Capítulo 30

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Abrí los ojos, aún sentía mi cabeza sobre el pecho de alguien. Froté mis ojos a bostezando, y levanté la cabeza para ver a un Sline despierto.

—Estás despierto —dije, con voz adormilada.

—Sí, estaba pensando —dijo, seriamente mirándome a los ojos.

Me incorporé, alejé mi melena al estar sentada, y lo miré fijamente a los ojos.

—Hay algo muy importante que quiero que sepas —dijo, la seriedad en su voz me asustó.

—Sline... No quiero otra sor...—Me calló con un beso.

Llevé ambas manos a su rostro alargando más el beso, mientras me colocaba de rodillas sobre la cama. Sus manos se aferraron a mi cintura, sentí sus dedos apretar mi cintura con deseo.

Nos separamos por la falta de aire pero seguimos igual.

—Después de aquello, dudo mucho que haya algo peor que me aleje de ti. Dicen que el peor perdedor es el que no lo intenta, y yo decidí hacerlo —dije, con la mirada fija en sus ojos.

—Después de que lo sepas, la decisión que tomes la respetaré.

Asentí levemente viéndolo a los ojos. Sline tenía muchos secretos, tal vez era uno de ellos que me contaría, siempre me dijo que a su debido tiempo sabría lo que tenía que saber.

Me vestí formalmente para que fuéramos a su casa, era sábado, no teníamos clases. Recogí mi melena y bajé, pantalón jeans y un suéter negro, era lo que vestía, olvidé mencionar mis tenis, podía parecer varonil pero me sentía cómoda.

—Estoy orgullosa de ti —dijo mi madre tocando mi cabeza.

—¿Lo lograré? Sline significa mucho para mí, y no quiero lastimarlo.

Ella me sonrió.

—Es un gran avance, estás preocupado por él y nada pierdes intentándolo.

—Pero... Puedo perderlo a él —dije preocupada. Estaba segura de que quería intentarlo, pero tenía miedo de las consecuencias en el camino.

—No podemos ver el futuro. Solo da lo mejor de ti, y nunca te rindas. Ahora ve, que ese galán te espera —Con una gran sonrisa besó mi cabeza.

Salí de la casa, en la puerta me esperaba Sline, vestía su ropa de ayer, mi madre se la había secado. Tomados de las manos caminamos hasta su casa, quedaba algo lejos pero ninguno se quejó de no haber tomado un taxi.

—Lamento arruinar tu rutina —comentó sin detenerse.

—Como si fuera la primera vez, desde que te conocí mi rutina cambió. Pero, descuida, tampoco tenía ganas de salir a correr.

Nos paramos frente a la puerta de su casa, el sacó las llaves de sus zapatos por lo cual reí. Entramos, y todo estaba implacable como de costumbre, Sline era muy limpio para ser hombre, eso también me gustaba de él.

Me senté en el sofá de la sala de estar.

—Ponte cómoda —Me ordenó.

—Lo estoy —Le dije con una sonrisa.

—¿Segura?—Giró a mirarme y asentí. —. Solo te hablaré de alguien muy importante para mí, estás nerviosa —Sonrió.

—No sé de quién me hablarás, si de una ex-novia. Jamás me has contado una historia de tu vida familiar o sentimental, solo de tus ocurrencias —farfullé, y él solo se rió.

—Nunca he tenido novia, si tuve algunos amores y he estado con chicas pero no novia. —Caminó hacia el único cuadro que había en la sala.

«Entonces yo saldría siendo tu primera novia». Pensé. Gracias a Dios en voz baja.

Maite (Desgarrador#1 ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora