Sus ojos decían todo, pero sus labios estaban sellados.
—¿Cómo va tu empresa?—pregunté, despegando mi cabeza de su pecho.
—Sabes que soy el mejor —dijo, con orgullo, vacilando la cabeza.
Reí.
—Lo sé.
—¿Ése tipo te rompió el corazón?—preguntó, jugando con mi cabello.
—Creo que yo lo hice —confesé.
—Auch —Emitió tocando su pecho. —. Saliste a tu madre, rompecorazones.
Negué con la cabeza riendo.
—No es cierto, mamá es un ángel —Lo contradije.
—En eso tienes razón.
—Éste año nos has visitado más seguido —comenté, mirándolo a los ojos. —. ¿Alguna novedad?
—¿Quieres que me quede?—Inquirió, levantando una ceja sonriente.
—Sabes que quiero que estemos bien —aclaré.
—Las cosas con tu madre están mejorando, y pues aún no está lista para que vivamos juntos otra vez pero poco a poco estamos avanzando, estamos bien, no queremos que te preocupes.
—Bueno, eso espero —suspire.
—¿Cómo va la escuela?
—Bien —Alcé los hombros. —. Nada que no pueda llevar, emocionada de que pronto vaya a poder estudiar mi carrera de psicología —Lo dije a propósito para que recordara que no quería ser empezaría.
—Vas a empezar a cambiar a los locos —dijo, burlón levantando una ceja tras otra.
—Papá —Me quejé.
—Es broma, sabes que apoyo lo que te haga feliz —Besó mi frente.
A la mañana siguiente fui la primera en despertar, me alisté para salir a correr, necesitaba hacerlo, distraerme, pensar. No encontré mi gorra, por ende fui a la habitación de mi madre en busca de la suya, entré silenciosamente, ella dormía tranquilamente rodeada por los brazos de su esposo.
Sobre su armario, en lo alto estaba colgada dos gorras, tomé la rosada y salí como entré, sigilosamente. Tomé una botella de agua, y me fui.
No supe por cuanto tiempo estuve corriendo hasta que me cansé, me senté en la acera y observé las palmeras del lugar, en un parque pude ver a varios perros jugar con sus dueños y recordé a mi Boby, que por ser un chihuahua no crecía, me parecía bueno, siempre estaría junto a mí.
De una me tomé la botella de agua, y trotando regresé a casa, justo cuando entré recibí como buenos días un golpe en la cabeza, era una manzana.
—Fue tu padre —Señaló mi madre.
—Fue tu madre —Señaló mi padre.
Los miré a ambos sin expresión, tomé la manzana y me la comí mientras me dirigía hacia las escaleras pero sentí a alguien retenerme del pantalón de deporte que tenía.
—Boby, anda, sube tu primero —Le ordené.
—Es que alguien vino a verte —comentó mi madre.
—Blanca no está, no tengo amigos, y Sline ni siquiera me contesta, mucho menos me vendría a ver, igual creo que poco a poco todos van notar el desastre que soy —dije, sin ganas.
Quise avanzar pero Boby no me lo permitió, me enfadé y giré para tomarlo entre mis brazos.
—¡Ya basta Boby! No me hagas sentirme más tonta... —Le grité, y el lamió mi mano gruñendo bajito. Tan lindo mi perrito. —. Lo siento.
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Maite (Desgarrador#1 ✔)
Teen FictionÉl se dedicaba a estudiar, era lo único con que podía matar el aburrimiento y ella a acosarlo pero jamás le habló y ese fue su mayor error, si tan sólo lo hubiera hecho pudo haberlo sacado de aquel laberinto, de aquel hoyo en el cual se hundía poco...