Ángeles.
Aprovechando que no iba a la escuela, mi madre me envió de compras. No tuve una linda noche y pues amanecí peor que aquella mañana cuando conocí a Slin.
Mientras venía de compras hacia mi casa lo ví, estaba algo apurado pero paró en seco al sus ojos caer en los míos, se veía extraño pero simplemente lo ignoré siguiendo mi camino. Al estar frente a la puerta de mi casa dejé las compras a un lado para poder abrir la puerta, iba a tomar las fundas nuevamente pero casi me golpeo la cabeza con la puerta sino hubiera una mano en mi frente cosa que me extrañó.
Y era nada más que Slin, quien se tomó él tiempo de escanear me antes de saludar. Yo me perdí tanto en él limbo que quedé muy sorprendida al ver los moretones que tenía en su rostro.
Nuestra conversación sobre lo que pasó en mi cumpleaños fue mejor de lo que esperé aunque fue la conversación más incómoda que tuve. Él me había besado y yo pensé que había sido yo, aún así la apenada era yo cuando él seguía igual de seductor y coqueto como siempre.
Una hermosa camisa verde claro similar a sus ojos resaltaba su piel blanca, un pantalón negro de tela y unos zapatos negros, su pelo recogido hacia un lado mientras su cuerpo estaba apoyado a su auto de brazos cruzados resaltando sus músculos. Sus labios formando una línea con una sonrisa oculta y torcida dándome una mirada pícara, en su muñeca izquierda llevaba un reloj de color plata con la torre Ifel en medio donde marcaba la hora.
Por dentro deseaba que fuera Mite quien me estuviera esperando para ir a la escuela juntos y si fuera posible tomados de la mano. Pero no siempre queremos a quien nos conviene, admiro a Slin y si dependiera de mí me encargaría de volverme loca por él.
— Es la primera vez que te fijas tanto en mi físico — se señaló de arriba abajo mirándome con una sonrisa.
Yo apenas llevaba un pantalón jeans azúl, unos hermosos zapatos negros que había aprovechado comprar él día que fui de compras por mi madre y una hermosa blusa de rosa corta pero que no dejaba ver mi piel acompañado de bolitas en forma de diamantes. Mi pelo peinado en una sola trenza de lado y pequeños mechones sueltos por ser inexperta.
Con una mano sosteniendo las mangas de mi mochila Alcé la cabeza sonriendo con los labios sellados. — Hola.
— ¿No me dirás lo obvio?— preguntó con cursilería.
— Muere te — lo aparté y me monté al lado copiloto.
— Wow te vez guapo — dijo al montarse. —, tu te vez preciosa, hermosa — tomó él volante.
— Slin...— ladee dándole una mirada tierna. —, ¿porqué quieres que te diga lo obvio?
Meneó la cabeza y giró a verme por completo. — Porque tu opinión vale mucho, preciosa.
Sonreí. — Uyyy, ¿a quién vamos a conquistar?— pregunté con emoción como una niña.
Señaló su mejilla. — Un beso y te lo digo — propuso mientras mantenía su vista en la carretera.
Me gusta saber las cosas, soy muy curiosa y un beso a Slin no es nada bueno solo si evitara recordar aquella noche. Me incliné y besé su mejilla haciendo un pequeño ruido. — MUA.
— Caíste — rió.
Golpeé su hombro con un puñetazo y me crucé de brazos molesta mirando por la ventana.
— No te molestes, guapa.
Al alzar mi muñeca para llevarla a mi barbilla noté él conjunto de pulseras. Sonreí tocándolo con emoción, giré a ver a Slin quien manejaba concentrado, me impulsé hacia él y rodeé su cuello con mis brazos dejando un largo beso en su mejilla. — Gracias.
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Maite (Desgarrador#1 ✔)
Teen FictionÉl se dedicaba a estudiar, era lo único con que podía matar el aburrimiento y ella a acosarlo pero jamás le habló y ese fue su mayor error, si tan sólo lo hubiera hecho pudo haberlo sacado de aquel laberinto, de aquel hoyo en el cual se hundía poco...