Capítulo 45 "De vuelta a casa"

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Hermione no esperó a que Draco despertara por la mañana, se fue sin decir adios directo al hospital. No le gustaba pelear con Draco, pero tampoco se sentía contenta con lo que había hecho así que se merecía que no le hablara por un rato.
Albus estuvo tan feliz como nunca de volver a verla, y de nuevo pasaron casi todo el día en la sala de hospital.
Algo totalmente inesperado pasó a la hora de la comida, cuando Hermione decidió que quería un café de la cafetería que estaba cruzando la calle, era la hora de la revisión de su padre, así que no lo estaba dejando solo cuando salio del hospital.
Justo al cruzar las puertas de cristal alguien llamó a su nombre haciendola detenerse en la acera.

-Hermione- ella de giró y ahí se encontró de pie a Theo, justo bajando de su coche. El corazón de la castaña se hizo pequeñito cuando lo vio acercarse rápido a ella.

-Hola- dijo ella en un susurro.

Los ojos azules que tenía enfrente brillaban sin poder asimilar que era ella y no se la estaba imaginando.

-Creí que era una mentira- dijo Theo mirandola pasmado -pensé que... tenía que venir y asegurarme de que era verdad-

-Si Theo, lo que te dijo Draco es verdad- en ese momento ella lo miró con más atención y pudo notar que había estado en una pelea, con Draco claro estaba.
-¿No quieres... tomar un café?- dijo señalando la cafetería -para hablar mas tranquilos-

-Esta bien- aunque no parecía muy felíz, la siguió al interior del local y se quedó callado hasta que tuvo una taza de café frente a él.

-¿Cómo supiste que estaría aquí?- dijo Hermione.

-Si lo que dijo Malfoy era verdad, supuse que habías venido a ver a tu padre. No quería creer que de verdad habías estado todo este tiempo con él, pero no me podía quedar con la duda, así que vine- Hermione bebió de su café, nerviosa por lo que iba a contestar.

-Siento mucho que se haya comportado tan agresivo ayer- se disculpó ella.

-No se que te sorprende. Sabes que es una mierda de persona- dijo él con odio en la mirada.

-No estoy aquí para discutir sobre el carácter de Draco-

-¿Hermione de verdad todo este tiempo estuviste con él?- su voz era dura, le estaba pegando como martillos a Hermione la forma en la que le hablaba -¿De verdad fuiste capaz de largarte con él a pesar de todo? Después de que abusaba de ti fisicamente, o que te rompió el corazón. Después de que me diste esperanzas...- Hermione miró su tasa con dolor, no se atrevió a mirarlo -Dime que todo eso es una gran mentira y que no te lloré en vano, que ninguno de nosotros se preocupó todo este tiempo por nada. Porque Elena más que nadie la ha pasado mal, Luna y Ginny ni se diga... todos estuvimos día y noche tratando de localizarte-

-Les dejé una carta...-

-¡Una maldita carta que no decía nada! ¡no sabíamos si estabas bien o que había pasado contigo!- su voz era dura pero con poco volumen para que los demás no escucharan -Acababas de dejar el hospital cuando te fuiste-

-No quería hacerles daño, hice lo que tenía que hacer-

-Si. Puedo darme cuenta, ahora veo que todo fue por él. ¡Jamás estuviste enferma! ¡estabas en una puta depresión por culpa de ese imbécil! Y en tu primera oportunidad te largaste con él- Hermione levantó su mirada. Theo tenía los ojos inyectados en sangre -¿de verdad no te importé para nada? ¿fuí tan solo un juego que te fuiste así sin más cuando yo te quería?-

-Theo...- le estaba costando hablar -si me importabas, me importas. Pero no puedo estar lejos de Draco, no puedo, lo siento. No puedo explicarte el porque, pero no hay forma de que me aleje de él-

-¿No te importa que te haya engañado con Astoria?-

-Nunca lo hizo, todo fue un malentendido- Theo bufó.

-Así de controlada te tiene que no puedes ni aceptar que de verdad te puso el cuerno-

-Él no me controla, por favor ahorrate tus comentarios o tendré que irme- Theo se tragó sus palabras y permaneció en silencio.
-No te pido que entiendas, pero así son las cosas y nada lo va a cambiar-

-¿Ni siquiera yo? ¿Todo lo que siento por ti no vale nada?-

-Theo por favor...-

-Hablo en serio. No pienses que me voy a quedar de brazos cruzados mientras él se sale con la suya. No voy a permitir que él me gané así sin más-

-Esto no es una competencia, y estarías perdiendo tu tiempo. No pienso quedarme aquí por mucho, en cuanto Albus deje el hospital yo me voy-

-No puedes hacer eso, tienes que dejarme intentarlo una vez más, dame tiempo para que te des cuenta de que soy yo y no él el que te hará feliz de verdad- Hermione negó.

-Lo amo a él. Nada ni nadie va a cambiar eso- Theo arrugó las cejas con dolor en la mirada.

-Tarde o temprano te vas a dar cuenta de que estás mal-

Ambos habían terminado su café y un silencio incomodo inundó la mesa. Los dos se daban ciertas miradas extrañas que solo hacía más tensa ma situación.

-Creo que debo irme- dijo Hermione.

-¿No piensas ir a ver a Ginny o a Elena?- soltó Theo de la nada.

-Si ellas estan tan enojadas como tu me imagino que no van a querer verme-

-Ellas van a entender mejor que yo-

-Supongo que iré un dia de estos a...-

-Podemos ir a casa de Elena, puedo llamar a Ginny y así los cuatro podemos no sé, cenar- la castaña se lo pensó por un largo rato, si extrañaba a las chicas y no tenía nada de malo intentar que la perdonaran por haberse ido, quizás la iban a odiar pero valía la pena intentarlo. Además estaba tan molesta con Draco que no quería verlo esa noche, su movil ya tenía unas cuantas llamadas perdidas de él, pero no estaba de humor para discutir por teléfono.

-Esta bien- dijo Hermione.

Theo esperó pacientemente a que la castaña subiera a despedirse de Albus, ya había llamado a las chicas sin decirles exactamente a que se debía la reunión, pero todas estaban de acuerdo.
El camino a casa de Elena fue incomodo y en silencio. Theo se sentía muy enojado aún con Hermione pero lo mucho que la quería no le permitían querer dejarla ir.

Al llegar con Elena, Hermione se sintió como estupida cuando su amiga corrió a sus brazos en cuanto la vio. Se había imaginado una peor bienvenida, pero su calido abrazo había sido demasiado reconfortante para ella que no la quería soltar. Los ojos de las dos estaban llenos de lágrimas y ninguna dudó en expresar lo mucho que se extrañaban.
Cuando Hermione prestó más atención a Elena, notó que todo iba muy mal. Elena se veía exageradamente delgada y ojerosa, su cabello había perdido el brillo hermoso que siempre tenía, sus labios estaban partidos y sus ojeras eran peor que nunca. Su piel oliva estaba sin su brillo habitual y hasta sus ojos se veían opacos.
Algo andaba mal.

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