de llamar, y ya mis compañeras estaban hartas de decirle lo mismo.

La secretaria suspiró al verme, y le Sonreí apenas. Tomé el teléfono y haciendo hacia un lado mi melena contesté.

-Hola.

-Alma, he visto las noticias de última hora de Los Ángeles, ¿puedes explicarme qué hacía nuestra hija allí?

Cerré los ojos masajeando mi frente.

-Will...

-Will, ¡¿qué?! Inmediatamente que terminé el negocio que estoy cerrando voy para allá, y espero una explicación, Alma.

-Está bien, sólo ya no llames a mi trabajo; lo siento.

No se despidió ni nada, sólo me colgó, sé que tenía razón de enojarse pero tampoco tenía que actuar así, la crié por tres años yo sola, aunque fui yo quien la alejó de él, pues, porque nuestra relación nos enfermaba a ambas.

Me alejé de todo el alborto del hospital, trabajar en un hospital, y como enfermera no era nada fácil, por segundos entraban gente a punto de morir, desangrándose y heridos, ruidos, llantos y gritos.

Llamé a Sline, quería que viniera por Ángeles, ya no la quería aquí, no hasta que Maite no despertará.

-¿Podrías venir por ella?, por favor.

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora