Capítulo 35 "¿Por qué tan callada?

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Las nauseas y los mareos iban cada vez peor y la idea de que Draco estuviera así de mal la enfermaba aún más. No había tenido oportunidad de comprar una prueba de embarazo, tampoco es como si quisiera saber si iba a tener un hijo se su violador o no.
Gracias a que esa noche tenía una cena con Theo, se había mantenido más ocupada de lo normal, él apareció puntual en su puerta para llevarla al evento. No pudo evitar sonreír al verla bajar con un vestido, su maquillaje cubría  a la perfección las ojeras.

-Te ves hermosa- dijo él dandole un pico en los labios. Ella no respondió ni dijo nada durante todo el camino a la cena.

La hermana de Theo estaba celebrando algo, pero a Hermione no le importaba mucho que era y no sabía cual era la ocasión. Sin embargo sonrió a todos los presentes cuando entraron y por un segundo se alegró de ver que Elena estaba ahí. Pero Elena no se veía muy contenta de verla, se alejó tanto como pudo con una copa entre las manos ignorando a todos los presentes.

Theo hablaba y hablaba con su família de lo maravillosa que era Hermione y aunque no lo decía abiertamente, se podía deducir que estaban saliendo. Todos se veían encantados con la castaña pero decepcionados de lo poco que hablaba.

-Seguro que es muy tímida- dijo la madre de Theo para que todos dejaran de quejarse.

-Oh no, de hecho tiene una lengua muy suelta, no se que le pasa esta noche- comentó Elena sarcastica. Todos rieron del comentario, pero a Hermione le pareció de lo mas extraño, de la nada Elena parecía no soportarla y le dolía pensar que estaba agregando una mas a su lista de tragedias.
Cuando la señora Nott anunció que era hora del postre, Elena se levantó de la mesa y caminó a la terraza más próxima. Hermione la siguió de inmediato.

El viento hacía volar la falda de su amiga y su cabello espectacularmente largo se movía armoniosamente con las ráfagas. 
-Elena- dijo Hermione.

Elena no se volteó a verla, se quedó con la mirada fija en lo que sea que veía.

-¿Qué quieres? ¿ya te cansaste de todo el espectáculo?- preguntó Elena.

-No entiendo que pasa... no se por que me tratas así- Elena bufó.
-¿Es por que estas cansada de mi? De todo esto, lo mal que estoy-

-¡No Hermione! Yo he estado ahí para ti, siempre lo estaría- esta vez se giró hacia ella y la miró con los ojos un poco rojos.
-¿Es que no lo entiendes?-

-No, la verdad es que no-

-Estoy enamorada de Theo- dijo Elena. Hermione se quedó helada en su lugar -No creas que te odio porque él te quiere a ti, para nada es eso. Lo que pasa es que me enferma ver como lo estas usando- Hermione no dijo nada -sabes que él te quiere y sabes que tu no lo quieres a él, pero igual lo dejas tener esperanzas-

-Elena yo no estoy jugando con él-

-¡Claro que si! Lo estas usando para que te ayude a olvidar a Draco. Lo siento pero si eso no es usarlo no se que es. Yo lo quiero de verdad y me enferma ver lo estupido que es- una lágrima se le escapó.

-Si lo quieres tanto deberías decirle, quizás asi...-

-No seas ridícula-

-¿Entonces qué quieres? ¿quieres que lo deje? Elena yo no quiero perderte, mucho menos por un hombre- Hermione trató de tomarle la mano pero ella se alejó.

-Necesito asimilar las cosas. Por favor dame tiempo-

-Pero...- Elena ya no dijo nada. También se despidió de todos, usó un pobre pretexto para salir y no se despidió de Hermione.
La cena estuvo mas aburrida desde lo que había pasado con Elena.

Justo antes de servir el postre, alguien había tocado la puerta, la madre de Theo se levantó muy emocionada a abrir ya que esperaban a un invitado muy especial.

-Buenas noches a todos- dijo el nuevo invitado. Hermione sabía que conocía esa voz de algún lado, solo que no sabía de donde.
Se giró hacia la puerta y lo que vio la dejó helada. Sirius Black acababa de entrar a habitación con una gran sonrisa.
El corazón de Hermione se detuvo y tomó a Theo de la mano con fuerza.
Sirius avanzó y tomó su lugar en la mesa.

-Hermione, no sabía que estarías aquí- dijo guiñando un ojo hacia ella. La castaña se sintió enferma con el gesto y no pudo evitar temblar de miedo.

Los recuerdos de esa horrible noche la invadieron de nuevo, tenía frente a ella al hombre que más odiaba en el mundo, y estaba sonriendo como un asqueroso loco.
El ruido de fondo no tenía sentido para Hermione, todos hablaban de mil cosas, entre ellas halagaban a Sirius por lo extraordinario que era en todo lo que hacia, pero ella no prestaba atención. Tenía miedo de que si se movía iba a llorar.

-Hermione, querida ¿por qué tan callada?- preguntó descarado.

-No se ha sentido muy bien estos días- contestó Theo por ella.

-He notado que han estado muy juntos esta noche. Pensé que te gustaba Draco, Hermione- Theo tosio molesto.

-No, hace mucho que Hermione no tiene nada que ver con él-

-¿Entonces ustedes dos están juntos?- Theo asintió -felicidades hombre, tienes a una de las mujeres más hermosas que he visto, eso te lo puedo asegurar- Hermione miró a Theo buscando que la confortara por lo que había oído, pero Theo no tenía idea de lo mal que la estaba pasando.
-Es una lástima, de todas formas. Me habría gustado verte por la mansión de nuevo querida. En la biblioteca donde tanto te gusta andar-

Aquello fue demasiado. Hermione no aguantó más, se le escapó una lágrima por la mejilla. Por suerte solo Theo lo notó y supo que era hora de irse.

-Creo que Hermione necesita descansar- dijo poniendolos a dos de pie.

-¿Ya se van?- preguntó Sirius -pero si acabo de llegar-

-Dejalos que se vayan, la pobre se ve muy cansada- dijo la madre de Theo.

-Acompañame, tengo que recoger algo- dijo Theo tirando de ella hacia un pasillo.

-Necesito ir al baño- le dijo cuando ya estaban solos -ve por lo que necesitas y luego me buscas- Theo asintió y la dejó sola.

El baño no estaba lejos de donde estaba, no tenía intenciones de usarlo de verdad, solo quería mojarse un poco la cara porque estaba muy abrumada.
Mientras observaba su reflejo en el espejo, la puerta del baño se abrió y dejó ver a Sirius entrar. Hermione se pegó a la pared tan lejos como pudo en cuanto lo vio.

-¡Alejate!- gritó ella. Pero él se abalanzó y le tapó la boca. Hermione temblaba y temblaba acorralada entre la pared y su acosador.

-Tranquila princesa, no voy a hacerte nada- dijo con una sonrisa maliciosa.
-Solo quiero hablar contigo, de aquella noche que pasamos juntos ¿recuerdas?-
Ella trató de golpearlo, pero él era más fuerte, de nuevo estaba pasando, de nuevo iba a lastimarla.

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