Capítulo 48 "la noticia"

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Los últimos días habían sido caóticos, Hermione trataba de manejar sus tiempos entre Elena, que parecía no estar mejorando, su padre y Draco. Todos exigían mucha más atención que cualquier otro momento de su vida y Hermione sabía que tenía que estar ahí. Draco había estado al teléfono casi todas las mañanas, acomodando los negocios que iba a manejar cuando volvieran a París, por fin se había deslindado de su padre y la empresa en Londres y podría irse sin sentirse atado. Theo no le hablaba, aun que no era sorpresa su molestia, la verdad es que Hermione lo extrañaba mucho, pero ahora que sabía que Elena estaba enamorada de él lo mejor era estar tan lejos como fuese posible.

Quizás eran los días muy agitados o quizás solo la castaña lo sentía así, pero durante días se había sentido algo enferma y cansada, nada comparado con sus meses de depresión, pero sin duda le preocupaba que podía ser.
Draco se enteró de ello la mañana en que Hermione se desmayó al abrir el congelador de la cocina, unos segundos después ella estaba despertando del color de una hoja de papel.
El rubio no se tomó la molestia de preguntar si quería ir al doctor o no, la llevó aún con sus reproches.

-Draco, estoy bien. Seguro que es porque no he dormido bien- dijo ella entrando a al consultorio médico.

-No perdemos nada con que te revisen, deja de actuar como niña- el médico los llamó y una vez dentro hizo mil preguntas.

-Con lo que usted me dice me parece que es solo estrés, pero necesito que se haga un análisis de sangre para salir de la duda- dijo el doctor.

-¿Cuál duda?- preguntó Draco impaciente.

-Oh no señor Malfoy, su novia está bien, pero es necesario que este análisis sea tomado, es rutina con los pacientes- Hermione dejó que le sacarán la sangre mientras Draco esperaba afuera, no quería estar cerca de ese holor que tanto lo provocaba a hincarle los dientes a Hermione.

Dos días después, mientras Draco dormía el médico llamó.

-Buenos días señora Malfoy- dijo el hombre por teléfono.

-Ah es Granger señor...-

-Lo siento señorita Granger, el señor Malfoy la había registrado con su apellido- a la castaña se le revolvió el estomago con mariposas al oír eso -tengo en mis manos el resultado de sus exámenes y no me queda más que decir felicidades- Hermione no entendía.

-¿Perdón?-

-Felicidades señorita, usted tiene dos semanas de embarazo- los ojos de la castaña se abrieron como platos.

-¿Q-qué?- hablaba bajito para que Draco no se despertara a su lado.

-Dele mis felicitaciones al señor Malfoy. Y claro necesito que siga instrucciones claras por favor. Los estudios también me indican que usted tiene las plaquetas bajas y le faltan suplementos necesarios para el embarazo. Le enviaré una lista de lo que debe tomar para mejorar esa situación y le exijo todo el reposo que sea posible- Hermione aún no tenía palabras -que tenga un buen día- la llamada se cortó y la castaña notó que estaba temblando.

Jamás se imaginó embarazada, no era un sueño que había tenido ni le hacía ilusión de pequeña, nada de eso, pero en ese momento todo lo que pudo hacer fue sonreír. Era una notícia que no esperaba pero por alguna razón le pareció maravillosa.
Se giró a ver a Draco que seguía dormido y se le escaparon algunas lágrimas, sabía que la razón por la cual se sentía tan dichosa era él. La idea de tener un bebé a tan corta edad daba miedo, pero sabía que estaba con un hombre que la amaba a toda costa y ella se sentía completamente plena.

Mientras la castaña cocinaba el desayuno no pudo evitar cantar y sonreír todo el rato. No había decidido como decirle a Draco, durante el desayuno o hacer algo más especial y formal, pero la pura noticia ya era especial y no iba a aguantarse la noticia más tiempo.
Cuando el rubio apareció en la cocina estaba en una llamada de negocios, la besó en los labios y se sentó a comer sin dejar de hablar y Hermione no tuvo oportunidad de decirle.
La castaña decidió que le diría por la noche, así que su día transcurrió normal como cualquier otro, a excepción de que rebozaba de alegría.

(...)

Hermione se econtraba sobre Draco, ambos dentro de la bañera enorme del cuarto de baño, el agua cubriendolos un poco. Las manos de Draco acariciaban las curvas desnudas de la castaña mientras la veía moverse sobre él. Las pequeñas manos de Hermione se aferraban a los hombros del rubio mientras trataba de llevar un ritmo placentero para ambos. Dos líneas de sangre corrían por la parte lateral de su cuello gracias a la reciente mordida de Draco.
Las manos del rubio la tomaron por las caderas y la movieron con mas precisión y firmeza. De la boca de ella salían gemidos delicados y demasiado excitantes para él. Sus senos se movían al ritmo que Draco marcaba y le daba tanto placer verla así, toda para él.
Después de un rato de seguir, ambos llegaron al orgasmo. Hermione quedó más cansada que nunca y se dejó caer sobre el pecho del rubio, él pasaba sus manos por toda la espalda de la castaña, trantando de calmar sus espasmos.
Se quedaron así quizás 10 minutos, Hermione incluso pudo haberse quedado dormida sobre él de no ser por la voz en su oído.

-No te quedes dormida, amor- susurró él sonriendo.

-Estoy cansada- contestó ella acurrucandose más.

-Y el estupido del doctor no me ha enviado los resultados de tus análisis. Me preocupa que puedas estar enferma o algo- el corazón de Hermione empezó a latir más fuerte de lo normal.

-No tengo nada, los análisis me los envío a mí- dijo ella con voz débil. Se incorporó para quedar sentada de nuevo sobre él, así podía verlo, sonrió mientras movía sus dedos por el pecho desnudo de Draco.

-¿Y qué te dijo? ¿por qué te has sentido así?- Draco tenía las cejas fruncidas mientras miraba a la castala sonriendo con cara de sueño.

-Me dijo que...- le costaba encontrar las palabras correctas mientras se encontraban en la bañera desnudos, sentía los dedos de Draco jugando con la piel de sus piernas de arriba a abajo.
-Bueno, tengo que tomar algunos suplementos durante 9 meses para que todo salga bien, pero...-

-¿Qué salga bien qué?- Hermione suspiró.

-Estoy embarazada, Draco-

Los ojos grises de Draco se dilataron tanto que parecían negros. Su boca se abrió un poco pero no dijo ni una sola palabra. Hermione esperó una respuesta, pero esta no llegaba. No la dejó de ver ni por un segundo, pero la expresión en su rostro era de miedo o eso parecía.
Draco tragó saliva con fuerza y se incorporó un poco para quedar frente a ella a una distancia corta. Hermione esperó y esperó, pero Draco no decía nada.

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